Entre Veredas

Marco Antonio Lizárraga

“En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca”, Jacinto Benavente

PARA DELANTE

La resolución del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa a favor de Gas y Petroquímica de Occidente (GPO) para la construcción de una planta de fertilizantes en la bahía de Ohuira representa un importante hito político y económico para el municipio de Ahome y la región de Sinaloa.

Esta decisión no solo avala el cumplimiento de normativas ambientales, sino que también refleja el peso político que el proyecto ha adquirido en el ámbito local y federal.

El Presidente Municipal de Ahome, Gerardo Octavio Vargas Landeros, ha aprovechado esta resolución para reforzar su posición política, presentándose como un facilitador clave para el desarrollo económico del municipio.

Al destacar la importancia de GPO y su subsidiaria PROMAN, Vargas Landeros busca alinearse con el éxito de un proyecto que promete traer empleos y mejorar la seguridad alimentaria del país, posicionándose como un líder que apoya el progreso y la inversión.

La participación del municipio en las consultas indígenas también se convierte en un punto relevante en el discurso del alcalde.

Al enfatizar que la decisión ciudadana fue ratificada por el tribunal, Vargas Landeros no solo legitima el proceso, sino que también intenta desactivar posibles críticas de aquellos que pudieran argumentar que el proyecto no tomó en cuenta las voces locales o las preocupaciones ambientales.

Sin embargo, esta narrativa es delicada, ya que el uso de la “decisión ciudadana” como justificación puede ser interpretado como una forma de diluir la responsabilidad del gobierno municipal en un proceso que ha sido y seguirá siendo controversial para ciertos sectores de la población.

El anuncio del alcalde de que la resolución abrirá las puertas a más inversiones internacionales en Topolobampo y Ahome también tiene un claro tinte político.

Al vincular el éxito de GPO con futuras inversiones, Vargas Landeros posiciona a su administración como un actor crucial en la transformación económica de la región, un mensaje que puede resonar bien entre los votantes y empresarios locales que ven en la inversión extranjera una oportunidad de crecimiento y modernización.

Sin embargo, este enfoque no está exento de riesgos. La relación entre el desarrollo económico y las preocupaciones ambientales es un terreno complejo y lleno de tensiones.

Si bien la resolución judicial y la posterior aprobación del proyecto pueden ser vistas como un triunfo para el desarrollo industrial de Ahome, también podrían alimentar la resistencia de grupos ambientalistas y comunidades indígenas que cuestionan los impactos a largo plazo de la planta de fertilizantes en la bahía de Ohuira.

En términos políticos, Vargas Landeros ha decidido apostar fuerte por un discurso de progreso económico y modernización, utilizando la resolución a favor de GPO como una herramienta para consolidar su imagen y atraer más inversiones.

No obstante, deberá manejar con cuidado las posibles repercusiones sociales y ambientales de este proyecto para evitar que lo que hoy se presenta como un éxito se convierta en una fuente de conflicto y desgaste político en el futuro.

DE FRENTE

El Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, se enfrenta a una situación delicada tras los señalamientos relacionados con los eventos del 25 de julio, en los que se le insinuó una posible vinculación con figuras del crimen organizado, según una carta atribuida a Ismael “El Mayo” Zambada.

En su reciente “Conferencia Semanera”, Rocha Moya respondió a estas acusaciones con firmeza, reiterando que no tiene ninguna conexión con dichos hechos y destacando su total transparencia y disposición para colaborar con las autoridades.

El respaldo público que recibió de varios gobernadores del país parece haber fortalecido su posición, permitiéndole enfrentar estos rumores con mayor seguridad. Rocha Moya subrayó que su trayectoria, en gran parte ligada a la academia y la docencia, le proporciona la calidad moral para responder a estas acusaciones de manera clara y directa.

Al insistir en que estaba fuera del país cuando ocurrieron los hechos y que no tenía conocimiento de la supuesta reunión, el gobernador busca desmarcarse por completo de cualquier insinuación que pudiera manchar su reputación.

El mandatario también lamentó el hecho de que en la era actual, las acusaciones sin pruebas se convierten rápidamente en noticias que pueden afectar la percepción pública.

Esta declaración no solo es una defensa de su posición, sino también una crítica al clima de desinformación que puede dañar la imagen de figuras públicas sin fundamentos sólidos.

Al expresar su disposición a colaborar con la Fiscalía General de la República, Rocha Moya demuestra una actitud de apertura y responsabilidad, lo que podría ser visto como un intento de mantener la confianza pública en su liderazgo.

Su afirmación de que está dispuesto a declarar “donde sea” si es necesario, subraya su intención de enfrentar la situación con transparencia y sin evadir las consecuencias, reforzando así su mensaje de integridad.

En resumen, Rubén Rocha Moya ha optado por una estrategia de confrontación directa ante los señalamientos en su contra, utilizando su historia personal y profesional como escudo contra las acusaciones y buscando asegurar a la opinión pública y a sus colegas en el gobierno que no tiene nada que ocultar.

Su enfoque enfatiza la importancia de la responsabilidad y la transparencia en la vida pública, mientras navega por una situación que, si no se maneja adecuadamente, podría tener implicaciones serias para su carrera política.

EN OTRAS MANOS

La reciente declaración del delegado en Sinaloa de la Fiscalía General de la República (FGR), Gonzalo Hernández Durazo, respecto al homicidio de Héctor Melesio Cuén Ojeda, plantea un escenario de incertidumbre y tensión en la entidad.

Al vincularse este caso con la supuesta captura de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Texas, Estados Unidos, y la revelación de una carta en la que “El Mayo” mencionaría una reunión programada con Cuén Ojeda y el gobernador Rubén Rocha, la situación ha escalado rápidamente, llevando a la FGR a tomar una postura reservada.

Hernández Durazo, al evitar profundizar en el asunto, subraya la complejidad y sensibilidad de las investigaciones en curso.

Su mención de que la FGR ya está trabajando en la carpeta de investigación, bajo las directrices del presidente Andrés Manuel López Obrador, refleja la alta prioridad que se le está dando al caso. Sin embargo, la insistencia en la necesidad de “secrecía” sugiere que el asunto involucra elementos delicados que podrían tener implicaciones significativas, tanto para la seguridad en Sinaloa como para el equilibrio político en la región.

El hecho de que el delegado haya confirmado avances en la investigación pero mantenga en secreto los detalles, subraya la prudencia con la que se maneja el caso. La posibilidad de que la violencia se agudice en la entidad, aunque negada por Hernández Durazo en el corto plazo, no puede descartarse del todo en un contexto tan volátil.

Las menciones de reuniones y conexiones entre figuras del crimen organizado y políticos locales alimentan una narrativa que, si bien puede ser especulativa, tiene el potencial de desestabilizar el entorno político y social de Sinaloa.

El delegado también envió un mensaje de alerta, indicando que están atentos a cualquier situación que pudiera salirse de control, lo que deja entrever la fragilidad del momento actual.

Aunque la FGR no haya detectado un repunte de la violencia, su postura vigilante refuerza la idea de que la calma en Sinaloa es precaria y que cualquier desarrollo en la investigación podría tener repercusiones inmediatas.

En este contexto, la FGR se encuentra en una encrucijada donde debe equilibrar la necesidad de avanzar en una investigación sensible con la obligación de mantener el orden público y la estabilidad en la región.

Las respuestas que puedan surgir de este caso, así como la manera en que se maneje la información, serán cruciales para evitar una escalada de violencia y para preservar la confianza en las instituciones gubernamentales en un momento crítico para Sinaloa.

mlizarraga1@entreveredas.com.mx

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