Oswaldo Villaseñor 
Así fue la corta y fugaz audiencia inicial que tuvo Ismael El Mayo Zambada ante la Corte de Nueva York.
La cobertura que hace Roberta Garza, explica paso a paso cómo fue la audiencia en la cual el capo sinaloense se declaró No culpable de los delitos de narcotráfico que se le imputan.
Pues sí empezó a las 10 am. Nos dejaron pasar 15 mns antes y no hubo nada para nadie: ni un asiento vacío en el pequeño cuarto de la corte donde estaría el Mayo en persona. Todos estaban ocupados por abogados, fiscales y policías.
Había dos cuartos extra, habilitados con circuito cerrado y audio. En el primero no jalaba el audio, así que su heroica servilleta corrió como el viento a lograr un asiento: en la rebambaramba la audiencia había comenzado minutos antes.
Y allí, en la pantalla, sin poderle ver a cabalidad los rasgos, estaba el Mayo. Sentado en la mesa de los acusados, flanqueado por su abogado Ray Velarde, vestía camisa caqui, informal, lejos del saco y corbata que los imputados acostumbraban en sus audiencias.
A su lado derecho, un intérprete le traducía, contestándole al juez con un tono firme, casi alegre, que contrastaba con los secos monosílabos del español de Zambada.
Se veía sombrío pero tranquilo, resaltando su cabello azabache de farmacia unos rasgos de por sí angulosos, lejanos a esa otra foto, la sonriente, de hace muchos años, donde su brazo se recargaba como en un mueble sobre un Scherer asombrado y sometido.
Se bamboleaba suavemente sobre su silla. A veces tosía, o se rascaba los brazos. Se quedó quieto cuando el juez le leyó la cartilla: más de 15 cargos, uno de los cuales, participar en una empresa criminal, conlleva cadena perpetua obligatoria de ser encontrado culpable.
Su historial de décadas de violencia, asesinatos, extorsiones, narcotráfico, sangre y más sangre pasó por la boca del juez Cho como esa mítica vida frente a nuestros ojos que dicen que vamos a punto de morir.
Los fiscales se explayaron en por qué no merecía fianza, debiendo permanecer encarcelado en espera del juicio. De inmediato el juez asintió, y la defensa no presentó objeciones. ¿Cómo se declara? Le preguntó el juez. No culpable, contestó el Mayo.
Y así, en un suspiro, terminó la primera comparecencia de Ismael Zambada en la corte de Brooklyn. La siguiente, ya frente al juez Cogan, será el 31 de Octubre. Justo para Halloween.
¡Cambio y fuera!
Con información de Roberta Garza

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