Hablar del pasado para evadir el presente
Francisco Garfias.
El bicentenario de la integración de Chiapas a la Federación Mexicana fue la efeméride con la que abrió la sesión vespertina del Senado.
Hasta entonces ni una palabra de lo que ya llaman “El Tercer Culiacanazo”, en referencia a la suspensión del estado de derecho en la capital de Sinaloa.
En línea con lo que dice el presidente López Obrador de que la violencia que sacude Culiacán es “amarillismo de los medios de manipulación” el oficialismo volteó para otro lado.
En la mañanera, el jefe supremo de Morena y rémoras volvió a minimizar la crisis de seguridad que se vive en Sinaloa, e hizo una comparación que en nada lo ayuda.
Dijo que del 7 al 17 de septiembre, hubo 40 muertos en ese estado que gobierna Morena, mientras que en Guanajuato, gobernado por el PAN, fueron 102.
Traducción: en los estados que gobierna Morena matan menos.
Pero fue un autogol. La Sedena, la Semar, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana refuerzan el combate al crimen Organizado y coordinan los esfuerzos par garantizar la seguridad de la la Ciudadanía, según la Estrategia de Nacional de Seguridad Pública.
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En el debate surgió la voz de la diputada sinaloense del PRI, Paloma Sánchez. Se apartó del tema de Chiapas para señalar:
“Hoy tenemos que hablar de la violencia que está pasando en Culiacán. La gente lleva más de una semana secuestrada, porque a pesar de que tiene miedo, el gobierno se ha negado a reconocer el tamaño de esta crisis. En esa sesión no podemos hablar del pasado, mientras nuestro presente está en riesgo”.
Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva, quiso interrumpirla. “Quisiera llamar al tema, porque son los 200 años de Chiapas”, le dijo. No pudo callarla.
“Les estoy pidiendo auxilio para el Estado de Sinaloa. No minimicemos la violencia señor presidente… Hay al menos 40 muertos, 32 personas desaparecidas, y más de 30 enfrentamientos en diez días.”
Paloma Sánchez añadió que en la capital de Sinaloa se pierden hasta 350 millones de pesos por el cierre de actividades a causa de la crisis de seguridad.
Lo que sigue no me lo va a creer. La muy sesgada senadora de Morena, Imelda Castro Castro, también de Sinaloa, pidió la palabra para increpar a Paloma.
“Quiero cuestionar estas costumbres cobardes del debate político. De meter por debajo del agua, de contrabando, temas delicados que no todo caso deben de abordarse en la agenda política.”
El problema es que en la sesión vespertina no hubo agenda política. A las 15:52 horas, Noroña levanto la sesión y citó hasta el martes próximo.
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La disputa por la jefatura nacional del PAN sólo será entre dos: Adriana Dávila y Jorge Romero. Fueron los únicos que se registraron, según Ana Tere Aranda, presidenta de la Comisión Organizadora de las Elecciones. Un tercer aspirante, el ex senador Damián Zepeda, no se presentó.
Nos dio sus razones:
“Desde hace tiempo yo vengo diciendo que el PAN se debe abrir a los ciudadanos A mí no me interesa un proceso cerrado sólo a un padrón de militantes, que está 100 por ciento controlado por cúpulas.
“No creo que eso vaya a resultar en nada positivo. Seguiré luchando porque el partido se abra al ciudadano. No quieren entender que estamos en una crisis brutal y que hacer lo mismo seguirá dando resultados desastrosos.
“Ve ahorita el proceso: ¿a Quién le ha llamado la atención del Ciudadano? Absolutamente a nadie.
Es completamente irrelevante, como irrelevante es el PAN, desgraciadamente. Eso es lo que hay que cambiar”, remató.
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La narración que ayer hizo el senador de MC, Daniel Barreda, para explicar su ausencia en la sesión de la Cámara alta en la que se aprobó la Reforma al Poder Judicial confirma las sucias maniobras que utiliza el oficialismo para doblar a los opositores.
La ausencia de Barreda y el voto traidor de Miguel Ángel Yunes Márquez, quien ayer se reunió con Claudia Sheinbaum, ayudaron al oficialismo a alcanzar la mayoría calificada que se requería para la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros afines a Morena
La reforma incluye también la creación de un Tribunal Disciplinario que tendrá facultades de sancionar a jueces que actúen con libertad en temas que le interesan al oficialismo.
Barreda dijo que la madrugada del 10 de diciembre recibió una llamada de su madre para decirle que su padre había sido detenido. A las seis tomó un vuelo a Mérida y de allí se trasladó a la Ciudad de Campeche.
A las 10 y media llegó a la Sala de Juicios Orales de Campeche, donde tenían detenido a su padre.
“Durante casi 12 horas estuve incomunicado y bajo la condición de que, si me retiraba del lugar, procesarían a mi padre. Durante todo ese tiempo no me fue posible hablar con ningún senador o senadora de mi grupo parlamentario, ni de otro grupo.
“Después de pasar ese tiempo nos dejaron salir alrededor de las diez de la noche, una vez que el Senado estaba a punto de concluir la votación de la Reforma.”
¿Le quedan dudas de los métodos del oficialismo? A mí no.
FIN.