#Domingrilla
• Rocha lo intentará de nuevo
• Vacunación a menores, triunfo
de la sociedad frente al gobierno

Por Francisco Chiquete

Mazatlán está convertido en la piedra en el zapato del gobierno de Rubén Rocha Moya. Aunque él niegue que existan problemas de gobernabilidad, los conflictos van escalando y amenazan con afectar la marcha de la segunda ciudad más importante del estado, y a una de las fuentes de ingresos más importantes de la entidad.

Por supuesto, Rocha no ha estado con las manos cruzadas. Exhibió su intervención públicamente, seguro de que se alcanzarían acuerdos inmediatos. No hubo resultados, pero insistió con una estrategia que sonaba impecable: empujó a los regidores morenistas de Mocorito para que dejaran de bloquear a la alcaldesa, postulada por el PAS en alianza con Morena. Allá tampoco avanzaba la designación de los principales funcionarios del municipio, porque Morena le hace mayoría y querían a uno de los suyos o a varios de los suyos.

Despejado el camino para la alcaldesa pasista, Rocha supuso que el PAS correspondería igual en Mazatlán, pero ni Héctor Melesio Cuén aceptó irse con las manos vacías, ni el Químico Benitez Torres quiso cumplir con el compromiso de nombrar a alguien del PAS como secretario del ayuntamiento, a pesar del compromiso que ya había adquirido, al seleccionar a Rogelio Buelna de una lista de tres propuestas.

Evidentemente al Químico le hizo daño el éxito. Sentir el respaldo del gobernador y del grupo parlamentario sinaloense de Morena lo hicieron creer que era el dueño del mundo y no tenía que ceder absolutamente nada.

El gobernador estará en Mazatlán este lunes, confiado en que para entonces ya habrá logrado el acuerdo definitivo, pero no hay nada que garantice que esta vez sí va en serio, sobre todo después que Benítez escaló el pleito contra el PAS, agandallándose las comisiones del cabildo, y amenazando con desafuero a sus opositores, como si votar contra sus imposiciones fuese un delito.

Lo que está en juego es mucho más que la secretaría del ayuntamiento. Es -otra vez- la autoridad política del gobernador. Es la demostración de que puede gobernarse desde el capricho y la obcecación y es la demostración de que a esta “nueva” clase política no le interesa la ciudadanía, sino los espacios de poder, por mínimos e irrisorios que sean.

• El valor de la lucha ciudadana
En medio de la pandemia del Covid 19, el gobierno federal encontró por fin un espacio en donde dar resultados: la vacunación. No le fue fácil, pues inició con más blofeos que resultados, con manipulaciones y con una cerrazón absoluta, que impidió la colaboración de la sociedad a través de las diferentes organizaciones e instituciones que han resultado efectivas en la prevención de otras enfermedades.

A pesar del éxito que representa la actual cobertura, el trayecto no ha estado exento de quebrantos, de enfrentamientos y de polémicas en que la propia sociedad arrancó decisiones que fueron negadas en principio.

No hace mucho el tristemente célebre subsecretario de salud, Hugo López Gatell tronó contra los padres de familia que amparaban a sus hijos menores de edad y con comorbilidades, para que el gobierno federal fuese obligado a vacunarlos.
Los acusó de conspiradores, y dijo que por cada chamaco al que tenían que vacunar, le quitaba la oportunidad a un adulto mayor o un adulto de otros rangos, que según su exposición, tenía más derecho de ser protegido.

A pesar de esas diatribas, el gobierno se vio obligado a aplicar la vacuna a ese sector de la población, acuciados porque en otros países ya se estaba tomando esa medida que aquí era considerada una herejía, Fue un triunfo de la sociedad sobre la cerrazón y la falta de sentido humano.

Vino luego otra etapa de la lucha: los padres de familia empezaron a amparar a sus hijos menores para que se les vacunara, aún sin tener comorbilidades. Nuevamente se dio la polémica. El gobierno reaccionó fieramente y ahora hasta el secretario de Salud, Jorge Alcocer, dejó su pasividad para sumarse a las condenas. Fue escandalosos que durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados hubiese dicho que no se vacunaría a los menores y que él no vacunaría a sus nietos, como si nunca antes se hubiera practicado esta forma de prevención o detención de enfermedades entre niños y jóvenes.

Al final volvieron a ceder. Este viernes se abrió el registro de menores entre 12 y 17 años para programar las vacunaciones correspondientes.
Lo más llamativo fue que como siempre, los rechazos del gobierno fueron acompañados de diatribas de quienes se hacen eco de la postura oficial, sea cual sea, independientemente de los razonamientos de la comunidad.

Han sido estas dos etapas verdaderos e importantes triunfos de la sociedad sobre un gobierno cerrado. Si los tecnócratas gobernaron para sus estadísticas y sobre sus esquemas y formatos, los de la cuatroté lo hacen sobre el cartabón de sus imposiciones, en una actitud absolutamente cerrada.
Menos mal que la sociedad no se ha dado por vencida y ha seguido dando la pelea por aquellas cosas en las que cree.

También queda la curiosidad por saber qué piensan ahora los diputados y senadores de Morena que acusaban de desleales y traidores a todos los que se quejaban y protestaban por la falta de medicinas. ¿Cómo se habrán sentido después de su defensa a ultranza, cuando el propio presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que no quería más excusas ni pretextos para solucionar ese problema?

Finalmente me pregunto si ahora que se abrió el “pre registro” de menores, el secretario Alcocer seguirá decidido a no vacunar a sus nietos.

• ¿Qué se traen con el agua?
Dice el dicho que “agua pasada no mueve molino”, pero a Mazatlán le afectó la fuerza del huracán Nora que nos dejó sin servicio de agua durante varios días, y hoy, cuando formalmente terminó la temporada de huracanes, el mismo efecto de Nora nos vuelve a dejar secos por varios días.

Contra la naturaleza no se puede, ha dicho siempre la gente, pero aquí no parece ser la naturaleza, sino un problema de organización, de capacidad y de enfoque.

En el gobierno de Luis Guillermo Benítez Torres la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán ha sido una especie de empresa constructora de la que salieron obras muy lucidoras y cuestionadas, sobre todo porque mientras se realizaban, la ciudad padecía de sed por las razones más absurdas.

Después de Nora, por ejemplo, se anunció una baja en el abasto porque el agua estaba llegando turbia a la planta potabilizadora. No se enteraron los señores directivos del problema que se suscitó en los diques de los que se surte la tal potabilizadora. Lo supieron cuando Conagua hizo el anuncio oficial de los trabajos de sustitución temporal.

En la semana que termina, Conagua inició los trabajos de reparación definitiva del dique roto y otra vez los directivos de la Jumapam se enteraron prácticamente por los periódicos y los noticieros, sin que la gente tuviese oportunidad para defenderse de la coyuntura.

Hay que hacer ver que tanto Conagua como el ayuntamiento están bajo administración de gobiernos surgidos de Morena, así que no puede alegarse “mano negra” por razones partidistas. Ahora también el gobierno del estado procede de Morena, pero eso tampoco sirvió para que se enterasen y dieran el aviso al ayuntamiento. Al fin que no se trata de un servicio indispensable ¿o sí?

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