En Sinaloa, el crimen apunta a lo alto Faustino, voz de auxilio a Sheinbaum
Cuando la delincuencia eleva de nivel los objetivos a atacar, alcanzando a personajes de alta trayectoria y liderazgo como es el caso de Faustino Hernández Álvarez, el dirigente de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa asesinado ayer en Culiacán junto a un trabajador municipal, el Gobierno también está obligado a crecer la estrategia defensiva de los sinaloenses evitando la dispersión de mayor peligro contra la ciudadanía pacífica. Y aquí sí, bórrense las discordias de cualquier tipo, porque toda la capacidad de cohesión social debe operar para poner a salvo todo y a todos.
Al iniciar hoy el mandato de Claudia Sheinbaum Pardo, en cuanto le sea ceñida la banda presidencial debe dirigir la mayor fuerza de las instituciones del Estado hacia regiones que, como es el caso de Sinaloa desde Culiacán a Escuinapa, registran enfrentamientos entre células del narcotráfico que disputan territorios, rutas y mercados de las drogas, alterando la estabilidad política, económica y social. El ataque a Faustino es otro aviso a tiempo del salvajismo que viene y el tamaño de la respuesta oficial para evitarlo.