El próximo mes de diciembre, las autoridades deberían aumentar el nivel del salario mínimo en por lo menos 30 por ciento para continuar en un verdadero camino de recuperación de dicho indicador, y que este monto sea suficiente para comprar la canasta básica que necesitan las familias mexicanas promedio.

Así lo afirmó el director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana, Miguel Calderón Chelius, quien recordó que a pesar de la serie de aumentos que ha tenido en años recientes, este índice todavía no alcanza para cubrir ni el 50 por ciento de la línea de pobreza individual.

En entrevista con La Jornada, el investigador señaló que el actual gobierno comenzó con “esfuerzos muy significativos” para elevar el monto del salario mínimo, pero en su más reciente actualización, instruyó un alza “muy marginal”, por lo que es necesario que para 2022 esta cantidad sea al menos 30 por ciento más alta de lo que es hoy (213.19 pesos en la zona fronteriza y 141.70 pesos en el resto del país).

“Estamos en una situación donde es importante proteger a las familias de menores ingresos, en particular porque observamos un incremento significativo de la inflación, sobre todo en los alimentos, que son la mayor proporción del gasto en los hogares de ingresos más bajos”, subrayó Calderón.

El especialista aseveró que hay una “enorme relación” entre los bajos salarios y la persistencia de la pobreza en México, y aunque los programas sociales han ayudado a contener dicho fenómeno, “no hay política que tenga mayor impacto sobre la precariedad que la generación de empleos y el incremento al salario mínimo”.

Calderón Chelius recordó que en 1976 ese indicador alcanzaba para cubrir el 66 por ciento de las necesidades básicas de una familia –integrada en promedio por cuatro personas–, pero en la actualidad sólo es suficiente para satisfacer el 25 por ciento de esos requerimientos. Por tal razón, dijo, en la actualidad el salario mínimo tendría que ser de entre 700 y 750 pesos diarios.

Si esta referencia sube de manera paulatina, agregó, no hay riesgo de que se genere una escalada inflacionaria, pues el salario mínimo “seguiría siendo muy bajo y la economía podría absorberlo con facilidad”.

 

Con información de La Jornada

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