Las complejidades que presenta el ganarse la vida en un oficio que depende de movilizar personas en una ciudad donde muchos temen salir de sus casas.

Daniel Villaman

La gran mayoría de actividades económicas que se desarrollan en Culiacán han reportado afectaciones en las últimas semanas, producto de la violencia y miedo que se ciñe sobre la ciudad.  Uno de los sectores identificados como vulnerables a esta narcopandemia son los trabajadores de plataformas digitales, conductores y repartidores.

De acuerdo con estimaciones de las mismas personas que se dedican a trabajar por medio de Didi o Uber, y a falta de estadísticas oficiales debido a la inexistente regulación sobre el rubro, el número total de personas que ejercen como conductores de aplicación en Culiacán puede oscilar entre mil y dos mil.

En conjunto, estas plataformas conformarían uno de los mayores empleadores en la ciudad. Y para muchos de estos trabajadores, lo que obtienen de su trabajo como chofer o repartidor es su único ingreso.

Para poder determinar el tipo de impacto que el brote delincuencial ha tenido en sus actividades, Espejo ha consultado a conductores y arrendadores de estas unidades de aplicación en Culiacán.

Vulnerables ante el repunte de robo vehicular y desaparición forzada

 

Con base en el número de denuncias, en los primeros meses de este año se cometieron, en promedio, de 3 a 4 despojos de vehículos al día en Sinaloa. Sin embargo, esta cifra se ha disparado meteóricamente desde que se desataron los enfrentamientos, con días donde se han registrado hasta 22 incidencias. Los hechos sugieren un aumento de hasta 633% en este delito, de acuerdo con los propios reportes de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa.

A la ola de robos se le añade otro acto delictivo en ascenso en el último mes, el de la desaparición forzada, con hasta 12 desaparecidos en un solo día.

Un conductor que decidió permanecer anónimo comentó a Espejo que es de su conocimiento que, por lo menos, han sido levantados 3 compañeros choferes mientras realizaban sus actividades desde el comienzo del estallido delincuencial en Culiacán, cifra que al momento de esta publicación es mucho mayor.

Kevin, una persona dedicada a rentar automóviles para su uso como Uber en Culiacán, comenta que esta situación ha hecho que muchos arrendadores saquen sus unidades de circulación o les pongan a los arrendatarios un límite al horario en el que pueden trabajar. Otros conductores deciden voluntariamente dejar de laborar a partir de cierto horario, o incluso abandonar el oficio temporalmente.

El toque de queda autoimpuesto por los trabajadores del sector afecta los ingresos tanto del propietario como del arrendador.

Ante la pregunta de si considera este un negocio vulnerable, Kevin responde, sin dudarlo, que sí. “La verdad sí. Para las personas que están rentando sí. O para las que andan en la calle. Muchos renteros ya no tienen trabajo y se les complica pagar rentas”.

René, conductor de aplicación en sus ratos libres, afirmó que, según lo que ha observado, seguramente la mitad de trabajadores de este rubro en Culiacán estén inactivos actualmente.

La situación de vulnerabilidad se intensifica al tomar en cuenta que estas aplicaciones no ofrecen seguro social, ni ninguna prestación que auxilie al trabajador en caso de no poder desempeñar sus labores.

“O comen o piden Uber”

 

Así lo expresó Mario, también arrendador de vehículos, quien declara haber decidido trasladar su flotilla a otra ciudad a raíz del estado actual de Culiacán.

—Pues ya no es negocio ahí.

—¿Por qué no es negocio?

—Pues no hay trabajo, oiga. ¿Quién va a pedir Uber si no salen, o no tienen dinero para pagarlo? O comen o piden Uber, ni camiones, nada.

 

La depresión generalizada del motor económico de Culiacán ha generado cierres de negocios, aumento en las renuncias y recortes de personal, de acuerdo con los dichos de quienes lideran cámaras empresariales como Canaco, Coparmex, Canacintra y Canirac.

En algunas empresas industriales, por ejemplo, se han registrado pérdidas diarias superiores al millón de pesos, declaraba para Revista Espejo Sergio Álvarez, presidente de la Canacintra en Culiacán, al principio del fenómeno; hoy en día han ratificado la pausa de algunas inversiones debido a la escalada de violencia que incluye homicidios, desapariciones, despojos, enfrentamientos armados, robos, saqueos, bloqueos y vehículos incendiados, todo ellos pesar del a fuerte presencia de fuerzas federales.

La caída en el consumo también afecta a los conductores de aplicación, cuya actividad se basa en mover personas de un lugar a otro en una ciudad donde la gente tiene miedo de salir a la calle, sobre todo durante la noche.

Con información de Espejo

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *