Narcoterrorismo
Francisco Garfias
Ayer se encontraron en dos puntos de Guerrero los cuerpos de 15 personas. Once estaban en Chilpancingo en una camioneta. Dos eran niños. A los otros cuatro los localizaron en un automóvil en el centro de Acapulco. Días antes, en el poblado de Tres Palos del municipio de Acapulco, otras cinco personas fueron acribilladas por la delincuencia. Entre ellas había un menor.
La falta de autocrítica, la sordera y la terquedad de Andrés Manuel López Obrador no se fueron al rancho con él. Se quedó en Palacio Nacional.
Hemos visto cosas terribles en los últimos 38 días. La guerra entre Los Chapitos y Los Mayos que ha regado de sangre Culiacán y otros municipios de Sinaloa.
Los coches bomba en Jerécuaro y Acámbaro, Guanajuato; el alcalde de Chilpancingo decapitado, los desplazamientos en Chiapas, la cuota diaria de muertos…
Ese horror que vivimos casi cotidianamente obliga al gobierno a dejar a un lado los abrazos al narco y recurrir al uso legal de la fuerza que tiene el Estado para garantizar la seguridad y la vida de los ciudadanos.
Cifras oficiales nos dicen que el primer mes de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se registraron 73 asesinatos diarios. Un acumulado de dos mil 293 en octubre. Es cierto que hay una ligera baja con relación a los homicidios con López Obrador, pero los baños de sangre no paran.
* La violencia del crimen organizado ha provocado que en México se abra un debate sobre la tipificación del “narcoterrorismo” como delito.
Eso abriría las puertas para que Estados Unidos colaborara directamente en el combate a cárteles de la droga. En ese país mueren alrededor de 100 mil personas por sobredosis de opioides —en particular, fentanilo—, de acuerdo con el Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EU (CDC, por sus siglas en inglés).
Una de las promesas de campaña del presidente electo de EU, Donald Trump, es el “bombardeo” a los cárteles de la droga y la confiscación de sus bienes. En entrevista con Fox News, realizada durante su campaña, no se anduvo por las ramas:
“El problema es que México está paralizado ante los cárteles. Podrían tirar a un presidente en dos minutos. Le vamos a dar muy poco tiempo para patrullar la frontera. Estoy seguro que no lo harán bien y entonces entraremos en acción”. ¿Amenaza?
Marko Cortés, jefe nacional del PAN, y la senadora de ese partido, Lilly Téllez, empujan una iniciativa para tipificar el delito de “narcoterrorismo”.
Eso provocó que Sheinbaum calificara a Cortés de “ridículo” y “traidor a la patria”. La Presidenta dijo en su mañanera: “No sé si vieron su declaración el día de la decisión de la Corte, donde hacía un llamado al Ejército a que tomara partido.
“No sé si decir que está haciendo el ridículo o de plano llamarle traidor a la patria… Está llamando a la intervención extranjera. Ayer de plano la pidió abiertamente”, añadió.
El jefe panista no se quedó callado. Subió a sus redes un video en el que destaca la “grave realidad” que vivimos en México: 200 mil homicidios y 50 mil desaparecidos (desde que López Obrador asumió el poder en 2018).
Precisa: “Lo que hemos propuesto es una muy estrecha colaboración y coordinación para que México pueda combatir eficazmente la delincuencia organizada.
“Pero el régimen morenista, fiel a su estilo, quiere confundir a la población con el falso argumento de que se trata de un intervencionismo que pone en riesgo la soberanía”, remató el panista.
* Se conformó ayer en San Lázaro la Sección Instructora que revisará desafueros y solicitudes de juicios políticos que se han quedado rezagados.
— ¿Juicio político contra quienes?, le preguntaron a Hugo Éric.
— Hemos encontrado ya algunos expedientes. Desde luego el que es muy conocido de la opinión pública es el de Alito Moreno. Había otros más: Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Uno contra el ministro en retiro Zaldívar. Habrá que resolver su procedencia.
Casualmente estuvimos ayer con Alito Moreno en un desayuno con la fuente del Senado. El tema de su desafuero salió a relucir. Interrogado al respecto dijo: “No es fácil ser opositor cuando hay un gobierno autoritario, persecutor de quien no piensa igual que ellos. Lo he vivido los últimos cinco años, persecución política, calumnia, difamación, todo se los gané en los tribunales. Andan tan despistados que dicen que está el tema en la Cámara de Diputados, cuando es un hecho notoriamente concluido. Como no conocen, no se preparan, no ven, no tienen los datos correctos.
“No me preocupa absolutamente nada porque he actuado apegado a la ley, cumplí todo. A pesar de embate del poder brutal contra un político opositor a ese régimen en los últimos años, a mí no me doblaron, no me echaron para atrás,” subrayó, muy sonriente.