Francisco Garfias

Llegan tarde las inusuales declaraciones de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México. Ojalá lo hubiera hecho cuando Andrés Manuel López Obrador aún estaba en Palacio Nacional.

No sólo afirmó que no funcionó la estrategia de abrazos, no balazos —lo que es obvio por los resultados que conocemos—, sino que reveló que el expresidente “le cerró la puerta” a un paquete de ayuda de Estados Unidos por 32 millones de dólares para la seguridad interna, “por cuestiones ideológicas”.

Ese arranque de franqueza llevó al embajador a cuestionar las estadísticas sobre seguridad que el exmandatario mostraba en las mañaneras seguidas de un “Vamos bien” o “El país está tranquilo”.

Dijo: “Tenemos las cifras que le dicen al pueblo que no hay problema. No están basadas en la realidad. La realidad es el ganadero asesinado ayer en Sinaloa y el párroco ultimado a balazos en Chiapas hace unas semanas”.

Salazar le mandó un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum: “La austeridad republicana no sirve para la seguridad”.

No sabemos qué llevó al embajador a dejar de lado el lenguaje diplomático para hablar de la realidad de un país que no es el suyo. Su reemplazo es inminente con el triunfo de Donald Trump.

¿Quiso sacar lo que traía adentro antes de irse? ¿Es la respuesta al cortón que le dio López Obrador por criticar la reforma judicial? ¿Es un gesto genuino hacia un pueblo que lo trató bien? ¿Es línea del Departamento de Estado?

Ken Salazar fue tendencia en la red social X. No pocos cibernautas coincidieron en que las palabras del embajador le arruinaron al líder máximo su cumpleaños número 71.

De mal en peor. El oficialismo en la Cámara de Diputados se encaminaba anoche a aprobar la reforma al artículo 19 de la Constitución que amplía el catálogo de prisión preventiva oficiosa.

Ahora también es cárcel automática por señalamientos de extorsión, narcomenudeo, defraudación fiscal, facturación falsa y tráfico de fentanilo.

Por si no quedó claro de qué se trata, la CIDH determinó que la prisión preventiva oficiosa es incompatible con la Convención Americana de Derechos Humanos. “No respeta la presunción de inocencia”, subraya.

Pero eso poco le importa al oficialismo. Sus oradores hicieron una defensa rabiosa del dictamen y hasta gritaron “¡Es un honor estar con Obrador!” cuando una oradora oficialista comentó que era su cumpleaños.

La prisión preventiva oficiosa es una medida cautelar que permite que una persona vaya a la cárcel sin que la misma haya sido condenada, y se aplica por el sólo hecho de estar siendo procesado por un delito señalado en el artículo 19 constitucional.

Antes de que iniciara el debate, el diputado Ricardo Monreal informó a la prensa sus intenciones de sacar del dictamen la defraudación fiscal y el narcomenudeo.

Otros delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, que ya están en el artículo 19 de la Constitución, son:

Abuso y violencia sexual contra menores de edad, delincuencia organizada, homicidio doloso, feminicidio, violación, secuestro, trata de personas, robo a casa-habitación, uso de programas sociales con fines electorales, corrupción, en materia de armas de fuego y huachicoleo.

 

* Jorge Romero recibió ayer la constancia de mayoría que lo acredita como líder nacional del PAN.

El nuevo jefe de Acción Nacional aprovechó la ocasión para subir a las redes un video en el que revira a las reiteradas acusaciones de la presidenta Sheinbaum de que es el jefe del Cártel Inmobiliario.

“Que las fiscalías hagan lo que tengan que hacer”, retó el panista, quien niega el liderazgo que le imputa la primera mandataria.

Y le hace las siguientes preguntas: ¿cuál es su denuncia pública respecto a los miles de millones de pesos desaparecidos en Segalmex? ¿Cuál es su denuncia sobre las más de 20 propiedades de Manuel Bartlett? ¿Cuál es su denuncia respecto de los contactos del Tren Maya a familiares de Ya Sabemos Quién?

“Éstos no sólo son enunciados, son preguntas que, a como vamos, supongo que responderá mañana en su conferencia mañanera”, remató.

 

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