23 DE MAYO: DÍA DEL ESTUDIANTE
El corazón del aprendizaje late con la fuerza de un sueño hecho realidad.
Jesús Octavio Milán Gil
Queridos estudiantes, queridos soñadores de un mañana mejor:
Hoy celebramos la esencia misma del ser humano en su búsqueda incansable por comprender, crecer y trascender. Celebramos la figura del estudiante, esa chispa divina que, con cada esfuerzo, duda y victoria, construye su destino, se convierte en artífice de su propio camino y, en consecuencia, de la historia del mundo. Como dijo Gandhi: “La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo.” Y en ustedes, queridos estudiantes, reside esa fuerza transformadora, esa llama que puede iluminar caminos y abrir horizontes.
Permítanme comenzar con una historia: en la antigua Grecia, un joven llamado Alejandro, con solo 13 años, recibió de su padre una misión que cambiaría la historia: conquistar y unificar vastos territorios. Pero, más allá de la ambición, fue su sed de saber, su ansia de entender más allá de lo visible, lo que lo convirtió en un símbolo de la juventud que sueña y actúa. Como decía Platón: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.” Y hoy, ustedes, portadores de esa arma, están llamados a transformar realidades con su esfuerzo y esperanza.
Ustedes son los arquitectos de su destino, los navegantes de una travesía que no tiene fin. En cada página leída, en cada problema resuelto, en cada duda que desafían, están forjando la figura del estudiante: esa alma valiente que no se rinde ante las dificultades, que ve en los obstáculos el camino para crecer. Porque, como nos enseñó Nelson Mandela: “La educación es el gran motor del desarrollo personal y social.” Y en ese motor arde la chispa de la esperanza, capaz de iluminar un mundo en sombras.
La historia también nos recuerda que los grandes cambios nacen en las aulas, en la esperanza y en los corazones de quienes, con fe y perseverancia, creen en un mundo mejor. Los héroes de la justicia, los visionarios que levantaron banderas de libertad y paz, fueron antes estudiantes que soñaron con un mundo distinto. Como expresó Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.” Porque en cada estudiante habita esa primavera de ideas, esa fuerza que renace cada día para construir un futuro lleno de esperanza.
El poeta Rabindranath Tagore nos susurra al oído: “No hay mayor poder que el poder de un corazón que sabe amar y aprender.” Y en esa dualidad reside la magia del estudiante: su capacidad de amar lo que estudia, de sentir pasión por aprender, de convertir cada experiencia en una semilla de esperanza y transformación.
Recuerden que la historia también nos muestra que los grandes cambios nacen de la esperanza y del esfuerzo de quienes nunca se rinden. Los grandes cambios comienzan con un solo paso, una sola idea, una sola persona que se atreve a soñar. Los héroes y líderes que admiramos, desde Mahatma Gandhi hasta Malala Yousafzai, fueron antes estudiantes que se negaron a rendirse ante las adversidades. Porque el verdadero estudiante no es aquel que solo va a la escuela a pasear, sino quien estudia con compromiso, cultiva valores, construye su carácter y se convierte en faro para otros. Como dijo Albert Einstein: “La educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela.” Lo que realmente importa no son solo los datos, sino la huella que dejan en nuestro espíritu y en nuestra misión de construir un mundo más justo y solidario.
Hoy, los invito a ver en ustedes mismos esa fuerza indomable, ese espíritu que, como dijo Goethe, “no sabe rendirse.” Ustedes, queridos estudiantes, son los guardianes de la luz que puede disipar las sombras de la ignorancia y la indiferencia. Son los sembradores de una esperanza que no muere, los portadores de un futuro que aún está por escribirse con sus manos y corazones.
Nunca olviden que aprender es el acto más sublime de amor y valentía. En cada esfuerzo, en cada caída y en cada levantarse, están escribiendo la historia más hermosa: la historia de su propia transformación y la del mundo que sueñan construir.
Valoren la educación como una herramienta de transformación.
“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.” — Paulo Freire
Sean responsables con sus estudios.
“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día.” — Robert Collier
Mantengan una actitud positiva y perseverante.
“La perseverancia es la madre del éxito.” — Proverbio
Respeten a sus docentes y compañeros.
“El respeto mutuo es la base de toda verdadera amistad y cooperación.” — Confucio
Organicen su tiempo de manera efectiva.
“El secreto del éxito es la constancia en el propósito.” — Benjamin Disraeli
Busquen aprender más allá del aula.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.” — Nelson Mandela
Cuiden su salud física y emocional.
“La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada.” — Arthur Schopenhauer
Sean un ejemplo de integridad y honestidad.
“La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría.” — Thomas Jefferson
Aprovechen las oportunidades de crecimiento personal.
“La vida es un 10% lo que me ocurre y un 90% cómo reacciono ante ello.” — Charles R. Swindoll
Sueñen en grande y persigan sus metas con pasión.
“No pongas límites a tus sueños, ponles pasión y trabajo duro.” — Jesús Milán
Feliz día del estudiante. Que su ejemplo sea faro y su espíritu, llama eterna que ilumina el camino de la humanidad. Porque, como nos enseñó la Madre Teresa, “La paz comienza con una sonrisa y un corazón abierto a aprender y a amar.”
¡Adelante siempre, porque el mundo los necesita!
Viernes 23 de mayo de 2025
Culiacán, Sinaloa