Morena movilizó 4 millones menos de votos que en la revocatoria de AMLO y en Palacio ya apuntan contra Luisa María
La baja asistencia de votantes a la elección judicial ya genera señalamientos en el entorno presidencial y crecen las dudas sobre el proceso de afiliación de militantes de Morena que han llevado adelante en los últimos meses Luisa María Alcalde y Andy López Beltrán.
La dirigente y el secretario emprendieron un proceso de sumar 10 millones de militantes que, según decían, tendría su primera demostración de músculo en la elección judicial, algo que no estaría sucediendo si se considera que la afluencia a las casillas estuvo en torno al 12% del padrón.
Se trata de unos 12,800,000 votantes, según las estimaciones del INE. La comparación con el último ejercicio de movilización de la 4T es ineludible. En la revocatoria de mandato de AMLO, Morena había conseguido casi el 18% de participación, y casi 17 millones de votos.
El plan de afiliaciones es indisociable del mal resultado de este domingo: cuando gobernadores y alcaldes pidieron recursos a Morena para operar la elección judicial se les dijo que los fondos estaban comprometidos para la captación de la nueva militancia.
Una acusación que va de la mano con otro comentario creciente al interior del morenismo: que tanto Alcalde como López Beltrán están demasiado enfocados en sus proyectos presidenciales hacia el 2030. Esa fijación explicaría la intención real de los planes de afiliación que, de ningún modo, era una gran performance en la votación de este domingo.
El revés de ambos herederos también hace juega con otra creencia que ronda las filas de la 4T: que no es lo mismo operar elecciones con Andrés Manuel López Obrador en un papel central que ya en el retiro.
El hijo del expresidente está demostrando que su habilidad electoral, de momento, es de corte gerencial: supervisar candidaturas, reunir recursos y tejer alianzas en la cúpula. La política y la persuasión, de momento, están en un plano deficitario. Alcalde, en tanto, tendría serios inconvenientes en ambas aristas.

A un sector del Gobierno esta situación, debe decirse, le agrada, especialmente porque la dirigencia morenista parece trasladarse con una autonomía novedosa, con un esquema busca coordenadas en múltiples ámbitos pero que rara vez toca base con el Poder Ejecutivo.
El resultado de este domingo explica, además, la extrema mesura de Claudia Sheinbaum respecto a la elección judicial. El discurso presidencial ha sido más de acompañamientos que de promoción y el cálculo predominante más enfocado en no cargar con un revés previsible que en buscar capitalizar triunfos.
Con información de La Política Online