Peña Nieto y “su retiro espiritual”
Oswaldo Villaseñor
Mi plática con el expresidente Enrique Peña Nieto inició de manera jovial. Del otro lado del teléfono se le escucha alegre, relajado y dispuesto a platicar entre amigos. No pretende una entrevista como tal ni hablar de los problemas que agobian a México. Se dice respetuoso y aclara que la llamada es solo para platicar y recordar un viejo pasaje y decisión que a él le tocó tomar respecto a la decisión de quien sería el candidato a la gubernatura de Sinaloa en el 2016 y que recayó en Quirino Ordaz.
“Te leí Oswaldo y ahora gracias a ti y a él ya supe quién era tu informante en mi gobierno”. El solo se delató, afirmó, al momento de soltar una sonora carcajada. El me envió tu columna, leí con mucha atención e interés lo que escribiste el pasado domingo sobre esa decisión y le pregunté. ¿Sigues en comunicación con Oswaldo? Me dijo que sí y aquí estamos. En general, añade, te confirmo que así como lo escribiste fue, pero solo te haré una precisión. Con la persona con la cual yo hablé, la que citas en tu columna, efectivamente si lo hice, pero no para darle la noticia. Cuando yo hablé con él, la decisión ya estaba tomada y operada -por tú informante y vuelve a sonreír-. “Un presidente solo da buenas noticias”. Las malas noticias, nunca las da el presidente, las dan otros.
Para esa persona, yo guardo un profundo reconocimiento y admiración. Fue institucional y apoyó con todo la decisión tomada.
Hecha la aclaración que no fue aclaración, sino un motivo de recordar tiempos pasados, La plática continuó. ¿Y Cómo está señor presidente? Su respuesta fue la siguiente: “Estoy soltero, pero no solo, que quede claro, soltero, pero no solo”, al momento de volver a sonreír. “Estoy muy bien, gracias Dios”.
Estoy en mi retiro espiritual, añorando y amando a mi México Querido, dice el expresidente Enrique Peña Nieto.
El expresidente mexicano quien gobernó entre 2012 y 2018, dice regresar de manera esporádica a México a visitar a sus hijos, a su familia quienes siguen viviendo aquí y a los muchos amigos que tiene en este país.
“Yo me la paso entre República Dominicana y España, pero México siempre está en mi corazón y cada vez que puedo voy y me paso unos días allá para nutrirme de buena energía”. “Hoy vivo mi condición de expresidente, respetuoso de lo que pasa en mi país” expresó.
Y luego él pregunta. ¿Y cómo está Sinaloa, ya hace un calor rico, verdad?
Mi respuesta fue la siguiente: Pues usted debe estar enterado de que la situación acá está un poco difícil después de 9 meses en guerra entre las facciones del Cártel de Sinaloa y una economía paralizada.
Enrique Peña responde…”Siiii que lamentable lo que se vive en Sinaloa. “Yo quiero mucho a Sinaloa, es el estado que más visité, algunas veces por trabajo, pero la gran mayoría por placer. Me encanta Mazatlán y era mi destino favorito de relajación personal. Ahí me iba los fines de semana a jugar golf y a descansar, recordó.
-Oiga siguiendo con el tema de la sucesión del 2016. ¿Pero usted si buscó uno de fuera de los 10 aspirantes que había?
Enrique Peña responde. “Mira ya no recuerdo cuántos había y no recuerdo traer ese dato. Lo que si, es que unos angelitos me llevaron una propuesta diferente, la de Quirino Ordaz, la valoramos y veíamos que tenía todo para ganar y así lo hizo. Fue él quien consiguió los votos con todo el apoyo del partido y de los priistas, expresó.
-¿Y quienes fueron esos angelitos? Enrique Peña vuelve a sonreír y responde. “Pues unos angelitos”. ¿que no te lo dijo tu informante? Preguntó al momento de volver a sonreír.
La verdad Oswaldo, dice, no me arrepiento de la decisión tomada. Se ganó la elección y quien hoy es embajador en España fue un gran gobernador para los Sinaloenses.
-¿Que hace Peña y que viene para usted?
El expresidente Peña Nieto responde estar retirado de la política. “Es lo conducente para un expresidente”, afirma. “Estoy enterado de lo que pasa en mi México pero no opino ni participo” responde. “Mi tiempo y responsabilidad ya pasó y ya se acabó”. Ahora hay que respetar los tiempos de quienes gobiernan. Eso es lo justo, respondió.
De mi gobierno te cuento que fui muchas veces a Sinaloa, apoyé con todo lo que se pudo a ese bello estado y se hizo la obra pública que los dos gobernadores con los que trabajé -Malova y Quirino- solicitaron para beneficio de los sinaloenses.
El expresidente Peña Nieto, respondió a lo escrito en mi columna TRANSiCION el pasado domingo. Aquí transcribimos una parte de dicho escrito.
Faltaban unos seis meses para la toma de la decisión sobre quién sería el candidato y en Sinaloa había 10 aspirantes a la gubernatura. Todos, absolutamente todos, jugaban de la mano del entonces gobernador Mario López Valdés. De ese tamaño era la concentración del poder que ejercía.
Todos temían buscar la candidatura y jugar por fuera la sucesión. Todos se entregaron al gobernador Malova y ese fue su error.
Malova sabía que la decisión recaería en la figura presidencial -el gran elector-pero él buscó ponerle la baraja. Con cualesquiera de los 10, él ganaría.
2.-En ese tiempo, Peña dio una instrucción. “Vean y busquen una opción fuera de los 10”. Yo tuve acceso a esa instrucción.
En ese tiempo le comenté la instrucción “secreta” de Peña a un supremo aspirante. Había un testigo de calidad presente. La primera sugerencia respetuosa fue “rompa” con Malova y juegue como el gran opositor dentro del mismo PRI y recárguese al presidente Peña Nieto. La respuesta del Supremo Aspirante fue contundente. “Eso es más que imposible. Con Malova en contra estoy aniquilado”.
Luego llegó otra sugerencia. Bueno, hablé con Malova, propóngale un distanciamiento simulado, una estrategia que amplíe la posibilidad a un segundo escenario en el cual el presidente quiera ejercer su derecho de gran elector fuera del grupo de los 10. La respuesta también fue tajante. “Malova es muy celoso y desconfiado; no la entenderá”. “Con solo planteárselo quedaría fuera de la jugada”.
2.-Llegó el mes de diciembre y el “fantasma fuera de los diez” empezaba a merodear. Se llama Quirino Ordaz, pero nadie creía en su posibilidad real.
En esos días, el 16 de diciembre recibí el pitazo de mi informante. La decisión ya está tomada por el presidente Peña y será Quirino Ordaz. Mi informante era uno de los hombres más cercanos en su gabinete y en amistad personal. Luego llegó otro comentario. Te va a buscar.
3.-En esos días, el supremo aspirante a quien había sugerido jugar fuera del grupo de los diez, recibió una llamada de parte de un General con un mensaje. “El señor presidente quiere verlo”. Se enviará un avión de la Sedena por usted para que lo recoja ahí en Sinaloa y lo traslade al lugar donde estará de gira el presidente Peña”.
En el equipo del supremo aspirante los ánimos se reavivaron. Era la señal esperada. “El presidente de la República solo le hablaba al elegido para darle la noticia de manera personal, y a los demás, los atendía el líder nacional del PRI”. Así era la costumbre.
El supremo aspirante sinaloense llegó al lugar una hora antes que presidente Peña. Recibió la indicación de permanecer en el hangar del gobierno de dicho estado.
Por fin llegó el momento. El avión presidencial aterrizó. La emoción y el nerviosismo creció.
Luego fue subido a la Suburban que abordaría el presidente. Momentos después ya estaban solos con el chofer que los movería.
La plática inició con los respectivos saludos y luego, luego llegaron las algunas preguntas claves. La que marcó el destino fue una sola. ¿Se le puede ganar a Malova en Sinaloa si este no se alinea y juega las contras?
La respuesta del Supremo aspirante fue a bote pronto y con un ligero análisis de segundos en su mente. “Si se le puede ganar, pero además, no hay porque esperar que juegue las contras, si su gobierno lo alinea y le da un apretón de eggs”. “Es muy vulnerable y tiene mucho con que”.
Nunca imaginó que esa era la respuesta que Enrique Peña quería escuchar.
Luego el presidente enfrió de golpe su entusiasmo e ilusión. “Muy bien, eso quería escuchar. Te informo que el candidato será Quirino Ordaz y tendrá todo el apoyo del presidente de la República. Espero lo apoyes con todo”. Ahí todo su sueño se derrumbó y las preguntas internas llegarían para si mismo. ¿Porque Quirino? Nadie lo conocía.
Aún así, no había de otra más que acatar la instrucción presidencial. Si no hubo como desafiar a Malova, menos habría como desafiar una instrucción recibida de viva voz por parte del mismo presidente Peña.
4.-El 28 de Diciembre Quirino Ordaz fue a Los Mochis a cumplir la instrucción de buscarme y presentarse. No nos conocíamos. Fue muy cauteloso, nunca aceptó ni habló que ya traía la candidatura en sus manos y solo habló de su aspiración. El día 1 de Enero en el momento de la salutación por el año nuevo, mi informante me confirmó la noticia dada 15 días atrás. “Ahora si ya amarrado. El candidato será Quirino Ordaz” y luego preguntó. ¿Ya te buscó? La respuesta fue afirmativa.
5.-Ya pasado el destape de Quirino Ordaz, el supremo aspirante de la historia me contó todo lo escrito e hizo una aseveración. “Tenías razón. Peña no iba a renunciar a su derecho de poner candidato a gobernador. Los gobernadores son del presidente”. Perdí y perdió Malova por no haber jugado fuera de lo local.