¿Quién marca los tiempos de la sucesión?; los “gallos” de la oposición; avances relativos, pero no en seguridad
DOMINGRILLA
FRANCISCO CHIQUETE
Normalmente la sucesión en un gobierno estatal se empieza a dirimir en el cuarto año del gobernador en funciones, pero con respeto a la figura política de éste, que suele estar en el mejor momento de su sexenio, independientemente de los logros o carencia de logros.
Por eso el gobernador Rubén Rocha Moya intentó aplicarle un “estatequieta” a la senadora Imelda Castro, quien ni tarda ni perezosa aprovechó el envión que le estaba dando el propio gobernador.
Después de la elección federal del 2021, Andrés Manuel López Obrador cambió los esquemas de la política y de la sucesión. Viendo que la oposición le había comido terreno, lanzó una estrategia que le permitió amarrar dentro de su partido a los aspirantes, y muestrear hacia afuera a quienes deseaba placear con propósitos serios.
Fue así que construyó la candidatura de Claudia Sheinbaum y destruyó las imágenes públicas de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes amenazaban con generar cismas morenistas porque insistían en que aparecerían en las boletas.
Al final ambos terminaron doblegados ignominiosamente, aceptando lo que les ofrecieron para no quedar borrados del mapa político. ¿Ha visto usted a un político más arrastrado que Monreal?
El mecanismo funcionó a la perfección pero ¿cómo traducirlo a un ámbito estatal? Sobre todo en un estado en que privan condiciones extraordinarias, como la guerra interna del Cártel de Sinaloa, que arrastra nuestros niveles de seguridad, nuestro desempeño económico, y los niveles de imagen de los gobernantes en turno?
Rubén Rocha Moya tiene diseñado su esquema sucesorio. Desde el principio perfiló a Enrique Inzunza Cázares como su delfín y como su instrumento principal de trabajo político. Mientras estuvo en la secretaría general de gobierno no hubo nadie más poderoso ni temido en las estructuras oficiales de Sinaloa. De su opinión dependían decisiones grandes y pequeñas, incluyendo la salud política de muchos integrantes del equipo, sobre todo de aliados como en su momento ocurrió con Héctor Melesio Cuén Ojeda. Fue Inzunza quien con mano dura desmanteló la red de gobernantes que el PAS había conseguido mediante alianza con Morena, y que desertó casi en su totalidad tras “cordiales” invitaciones del secretario general.
El problema de Inzunza y su aspiración es que al estar tan ligado a Rocha Moya, absorbe también los negativos que le han caído al gobernador, sobre todo el desgaste por la guerra narca. Y uno adicional: ávido de proyección, se entregó al grupo de Adán Augusto López Hernández en el Senado de la República, y aunque el tabasqueño sigue siendo muy poderoso, está en un enfrentamiento cada vez más notorio con el grupo morenista que es más afín a la presidenta Claudia Sheinbaum.
HACER DE LA
NECESIDAD VIRTUD
Imelda Castro ha tenido una actividad intensa por todo el estado. Como los políticos de antes, no desprecia boda, bautizo, comunión o velorio. Hay que dejarse ver por todas partes.
Su episodio más reciente es la renuncia a sus posibilidades de convertirse en presidenta de la mesa directiva del Senado, en sustitución del nuevo viajero fervoroso Gerardo Fernández Noroño.
Prefiero el territorio, dijo en un comunicado, sin disfrazar mucho su decisión de seguirse moviendo por la posibilidad de una candidatura.
Evidentemente escogió bien, pues en Sinaloa no ha habido una mujer que gobierne y este es el tiempo de las mujeres. Morena sigue siendo la opción partidista más sólida en nuestra entidad y todo indica que la elección será un trámite, que la verdadera pelea será por la candidatura.
Pero también hay que preguntarse si ella “se baja” o la bajaron de la aspiración por presidir al Senado.
Imelda tiene un padrino de muy altos vuelos. Aunque para el público en general René Bejarano es el señor de las ligas, el político ávido que fue a recoger maletines llenos de dinero con el empresario Carlos Ahumada, quien lo grabó y distribuyó el video, ese símbolo flagrante de la corrupción es un señor de horca y cuchillo que da y quita candidaturas dentro de la 4T.
Pero claro, por muy poderoso que sea Bejarano, no va a ir ahora a negociar la presidencia de la mesa directiva de la Cámara Alta, y dentro de año y medio la candidatura al gobierno de Sinaloa ¡y para la misma persona!
Así que viene doña Imelda y nos dice a los sinaloenses “los quiero más a ustedes que a aquella chambota”. Y tiene razón, su estrategia es buena.
Claro que esta Imelda es distinta a la que en el 2021 decía que no aspiraba a la gubernatura, que su proyecto era repetir en el Senado. Rocha estaba muy visiblemente amarrado en el ánimo de AMLO. Pero también es distinta a la que en plena crisis de Rocha, cuando los claudistas del Congreso insistían en entregar su cabeza para aminorar la presión por el caso Mayo-Cuén, decía juguetona a quienes la candidateaban para la sucesión “pues ayúdenme”, sin aclarar si era la perspectiva inmediata o la del 2027.
¿Y LA OPOSICIÓN?
MUY BIEN, GRACIAS
En rl PAN quisieron ponerse en la batalla y terminaron por ser el hazmerreír del mundillo político. La lista de posibles aspirantes a la gubernatura resultó tan fallida, que los propios enlistados se empezaron a desmarcar. Dicen que Memo Romero fue no sólo el más realista y más rápido, sino también el más práctico: si la lucha por la alcaldía de Mazatlán le costó un potosí y no ganó, embarcarse por la gubernatura sería un desastre.
Además él tiene el dedo directo en Mazatlán y no va a desistir.
Y la senadora Paloma Sánchez parece mas bien una broma que un planteamiento serio. Ni qué decir de Mario Zamora. Por cierto, aunque usted los quiera ver con seriedad, en el fondo ambos aspiran.
Los partidos opositores están desbaratados, y sus personajes también.
UN PEQUEÑO AVANCE
Recientemente hubo una reunión del gobernador con empresarios, para analizar la situación económica y posibles estrategias de recuperación. Lo malo es que se armó todo un debate porque el encuentro fue en instalaciones de la Tercera Región Militar y por supuesto, en condiciones de absoluta privacidad.
Se trata de una discusión innecesaria y hasta indebida. Convencer a los empresarios de que habrá una buena estrategia de recuperación económica pasa por el ofrecimiento de garantías en materia de seguridad, y ahí los militares tienen mano. Tampoco es cosa de divulgar públicamente los detalles de la estrategia, aunque los malos parecen conocer siempre los planes.
El caso es que encuentros como este se han repetido en el resto del estado, con y sin militares, y ello implica un pequeño avance.
No está lejana la Semanera en que el gobernador estalló contra el periódico El Debate por haber publicado que la guerra narca generaba ya pérdidas por 30 mil millones de pesos en el estado.
No hay pérdidas, si acaso se reducen sus utilidades, dijo el gobernador.
Hoy la actitud es distinta. Se reconoce, aunque sea tácitamente, que hay un problema grave en la economía, y se habla de buscar soluciones Es un avance, pequeño, pero avance, porque ningún problema se puede resolver si no se reconoce su existencia.