Jesús Octavio Milán Gil
Desde hace décadas, el sistema educativo mexicano ha sido un reflejo de la historia, los retos y las aspiraciones de un país en constante transformación. Como testigo de su evolución, puedo narrar cómo la educación ha sido un pilar fundamental en la construcción de la nación, a la vez que un escenario de desafíos y avances que aún hoy permanecen.
Un vistazo a los orígenes y la historia
La historia educativa de México se remonta a la época colonial, cuando las instituciones religiosas eran las principales responsables de la enseñanza. Sin embargo, fue hasta el siglo XIX, en la era postindependencia, que se comenzaron a establecer instituciones públicas y a definir un modelo educativo nacional. El Estado mexicano, durante el gobierno de Benito Juárez (1858-1872), promovió la educación laica y gratuita, estableciendo las bases para un sistema que buscara unificar y modernizar el país. Juárez afirmó que “el respeto a la educación es el primer paso para la libertad”, resaltando la importancia de la educación en la nación. Y agrego… “La educación es el medio más eficaz para elevar a los pueblos y fortalecer la República.” (Esta frase refleja su compromiso con la educación como base del progreso y la nacionalidad.)
Porfirio Díaz (1876-1911): “La educación ha de ser la base del progreso material y moral de la nación.” (Durante su mandato, promovió la educación técnica y la modernización del país, aunque también con un enfoque en la estabilidad y el orden.)
A lo largo del siglo XX, el sistema educativo se consolidó bajo políticas que buscaban ampliar la cobertura y mejorar la calidad. La creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921 fue un hito clave, pues centralizó la organización y regulación del sector. Sin embargo, la desigualdad persistía, sobre todo en zonas rurales y marginadas, donde muchos niños y jóvenes permanecían excluidos.
Lázaro Cárdenas (1934-1940): “La educación es la llave del futuro de México, y su fortalecimiento es tarea de todos.” (Cárdenas impulsó la educación socialista y la expansión de la educación rural y popular.) Como señalaba el presidente Lázaro Cárdenas en 1936: “La educación es el medio más eficaz para elevar el nivel de vida de los mexicanos y para forjar una nación más justa.”
La política educativa y sus cambios
La política educativa en México ha estado marcada por diferentes reformas y enfoques. Durante el siglo XX, se priorizó la expansión de la cobertura, con programas masivos para llevar la educación a todos los rincones del país. La Constitución de 1917 estableció el carácter laico y gratuito de la educación, principios que guiaron las políticas durante décadas. En palabras del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964): la educación es la base del progreso de la nación y debe ser un derecho para todos. “La educación es la base del desarrollo nacional y el camino para la justicia social.”
Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970): “Impulsar una educación de calidad es fundamental para formar ciudadanos responsables y preparados.”
Luis Echeverría Álvarez (1970-1976): “La educación es el instrumento más poderoso para construir una sociedad más justa y equitativa.”
José López Portillo (1976-1982): “Invertir en educación significa invertir en el futuro de México.”
Miguel de la Madrid (1982-1988): “La educación debe ser un motor de desarrollo y transformación social.”
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994): “El acceso a la educación es clave para la igualdad de oportunidades.”
Ernesto Zedillo (1994-2000): “Impulsar la calidad y la equidad en la educación es nuestro compromiso nacional.”
En los años 2000, con la Reforma Educativa impulsada en 2013, se buscó mejorar la calidad mediante la evaluación de docentes, la autonomía de las instituciones y la incorporación de nuevas tecnologías. Sin embargo, estas reformas también generaron polémica, y en años recientes ha habido cambios políticos que han modificado o suspendido algunas de estas políticas.
Vicente Fox (2000-2006): “Una nación educada es una nación con esperanza y futuro.”
Felipe Calderón (2006-2012): “La educación es la mejor inversión para un México más justo y competitivo.”
Enrique Peña Nieto (2012-2018): “La educación es la vía para erradicar la pobreza y promover el desarrollo.”
Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): “La educación es fundamental para el progreso con justicia; por eso, estamos trabajando para que todos tengan acceso a ella, sin excepción.”
Claudia Sheinbaum Pardo (12 marzo 2024): La educación es un derecho, no un privilegio ni una mercancía.
Actualmente, el sistema busca equilibrar la ampliación de la cobertura con la mejora en la calidad, la inclusión y la equidad. La política educativa también ha puesto énfasis en la formación de competencias, el uso de plataformas digitales y la atención a grupos vulnerables.
Datos estadísticos: un panorama actual
Hasta 2023, el sistema educativo mexicano enfrenta múltiples retos, pero también avances sustanciales. La cobertura en educación inicial (preescolar) alcanza aproximadamente 4.4 millones de niños y niñas, mientras que en educación básica —primaria y secundaria— hay cerca de 17.7 millones de estudiantes inscritos. La educación media superior, que comprende el bachillerato, cuenta con alrededor de 3.6 millones de alumnos, y en la educación superior, en instituciones públicas y privadas, hay aproximadamente 4.2 millones de estudiantes inscritos.
La tasa de alfabetización en adultos de 15 años y más es del 94.9%, aunque existe una brecha entre zonas urbanas y rurales. La tasa neta de escolaridad en primaria alcanza cerca del 95%, y en secundaria, aproximadamente el 84%. Sin embargo, la deserción escolar sigue siendo un problema: en secundaria, la tasa de abandono fue de aproximadamente 8.7% en 2022, y en niveles superiores, la deserción aumenta aún más.
En infraestructura, México cuenta con aproximadamente 195,000 escuelas, aunque cerca del 10% en zonas rurales carecen de servicios básicos como agua potable, saneamiento y electricidad. El gasto en educación representa alrededor del 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB), ligeramente por debajo de la recomendación internacional del 6%.
El perfil del alumnado en educación superior muestra una participación mayoritaria de mujeres, con aproximadamente el 53% del total en 2022, reflejando avances en la igualdad de género en el acceso a la educación superior.
Los desafíos y el camino hacia el futuro
A pesar de los avances, el sistema educativo mexicano enfrenta desafíos considerables. La desigualdad en el acceso y la calidad, la baja tasa de finalización en secundaria y superior, la infraestructura deficiente en zonas rurales, y la necesidad de adaptar la educación a las demandas del siglo XXI son temas pendientes. Como afirmó el expresidente Vicente Fox en 2001: “La educación no es un gasto, es una inversión que rinde frutos en el futuro del país.”
La pandemia de COVID-19 evidenció y agravó estas desigualdades, impulsando la digitalización y el aprendizaje a distancia, pero también dejando en evidencia la brecha digital que aún divide a la población. La historia muestra que la educación mexicana ha sido capaz de reinventarse; ahora, más que nunca, se requiere de voluntad y compromiso para construir un sistema más equitativo y de calidad para todos.
El camino hacia una educación de calidad para todos requiere de políticas consistentes, inversión sostenida, formación docente de calidad y una mayor inclusión social. La historia demuestra que, aunque lleno de obstáculos, el sistema educativo mexicano ha tenido la capacidad de avanzar y adaptarse. Como dijo el expresidente José López Portillo en 1976: “La educación es el verdadero camino del progreso y la paz social.”
Conclusión
Al analizar la historia y el presente del sistema educativo mexicano, es evidente que el impulso a la educación ha sido una prioridad desigual en los diferentes gobiernos. El presidente que más impulsó la educación de manera integral y con visión de país fue Lázaro Cárdenas, quien promovió la educación rural y la creación de instituciones que buscaban reducir desigualdades. Por otro lado, algunos gobiernos han tenido menor énfasis en el desarrollo educativo, dejando en ocasiones a un lado la inversión y las reformas estructurales necesarias para un sistema de calidad.
El legado de los grandes líderes que han puesto la educación en el centro de su política muestra que la voluntad política y la inversión son fundamentales para transformar una nación. La historia también nos enseña que ningún sistema es perfecto, pero la perseverancia y el compromiso pueden hacer la diferencia.
En conclusión, la educación en México ha sido y sigue siendo un proceso en construcción, un camino lleno de obstáculos, pero también de enormes potencialidades. La tarea de construir un sistema más justo, equitativo y de calidad recae en todos nosotros, y el compromiso de los líderes y ciudadanos será lo que defina el rumbo hacia un futuro en el que la educación sea realmente un derecho y una herramienta de igualdad para todos los mexicanos.
“El conocimiento no termina aquí, continúa en cada lectura” Nos vemos en la siguiente columna.

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