En tareas recientes, los integrantes de colectivos han localizado 52 osamentas humanas en la ciudad de La Paz.

Diego Soto
La carretera que va de La Paz hacia San Juan de la Costa es famosa porque es la ruta para llegar a playas como El Quelele, Cajete y Mogote, en Baja California Sur; sin embargo, la vía también se ha convertido en el cementerio preferido del Cártel de Sinaloa, ya que en esta zona se han localizado restos humanos.
Desde 2024, autoridades y colectivos de búsqueda de personas desaparecidas ha localizado 52 restos humanos en cinco panteones clandestinos en el municipio de La Paz, capital de Baja California Sur.
El primer punto fue ubicado en mayo de 2024, en un predio cercano al arroyo El Cajoncito; los otros cuatro, en distintos lugares de la carretera de La Paz hacia San Juan de la Costa.
El sol, el desierto y los coloridos paisajes de las playas hacen que estos lugares pasen desapercibidos para los miles de turistas nacionales y extranjeros que visitan la entidad en busca de paz.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBP), en los últimos cuatro años, en cuatro de los cinco municipios del estado se han localizado restos humanos. La Paz encabeza los hallazgos con 74 osamentas; seguido de Los Cabos, con 41; Comondú, con 23; Mulegé, con tres y Loreto es el único que se mantiene en cero.
“Esta carretera está llena de fosas clandestinas (…) Empezamos en este punto en febrero; localizamos ocho osamentas humanas. En esta carretera de La Paz hacia San Juan de la Costa, llevamos 48 osamentas humanas, en estos meses que llevamos en este año.
“Decimos que esta carretera es puro panteón clandestino. Por eso estamos aquí, insistiendo, buscando brecha por brecha”, dijo a MILENIO, Gabriel Manríquez, coordinador de las jornadas del colectivo Búsqueda por La Paz.
La Paz, municipio con mayor número de osamentas halladas. | Diego Soto
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​A pesar de que los integrantes del colectivo son inexpertos en la búsqueda de fosas clandestinas, han aprendido de manera empírica y en los últimos años sus jornadas de búsqueda los han llevado a localizar 52 osamentas humanas en la ciudad de La Paz.
“Antes tardábamos mucho para dar con una fosa clandestina. Somos inexpertos, no sabemos cómo buscar una fosa y ahora que hemos estado localizando más constante, hemos aprendido cómo localizar una y se nos hace más fácil”.
¡Positivo! Un grito de las buscadoras en La Paz
Las jornadas de búsqueda inician alrededor de las 07:00 horas. Buscadoras, familiares y amigos se reúnen en un punto de la ciudad y de ahí parten escoltados por integrantes de la Guardia Nacional, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, y la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas.
Al llegar al punto, colocan su equipo de trabajo: palas, picos y una varilla de acero soldada con un maneral en forma de ‘T’.
Los buscadores utilizan palas, picos y una varilla de acero soldada para las tareas. | Diego Soto
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Reciben instrucciones de cómo distribuirse en parejas o células. Buscan lugares donde la superficie no sea firme y la tierra esté suelta. Para los buscadores eso es un indicio de un lugar que pudo haber sido manipulado y utilizado como una fosa clandestina.
Después de varios minutos o quizá horas de trabajo de campo, donde las temperaturas superan los 30 grados centígrados, se puede escuchar un grito: “¡Positivo!”, que significa el hallazgo de restos humanos en la zona.
“Vengo con la esperanza de que algún día lo voy a encontrar”
La señora María de los Ángeles es una de las integrantes del grupo de madres buscadoras; vio por última vez a su hijo en enero de 2019 y no pierde la esperanza de encontrar algún indicio sobre el paradero de Ángel Antonio Ruiz Álvarez.
“Ellos siempre comentan que no hay desaparecidos en Baja California Sur, pero al menos a mí nadie me va a decir que no es verdad, porque a nosotros nos consta cómo hemos sacado restos de las fosas. Busco a mi hijo; se lo llevaron, lo sacaron de mi casa, y ya tengo seis años buscándolo”, dijo.
“Siempre vengo con la esperanza de que algún día lo voy a encontrar. Yo sola nada más lo busco porque no expongo a mi familia. Aquí me ven luchando, siempre domingos, entre semana, viniendo a buscarlo y siempre vengo con la esperanza de que algún día lo voy a encontrar, pero se me ha hecho muy largo ya tantos años. Como ahorita ya hemos estado encontrando no pierdo la esperanza y la fe”.
Otro caso es el de la buscadora Martha Hirales Morales. A sus 61 años busca a su hijo Alberto Romero Hirales, a quien lo vio por última vez en abril de 2019.
Alberto Romero Hirales desapareció en abril de 2019. | Foto: Diego Soto.
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‘Narcoguerra’, Cártel de Sinaloa habría cambiado balaceras por ‘levantones’
En el periodo en el que desapareció su hijo, el Cártel de Sinaloa disputó una ‘narcoguerra’ por una fractura interna; Fuerzas Especiales Damazo se confrontó con los operadores locales de 2014 a 2019.
El gobernador del Estado de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro Cosío, sugirió una hipótesis en la que planteó que el cártel “encontró la fórmula”, cambiando las balaceras y enfrentamientos por los ‘levantones’ y por las desapariciones forzadas.
Los colectivos realizan las tareas bajo el sol y en áreas desérticas. | Foto: Diego Soto.
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La señora Martha Hirales es una de las víctimas indirectas de esta ‘narcoguerra’.
“Antes, como dice usted, los dejaban donde sea, tirados, pero ahora, al desaparecerlos, pues no sé estas gentes qué pensarán. Mi hijo tuvo una desaparición forzada. Ahora el 6 de abril se cumplieron seis años y hasta la fecha no ha habido ningún resultado”, dijo.
A partir del 16 de abril de 2025, el gobierno de Baja California Sur aceptó una nueva ‘narcoguerra’ del Cártel de Sinaloa en la entidad. De acuerdo con las autoridades locales las células del mismo cártel están peleando por el control de ‘la plaza’, por lo que podrían surgir más víctimas y personas desaparecidas en la entidad.
Con información de Milenio

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