‘El Ratón’ se convertirá en el primer hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en declararse culpable ante la corte del Distrito Norte de Illinois.

Anel Tello

Nada volvió a ser lo mismo en Culiacán desde el 17 de octubre de 2019. Como efecto dominó, aquel intento de aprehensión de Ovidio Guzmán López fue el inicio de una serie de episodios que, casi seis años después, mantienen al que un día fue el bastión del Cártel de Sinaloa bajo fuego.
A más de tres mil kilómetros de la capital sinaloense, este viernes 11 de julio El Ratón -como es mejor conocido el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán- se convertirá en el primero de sus herederos en declararse culpable ante la justicia estadounidense.
Haber continuado el lucrativo negocio que su padre inició llevó a Ovidio Guzmán López ante la Corte del Distrito Norte de Illinois en Chicago, donde pesaban en su contra diversos delitos relacionados al narcotráfico. Su única salida para evitar un destino igual de desafortunado que el del Chapo: colaborar con la fiscalía estadounidense.
Desde su extradición en septiembre de 2023, algunos movimientos en cortes estadounidenses y en la frontera comenzaron a presagiar el acuerdo de culpabilidad de Ovidio Guzmán López, un objetivo al que llegó tras una amplia trayectoria delictiva cuyo punto sin retorno fueron los llamados Culiacanazos.
Ovidio Guzmán: el hijo más tranquilo de El Chapo
Ovidio Guzmán López fue detenido durante el enfrentamiento en Culiacán Sinaloa.
“Un joven obediente y sumiso” fueron las palabras que Dámaso López Serrano alias El Mini Lic utilizó para describir a Ovidio Guzmán López en una entrevista que concedió a la periodista Anabel Hernández para MILENIO.
Según la entrega de la autora, el exsocio de Los Chapitos ubicó a El Ratón como el más tranquilo pero hábil en los negocios de todos los hermanos Guzmán.
“Era un joven muy sencillo, muy consentido por su mamá, su papá también porque era el chico, pero lo de su mamá era exagerado. Era muy mandilón, lo dominaba por completo su mujer, Adriana Meza Torres”, declaró el Mini Lic en entrevista con Anabel Hernández.
Dichas características coinciden con las reportadas por el periodista Óscar Balderas quien, tras consultar documentos de la Secretaría de Marina, describió la naturaleza de El Ratón como tímida y esquiva. De gustos dulces en comida y una personalidad afable.
Pese a contar con un perfil distinto al de otros grandes capos del hampa de México, a Ovidio lo condenó su apellido. La intención de dedicarse a cualquier otro oficio distinto al de su padre se desdibujó con una tragedia: el asesinato de Édgar Guzmán López, su hermano.
Con tan sólo 22 años de edad, El Moreno ya figuraba dentro de investigaciones estadounidenses como el encargado de establecer relaciones con otros traficantes de Sudamérica, una tarea que, tras su muerte, quedó en manos de sus hermanos Ovidio y Joaquín.
“Los hermanos Guzmán López comenzaron sus carreras narcotraficantes a temprana edad […] heredaron una gran cantidad de las ganancias derivadas de narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de ese dinero en efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia. Ellos también comenzaron a comprar grandes cantidades de efedrina y organizaron el contrabando del producto hacia México mientras comenzaban a experimentar con la producción de metanfetamina”, reza un informe del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Una vez dentro del negocio, el resto fue historia. Ovidio y Joaquín Guzmán López se convirtieron, junto a sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar en Los Chapitos, los líderes de la facción del Cártel de Sinaloa que su padre les heredó tras su detención y extradición a Estados Unidos.
Los Culiacanazos
Ovidio Guzmán fue objetivo de un fallido operativo para detenerlo en 2019 | Especial
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Aunque Ovidio Guzmán López destacó en el hampa del país por su habilidad en el lucrativo negocio del narcotráfico, su carácter dócil lo volvió siempre objetivo de preocupación y de protección por parte de su familia, especialmente de sus hermanos.
No sólo México sino también parte del mundo se enteró de lo que la familia Guzmán era capaz de hacer si tocaban a El Ratón el 19 de octubre de 2019 cuando, en un hecho sin precedentes, fuerzas federales desplegaron un intenso operativo para detenerlo en Culiacán, Sinaloa.
Considerarlo como el eslabón más débil de la facción fue un grave error para los miembros del gabinete de seguridad, quienes se vieron sorprendidos por el despliegue de decenas de pistoleros afines al Cártel de Sinaloa que buscaron, a toda costa, impedir la extracción de Ovidio Guzmán del estado.
‘Los Chapitos’ encabezan el cártel global del fentanilo
Una acusación presentada ante el Distrito Sur de Nueva York narra que Los Chapitos desplegaron todo su poder militar y ordenaron a todos sus sicarios que se concentraran en Culiacán para luchar por la liberación de Ovidio. Fue así como el cuerpo de seguridad de los hermanos Guzmán atacaron a fuerzas del orden de los tres niveles de gobierno, desatando terror en la capital sinaloense y en sus alrededores.
Narcobloqueos, balaceras, privaciones de la libertad y más de una docena de asesinatos -incluyendo el de un miembro de la Guardia Nacional- constituyeron uno de los episodios más turbios que se han vivido en Sinaloa, al grado que el entonces expresidente Andrés Manuel López Obrador ordenó la liberación del hijo de El Chapo Guzmán.
Aquella decisión desató una oleada de críticas en contra del exmandatario e, incluso señalamientos de una presunta colisión con la organización delictiva, sin embargo, la cualidad escurridiza de El Ratón no duraría mucho.
Casi cuatro años después, nuevamente Culiacán fue epicentro de una intensa jornada de violencia que tuvo como génesis al mismo hijo de El Chapo. La diferencia: un operativo táctico y el refuerzo de las fuerzas federales.
Quema de autos por detención de Ovidio Guzmán.| Jorge Carballo
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Videos de pistoleros disparando contra aviones civiles en el aeropuerto de Culiacán, múltiples enfrentamientos armados con las fuerzas federales y la advertencia a la ciudadanía de que no saliera a las calles terminaron por concretar el objetivo: Ovidio Guzmán López fue capturado.
El Ratón fue trasladado a la Ciudad de México en medio de un fuerte operativo de seguridad, posteriormente, el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) No. 1 en el Estado de México se convirtió en su hogar durante al menos nueve meses.
En septiembre de 2023, mientras Andrés Manuel López Obrador daba el que fue su penúltimo grito del Día de la Independencia de México, la misma aeronave de la Fiscalía General de la República (FGR) que años atrás trasladó a El Chapo a Estados Unidos, aterrizó en Chicago, esta vez, con El Ratón como su principal pasajero.
El complejo entramado legal que Ovidio Guzmán López comenzó a afrontar en el país de las barras y las estrellas dio un giro inesperado luego de que su hermano, Joaquín, arribara a un aeródromo cercano a El Paso, Texas en compañía de un viejo pero muy valioso socio de la familia: Ismael El Mayo Zambada.
El secuestro del septuagenario capo desató un fuerte conflicto entre ambas facciones del Cártel de Sinaloa que ha hecho del estado un campo de batalla desde septiembre de 2024, dejando a su paso múltiples consecuencias adversas que Ovidio y el clan Guzmán López ahora libran gracias a un acuerdo de culpabilidad.
Con información de MILENIO

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