Crisis silenciosa en el transporte urbano; urge subsidio al diésel ante crisis operativa en Sinaloa
Transportistas aseguran que se debe retomar proyectos de carril preferencial, paraderos fijos y actualización de tarifa por rutas en riesgo
Mario Núñez
Culiacán, Sin.- El transporte urbano de Culiacán atraviesa una de sus etapas más críticas en años debido al incremento de costos operativos, la falta de actualización tarifaria y la caída en el número de pasajeros, advirtió José Manuel Mendívil Álvarez, presidente de la Alianza del Transporte Urbano de Culiacán.
El líder transportista, explicó que desde la pandemia, el servicio no ha logrado recuperar su nivel de ingresos y, a más de tres años sin ajuste en la tarifa, los concesionarios enfrentan severas dificultades para mantener en circulación las unidades.
“Es muy difícil sostener el transporte en buenas condiciones; hay compañeros que ya no tienen ni para reparar sus camiones. Lo que más nos está pegando es el combustible. El diésel está muy caro y sin apoyo, la situación es insostenible”, señaló.
Gastos operativos

Actualmente, operar un camión con aire acondicionado puede costar hasta 3 mil pesos diarios en combustible, frente a mil 600 pesos de una unidad sin aire.
Sin embargo, ante las altas temperaturas de la ciudad, prescindir de este servicio es inviable para conductores y usuarios.
Y los gastos no terminan ahí, pues añadió que cuando los camiones requieren mantenimiento es un gasto extra y según la situación es el gasto, ya que un compresor para el aire acondicionado puede costar entre 30 y 40 mil pesos; reparar una transmisión, otros 30 a 40 mil; y una máquina completa hasta 100 mil.
Incluso las piezas menores, como abanicos de techo o mangueras, pueden representar desembolsos de varios miles de pesos.
“Son gastos impredecibles y variables; hay socios que duran meses sin poder reparar sus camiones porque simplemente no hay flujo económico”, advirtió el dirigente.
Mendívil Álvarez, recordó que en temporada de vacaciones o suspensión de clases, la afluencia de pasajeros baja entre un 30 y 40 por ciento, lo que reduce aún más los ingresos, y aseguró que aún así, las rutas deben seguir operando, con o sin pasaje.
En Culiacán funcionan 67 rutas, pero algunas permanecen inactivas desde la pandemia, las que siguen en operación ajustan sus horarios y número de unidades para evitar pérdidas, priorizando cubrir el servicio aunque no se generen ganancias.
Proyectos varados y falta de infraestructura

La precariedad del sistema no solo responde a los costos operativos, ya que los proyectos clave como la instalación de paraderos oficiales y carriles preferenciales llevan años detenidos por falta de recursos.
“Tenemos los diseños listos, pero en cuanto se habla de inversión, todo se congela”, lamentó el dirigente del transporte.
Mendívil Álvarez, puntualizó que muchas vialidades por donde transitan las rutas permanecen en condiciones intransitables.
La falta de pavimentación y de sincronización semafórica obliga a los camiones a frenar y acelerar constantemente, elevando el consumo de combustible y el desgaste mecánico.
Ante dicha situación, la Alianza del Transporte Urbano solicitó una reunión inmediata con el gobernador para gestionar subsidios temporales al diésel y reducir costos en insumos como llantas.
El sector espera también que el gobierno estatal gestione recursos federales anunciados por la Presidencia para modernizar el transporte público a nivel nacional.
“Un transporte eficiente requiere compromiso tanto de los transportistas como de las autoridades. Nosotros ponemos las unidades y el trabajo; el gobierno debe garantizar infraestructura vial adecuada y apoyos para que el servicio se mantenga”, sostuvo.
Mendívil insistió en que la actualización de tarifas debería aplicarse de forma automática conforme a la inflación, para evitar negociaciones prolongadas y garantizar la viabilidad económica del sector.
Propuesta al subsidio

La Federación de Autotransportes del Estado de Sinaloa (Faes) lleva meses solicitando un subsidio que cubra el 100 por ciento del descuento a estudiantes y personas con discapacidad, pero hasta hoy no ha obtenido respuesta oficial.
En Sinaloa, la tarifa preferencial para estudiantes es de 3.50 pesos, mientras que el costo real del pasaje es de 11 a 12.50 pesos según la unidad.
La diferencia, que en otros estados se cubre con subsidios estatales o federales, en Sinaloa recae casi por completo sobre los transportistas.
Representantes de Faes señalan que este esquema es insostenible; por cada estudiante que aborda una unidad, la empresa deja de percibir hasta 9 pesos por viaje.
Los modelos de subsidio en entidades como Nuevo León, Querétaro y Ciudad de México, el subsidio al transporte se canaliza directamente a los concesionarios a través de transferencias mensuales condicionadas a mantenimiento de unidades y control de tarifas, en Sinaloa, no existe un mecanismo similar.
Por otra parte, Ricardo Rodríguez, ejecutivo de proyectos en MAPASIN, dijo que para el mejoramiento de las condiciones del transporte urbano, Culiacán necesita una política integral de movilidad donde éste medio sea eje central.
El eje central, sería para que las condiciones y las diversas dinámicas se sienten en el transporte público y no que éste se siente en las capas de los movimientos de los usuarios, particularmente de los vehículos.
“Eso va a traer situaciones completamente diferentes a Culiacán, y uno de los pasos principales que se pueden hacer es establecer un programa de paradas ya establecidas, suena redundante pero así es; que los usuarios, los transportistas, los conductores del transporte público sepan en qué momento, en qué sitio de la vialidad pararse, va a traer mejoras significativas al transporte público”, señaló.
Finalmente, comentó que pudiendo parecer acciones aisladas en su conjunto generarían redes, solicitando estos cambios desde la comunidad, adaptándose las dinámicas y los usuarios a las necesidades del mismo.