Deuda pública: “la muerte lenta de las finanzas del Gobierno Federal”
Alguien Tiene que Decirlo
Samuel Sarmiento
Los gobiernos, como las familias, tienen diferentes fuentes de ingresos, deudas y gastos, que se pueden analizar de una forma similar.
Por ejemplo, para el 2026, el Gobierno Federal proyecta gastar 10.2 billones de pesos, esto es 891,668 millones de pesos adicionales o el 9.6% adicional al año pasado, pero hay un problema, entre sus fuentes de ingresos, como los impuestos, venta de bienes, prestación de servicios, derechos, productos y aprovechamientos, sólo dispone de 8.7 billones de pesos ¿y qué hace el gobierno? pues lo que haría una familia, se endeuda.
En este caso, la deuda pública significa ese faltante en los ingresos, que ascenderá a 1.5 billones de pesos o dicho en otras palabras, el próximo año, será deuda pública 1 de cada 7 pesos del Gobierno Federal.
Lo preocupante es que cada año la deuda pública representa una mayor proporción de los ingresos del Gobierno Federal, por ejemplo, el 2025 la deuda significaba el 13.4% de los ingresos y para el 2026 será el 14.4%.
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al mes de julio del 2025, la deuda pública bruta asciende a 19 billones de pesos, de los cuales, el 76% es deuda interna (Cetes, Bonos y Udibonos), que son instrumentos de deuda que emite el Gobierno Federal y que son comprados por inversionistas.
El otro 24% es deuda externa, eso quiere decir, Bonos y deuda con organismos internacionales, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, pero lo que llama más la atención es el incremento de la deuda pública en los últimos sexenios… en el 2018 la deuda pública (interna y externa) era de 10.8 billones de pesos y para el 2026, la deuda pública alcanzará los 20.5 billones de pesos, eso significa un incremento del 90%.
¿Alguien recuerda la frase: “no vamos a endeudar al país”, que un político diariamente repetía hasta el cansancio? pues resulta que no era cierto.
La deuda per cápita, la deuda individual que tenemos cada uno de los 131 millones de mexicanos de todas las edades es de 156 mil pesos, comparado con los 87 mil pesos del 2018.
Y el problema no es la deuda pública en si misma, sino el destino de la deuda… no es lo mismo que una familia adquiera una deuda a 30 años para comprar una vivienda a que se endeuden para comprar el nuevo IPhone 17 pro.
La deuda es una palanca de desarrollo, en tanto nos permita aumentar nuestro capital y en el caso del Gobierno se destine a infraestructura pública, no para cumplir caprichos efímeros…
Para el 2026, los programas prioritarios sociales ascenderán a 987,160 millones de pesos, lo que equivale a construir cada año 8 aeropuertos del tamaño de Texcoco, ese que iba a ser de clase internacional.
Sin embargo, hoy un solo programa (la pensión de adultos mayores), representa el 53% de los programas prioritarios sociales. Hago esta comparación, porque pronto, quizá antes de que finalice este sexenio, las finanzas públicas no soportarán ese ritmo de gasto y como pasa con las familias cuando se endeudan irresponsablemente, pues van a quebrar, lo que comprometerá el desarrollo del país, la inversión pública y los programas sociales.
La deuda se está convirtiendo en la muerte lenta de las finanzas públicas y para evitarlo, el Gobierno Federal necesita hacer una reingeniería en los programas sociales para reducir su peso presupuestal y que sólo les lleguen a quienes realmente los necesitan y por otro lado, urge ampliarla base gravable, hay que recordar que el 55% de las personas trabajan en empresas informales que no pagan impuestos.