Paúl Chávez

“Durante demasiado tiempo, la corrupción nos ha robado el futuro, nuestros sueños y la dignidad de nuestra nación” Hami N. un organizador de la protesta en Nepal.

¿Qué nos estamos jugando?

Yendo a fondo, no es solo que se castigue a los delincuentes, a los de cachucha, a los de corbata, a los que se disfrazan de políticos; hemos perdido no solo la paz: estamos perdiendo la dignidad cívica, los valores que han definido nuestra identidad, se está pisoteando la bandera de la patria, el honor de las fuerzas armadas. No hay a quien rendirle honores porque no gobiernan a la altura que la crisis de violencia y económica exigen… a costa del dolor del pueblo. Eso por sí mismo crea un colapso.

El dolor tiene el gran poder de despertar, porque duele, y de transformarlo cuando le encontramos sentido. De esto escribimos al final.

Pero la mecha humeante se aviva con el clamor popular en las marchas: es el pueblo unido que no se da por vencido, quiere ser oído y atendido. Ya no soporta más las mentiras, ni los abusos, ni los vacíos de autoridad, ni el silencio… pero duele más la indiferencia.

El emperador Honorio

¿De qué se trata todo esto?

Arriba, el inglés John Waterhouse pinta magistralmente el lenguaje corporal en el momento en que acuden ante el joven emperador Honorius algunos sacerdotes con una profunda reverencia, pero antes tiene que atender a sus favoritos: dar de comer a sus palomas; las que comen de su mano, los demás pueden esperar o no ser atendidos, ante la mirada vigilante de su guardia.

Honorius al morir su padre se convirtió en emperador a los 10 años, gobernó –por así decirlo– por 30 años hasta cumplir los 40, su período fue inestable y terminó con el saqueo de Roma por los visigodos en el año 410 y con él, el fin del glorioso imperio romano. No me vayan a preguntar en qué época, cómo aquél chavo culichi que entusiasmado por escuchar la historia, le preguntó al guía turístico en Roma ¿Oiga, los Papas fueron antes o después de cristo? El cuadro es de 1883 pero cualquier parecido con la realidad… es mera coincidencia.

Sorprende la generación Z

Nepal vive una grave crisis política, económica y social, los jóvenes nacidos entre 1995 y 2010, protestaron causando la renuncia del primer ministro porque la corrupción arraigada les impedía cumplir sus sueños, cansados por tanto nepotismo de los políticos. La gota que derramó el vaso fue prohibirles las redes sociales, eso no lo soportan.

Aprendamos de nosotros

En la marcha del domingo pasado, la más grande que recordamos en todo Sinaloa, brotó la típica cordialidad y apertura culichi de la que nos sentimos tan orgullosos; se desfiló con buen ánimo mezclado con el dolor de las valientes viudas y madres buscadoras, nos conmovieron, de tantos que han sufrido en carne propia la violencia y que anhelan la paz poniendo el ejemplo: marchando pacíficamente. En ella manifestaron sus auténticos deseos de cambio.

Los políticos que no estén en la sintonía del dolor ajeno, que lo desprecien, que no les interesen sus problemas económicos, que no siembren el progreso, en el campo, el mar, en las fábricas, los talleres, los negocios, que no quieren usar la legítima fuerza para acabar con la raíz de la violencia, caducarán tarde o temprano. La razón no es política, es simple: el buen gobierno se alimenta de la prosperidad del bien común.

Los malos gobiernos, populistas y comunistas, se enriquecen empobreciendo a la gente y se vuelven más cínicos entre más tonta e indiferente sea la gente. Esas marchas debieron empezar antes en los Culiacanazos de 2019 y 2023 ¿La gente está aprendiendo que el narcotráfico y el lavado de dinero traen más dolor y sufrimiento que la burbuja económica que produce? Muchos sí, sin duda.

El humor británico

Aldous Huxley el de “Un mundo feliz” influyó en la juventud de los 60’s, decía que “cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposo se vuelve su lenguaje”. En Londres un ciudadano gritó a Winston Churchill desde la multitud “eres un estúpido”, la policía lo arrestó por insultar al primer ministro; en el Parlamente un opositor preguntó indignado si era correcto encarcelar a alguien solo por ofender. Churchill con su típica calma e ingenio respondió “no lo arrestaron por insultarme, lo arrestaron por revelar un secreto de estado”.

El humor más que las diatribas o indiferencia, conquista. El humor mantiene la dignidad, toma distancia de los problemas y siempre resulta atractivo.

El dolor tiene un profundo sentido

Cuando le encuentras sentido a tu dolor, duele menos, apaga tu resentimiento y el odio si acaso lo hubiese, así tendrás paz y reduce la violencia, así mejoramos como personas. La compasión nos hermana, la indiferencia nos aleja.

Tanto dolor y sufrimiento en tantos lugares del país tiene un propósito: nos están despertando de la falsa ilusión del egoísmo que se encumbra sobre los demás y de exigir y promover un buen gobierno.

Todo esto tiene sentido: recobrar la paz interior, el bien familiar y donde vives. La paz autentica viene de una mente no perturbada. Exijamos la paz con firmeza sin ingenuidad. Ay de los políticos que no lo entiendan porque entonces no han entendido nada.

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