Microcines que acercan la cultura a los ciudadanos
Estos espacios íntimos y alternativos han logrado crear experiencias que combinan arte, naturaleza y cine de autor para los sinaloenses
Mariam Bon / El Sol de Sinaloa
En medio de la rutina urbana y la hegemonía de las salas comerciales, un nuevo movimiento cinematográfico cobra fuerza en la capital sinaloense, “los microcines”. Espacios íntimos y alternativos, como El Beso del Búho, la Sala Lumiére del ISIC, el Cinema Botánico en el Jardín Botánico y el Jardín Evolutivo del Centro de Ciencias de Sinaloa, han logrado crear experiencias que combinan arte, naturaleza y cine de autor para los sinaloenses.
El Beso del Búbo
Estos espacios rompen con el formato tradicional de las cadenas cinematográficas. El Beso del Búho, por ejemplo, es un microcine independiente inspirado en un modelo de Brooklyn. Su fundador, que prefiere mantenerse en el anonimato, lo concibió como un lugar acogedor y seguro donde el espectador puede disfrutar de películas alternativas y de culto, que rara vez llegan a los cines comerciales mexicanos. Con proyecciones subtituladas en su idioma original y programación semanal de jueves a domingo, este cine de estilo cooperativo se ha convertido en un punto de encuentro para jóvenes y adultos que buscan una experiencia cinematográfica distinta.
Sala Lumiére
Por su parte, la Sala Lumiére, ubicada dentro del Instituto Sinaloense de Cultura, rinde homenaje a los hermanos Auguste y Louis Lumiére, pioneros del cine. Aquí se realizan ciclos de cine de arte y proyecciones temáticas que acercan a los ciudadanos a producciones nacionales e internacionales que suelen pasar desapercibidas en el circuito comercial. La sala se distingue por su programación cultural y por ofrecer una atmósfera que privilegia la contemplación y el análisis cinematográfico.
Cinema Botánico
Los microcines al aire libre también están dejando huella en la ciudad. El Cinema Botánico, ubicado en el Jardín Botánico de Culiacán, permite a los asistentes disfrutar de películas bajo el cielo estrellado, rodeados de vegetación y arte contemporáneo. De manera similar, el Jardín Evolutivo del Centro de Ciencias de Sinaloa combina educación, ciencia y cine, generando experiencias sensoriales que vinculan la naturaleza con la cultura.
Lo que distingue a estos espacios es más que su tamaño o ubicación, es la posibilidad de experimentar el cine de manera diferente, en entornos que fomentan la reflexión, el disfrute estético y la comunidad. Aquí, la cultura audiovisual se vive de cerca, sin las distracciones del cine comercial, y con la libertad de explorar propuestas arriesgadas, introspectivas o de difícil acceso en México.
En Culiacán, estos espacios se consolidan como un puente entre la ciudad y la cultura, recordando que el cine puede ser mucho más que entretenimiento, es un espacio de encuentro, de aprendizaje y de disfrute colectivo que inspira, cuestiona y conecta a los ciudadanos con la diversidad del arte audiovisual.
Con información de El Sol de Sinaloa