La estridente partida de Gertz Manero; el cuarto informe de Rocha; la capital del Bienestar
DOMINGRILLA
FRANCISCO CHIQUETE
Seguidores y opositores del gobierno federal coinciden en una cosa: el exfiscal Alejandro Gertz Manero se fue por haber filtrado información sobre casos muy relevantes, entre ellos el huachicol fiscal y más recientemente, el escándalo Miss Universo Huachicolero.
La mismísima presidenta Claudia Sheinbaum confirmó o casi, las versiones que aparecieron como especulaciones. Hace falta más coordinación entre las fiscalías, dijo.
Pero al margen de las motivaciones coyunturales, el hecho es que una vez más se violentaron las leyes para establecer una decisión de gobierno, y sobre todo para acabar con cualquier rasgo de autonomía en una institución tan importante como la FGR.
Cuando desapareció la Procuraduría General de la República para dar paso a una fiscalía, las fuerzas partidistas representadas en el Congreso acordaron dotarla de autonomía, y uno de los elementos para garantizarla, sería su carácter transexenal. El titular pasaría el sexenio de quienes lo designaron, y sería inamovible por los sucesores.
Con Claudia Sheinbaum no fue posible. Más aún: como nunca, se designó a una “fiscal carnal”, que garantizará los intereses del gobierno en turno, como ocurrió cuando ella fue fiscal de la Ciudad de México.
Como corresponde a todo funcionario entrante, Ernestina Godoy hizo el compromiso de trabajar con “ética, firmeza y profundo sentido de la justicia”. Lo de la ética ya está en la cuerda floja por la forma evidentemente extralegal en que se procedió para darle el puesto: no sólo obligaron a Gertz Manero a renunciar sin exponer una causa grave, sino que lo hicieron darle a la señora Godoy, un nombramiento que la colocase como fiscal interina. Ya la confirmación en el Senado es cosa juzgada. La única duda es si conseguirán figuras que sirvan de patiños para darle formalidad al asunto, aunque siempre hay quién se reste “para hacer currículum”.
Algunos analistas consideran que este relevo en la FGR es un golpe en la mesa por parte de la presidenta. Que está demostrando quién manda en este país, y que a partir de ahí se deshojarán otros nombramientos que sustituyan a personajes muy visibles del lópezobradorismo, que operan como inmovilizadores del gobierno actual.
Pero también hay quienes consideran que en realidad se trató de un castigo porque Gertz filtró la información de casos en que están involucrados personajes importantes del primer círculo de AMLO, como Adán Augusto López Hernández y últimamente con el anterior equipo de Pemex, que aparece aliado a Raúl Rocha Cantú, dueño de Miss Universo. Y lo que es peor: se los filtró a enemigos tan odiados como Latinus, al que no le han podido desmentir acusaciones de corrupción en que aparecen hasta los hijos de Andrés Manuel.
Vamos a ver en qué términos opera doña Ernestina Godoy. Si detiene la avalancha de acontecimientos derivados de Huachicol fiscal y el huachicol de la belleza, o si por el contrario, aprovecha para poner en su lugar a los lopezobrdoristas que insisten en creer que su sexenio entra ya al octavo año.
Pienso que será lo primero.
¿Y LA LEY?
Entre los defensores del cambio en la fiscalía, el senador sinaloense Enrique Inzunza se ganó espacios en medio por advertir que “los puestos públicos son finitos”, y que el espacio se puede acabar por vejez, como en el caso de Gertz, a quien la edad provecta de todos modos no le impide ser invitado a representar a México en una representación diplomática.
Al senador, dedicado a la creación y perfeccionamiento de las leyes, se le olvida que en el caso de la Fiscalía no hay un límite de edad y que tampoco han modificado la obligación de presentar causas graves para validar una renuncia o una remoción.
Bien dicen que “el que hace la ley hace la trampa”, pero a veces ni siquiera eso ocupan. Sólo pasan por encima de la ley.
EL CUARTO INFORME
Después de cumplido el trámite de enviar su cuarto informe de gobierno al Congreso, el gobernador Rubén Rocha Moya cumplió también con el compromiso de reunirse con los diputados y analizar cara a cara las acciones desarrolladas y “el estado que guarda la administración pública”.
Contra lo que pasó en los dos años anteriores, Rocha Moya pudo ir al Congreso, dialogar con los diputados, escuchar algunas posiciones duras, hacer gala de paciencia con ellas, y escuchar las untuosidades de los diputados de sus tres partidos aliados.
Esta vez ni el PAS se puso carrascaloso. Su boletín informativo dice que “los diputados del PAS asistieron a la comparecencia del gobernador”. Tan sencillo como eso.
El cuarto informe de un gobernador, por lo menos un gobernador sinaloense, ha sido siempre el que más expectativas genera. Las líneas de trabajo, el acompañamiento del presidente en turno, le dan por lo menos oportunidad de intentar ejercer el derecho de veto (a todos les ha fallado, excepto a Juan Millán, quien incluso logró dejar a su sucesor).
En el caso de Rocha, el desgaste político de los graves escándalos vividos, y sobre todo el que le genera la guerra interna del Cártel de Sinaloa, provocan desgano hasta entre la clase política, de modo que su cuarto informe, como aún suele decirse en las rancherías, “ni güele ni jiede”.
LA IDEA DEL BIENESTAR
Los políticos suelen acudir cada vez más a la mercadotecnia para respaldar su imagen con frases, con programas más lucidores que cumplidores, en fin, con forma más que con esencia.
Es el caso de Culiacán, que ahora trae de moda el autotítulo de “Capital del Bienestar”.
¿Alguien en el equipo del alcalde Juan de Dios Gámez se puso a pensar en el alcance de esa frase? ¿De veras da bienestar la asistencia nutrida a la Feria Ganadera? ¿o lo dan los crímenes, cada vez más espantosos que se cometen en las colonias, en los barrios residenciales, en las sindicaturas aledañas? ¿O lo dan estadísticas como las que ubican en Culiacán el 25.8 por ciento de los feminicidios cometidos en el país entre enero y octubre?
Tanto Andrés Manuel López Obrador como Claudia Sheinbaum han choteado el término atribuyéndoselo a cada programa chafa o ambicioso que emprenden, pero en el contexto de una ciudad como Culiacán, con las matanzas, extorsiones y robos a la orden del día, eso de “Capital del Bienestar” parece burla.

