La oposición en los tiempos del cólera
Héctor Calderón Hallal
Releer a García Márquez en una de sus obras más emblemáticas, como “El
amor en los tiempos del cólera”, nos remite, en países como el nuestro,
inserto en el subcontinente latinoamericano, a rescatar una de esas premisas
tan propias de un lenguaje tan abundante y formal como el español… nos
remite indefectiblemente a valorar en toda su dimensión a la fuerza de un
ideal…
El ideal amoroso… la pasión de dos seres humanos que se corresponden
biunívocamente a lo largo … y a pesar del tiempo.
Pero hay muchos otros ideales y constructos sociales y políticos que el
formidable texto de ‘Gabo’ aparecido en 1985, nos sugiere subrepticiamente,
a partir de su emplazamiento súbito al lector a ponderar valores como la
constancia, la perseverancia, la resiliencia, el compromiso, el
profesionalismo, la entrega, la pasión, la fraternidad con el prójimo, entre
otros.
La novela de un tórrido romance (imposible) sostenido desde la juventud
hasta la vejez, por dos jóvenes colombianos (Fermina y Florentino) y que
incurre hasta en el “entuerto” propio de las tragicomedias, donde la
enfermedad y los signos del amor se confunden y hacen influir con
determinación a la vejez y a la muerte, propician que surja de entre todos los
elementos de la narrativa, la más importante de las aptitudes en un hombre
o una mujer de lucha: la perseverancia… la constancia.
Consolidaron su amor los protagonistas, no obstante que la mujer se habría
casado confundida con otro varón y fue hasta después de disuelto ese
matrimonio -por la muerte del cónyuge- es que Florentino y Fermina se unen
al final de sus vidas… y pese a todo pronóstico.
El texto del colombiano ‘más mexicano’ de todos los tiempos, nos traslada
también -irremediablemente- al tema político en América Latina, donde la
gente, gracias a su resiliencia y gran capacidad de resolución cívica, ha
manifestado desde finales de 2023, su rechazo paulatino a las ‘izquierdas
populistas’ en el subcontinente, en por lo menos cuatro naciones muy
significativas: Argentina, República Dominicana, Bolivia y Chile, donde se
habrían instaurado regímenes de izquierda radical… y ahora se vuelcan hacia
la derecha o la centro-derecha.
Aquí lo ponderable es la aparición del civismo, la ética y el compromiso con el
ideal político… más allá de la resiliencia y la resolución, como valores
comunes.
Valores, estos últimos, que en México hemos venido desdeñando
notablemente en los últimos años.
También en Europa se observa el fenómeno y en un lapso más o menos
equivalente. En Francia, Alemania, Países Bajos, Austria y Bélgica… aunque en
estos casos se registra un riesgoso y drástico cambio hacia la extrema-
derecha.
El ideal político existe, es real.
Es como el ideal amoroso: nunca desaparece y hasta se llega a creer
firmemente en él… más allá de los linderos del “choro” mismo… de manera
febril, a pesar del deterioro de la salud muchas veces… en una sólida relación,
que es correspondida de un sentido a otro … y viceversa.
Por un lado, del que lo desarrolla y lo cultiva hacia la otra persona o
institución política… o del otro lado, del que lo recibe y se compromete a
enarbolarlo… a honrarlo siempre, a cada acto público y privado de su
existencia… o cuando no es capaz de responder en alguna medida por el
destino o el patrimonio de su prójimo de al lado.
Se deshonra y se compromete el ideal político, cuando cada ‘paisano’
empoderado, egocéntrico y ambicioso, despliega actos o hechos jurídicos
que lo traicionan y/o lo contradicen.
Se deshonra, cuando no se sirve al pueblo con la integridad ni la equidad
implicadas constitucionalmente hacia todos los gobernados por igual, de
frente a la ley… es decir, cuando se hace con un rasero de clientelismo
electoral.
Se deshonra, cuando no se respeta la legalidad desprendida de la ley
suprema.
Se deshonra, cuando se violentan las libertades de expresión, de
participación, de elección, de diálogo (entre autoridades y gobernados) …
Se deshonra, cuando se incumplen promesas y compromisos.
Se deshonra, cuando se construyen ‘mayorías legislativas ficticias’ con tal de
imponer la voluntad del partido hegemónico a como dé lugar, sin
deliberación ni consenso alguno con las demás fuerzas políticas.
Se deshonra, cuando se pretende borrar todo vestigio de oposición del
espectro político de un país; cuando no se admite la contrariedad en la
crítica; cuando no se entienden las razones ni las motivaciones del diferente,
del integrante de la minoría… del relegado, del ofendido, del agraviado en
sus derechos.
Uno de los grandes retos a corto plazo que tiene este gobierno encabezado
por Claudia Sheinbaum, es precisamente borrar la mala impresión que han
dejado algunos operadores políticos de Morena, su partido, quienes han
pretendido con sus actitudes y acciones, imponer a como dé lugar la fuerza
de la mayoría, como fin en sí mismo y no como un medio para conseguir el
equilibrio o el consenso social.
Ahí están los deplorables casos -todos acreditados ante la opinión publicada-
de Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña, Ricardo Monreal Ávila,
Jesús Ramírez, Ignacio Mier, Lenia Batres … entre otros.
Actitudes que chocan con la soltura y la confianza que ha mostrado siempre
que ha sido autoridad la hoy presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hay
que decirlo.
Quienes desde el actual gobierno de la 4 T muestran ser más irritables ante la
presión de la oposición y la crítica, son los actores que, sin duda, se sienten
más vulnerables y menos seguros de su posición ganadora.
Tan sólo véase la seguridad con la que se desenvuelve la presidenta
Sheinbaum…
El tono respetuoso con el que por lo menos, Claudia sí reconoce la existencia
de la oposición… la forma de tolerar la crítica con preguntas incómodas
durante la conferencia presidencial ‘mañanera’… contesta con notoria
tolerancia y paciencia a todos los cuestionamientos provenientes de sus
medios críticos.
Pero dentro de su staff y de su equipo gobernante en Morena, se advierte
que hay gente que detesta cualquier forma de expresión opositora…. Que le
apuesta a la desaparición de sendas formas de expresión, que se encuentran
institucionalizadas desde hace casi un centenar de años. Como el PAN… y
como el PRI.
De nada sirven estas mentalidades tan perturbadas y siniestras.
Hoy día, ser oposición es una tarea amarga y hasta ingrata en muchos de los
casos.
El arduo y a veces imposible trabajo de réplica ideológica se hace sin dinero,
sin estructura … y contra las propias adversidades impuestas desde el sistema
gubernamental mismo … que no muestra alicientes a la tarea de construir ni
diálogos, ni consensos…. Ni mucho menos equilibrios en la tarea gubernativa.
Exponiendo la integridad… y en ocasiones también hasta la vida misma, no
solo de actores políticos (dirigentes, candidatos, etc…) sino de periodistas,
comunicadores, analistas, panelistas, opinadores, dirigentes de organismos
de defensa de derechos humanos, docentes, líderes sociales, entre otros
muchos…. Que han sido desaparecidos, lesionados o despedidos y
censurados en sus respectivas fuentes laborales.
Si no, también hay que preguntarles a todos aquellos nuevos mártires de la
política mexicana que, a partir de aquel oprobioso proceso de 2021, fueron
deliberadamente inhabilitados con la privación de su libertad, el pleno día (o
antes incluso) de la jornada electoral, en aquel deplorable julio de 2021.
Y es que, quien no entienda las reglas del juego de la política, que mejor se
dedique desde hoy, a otra actividad -más provechosa-….
Quien no entienda o no quiera reconocerlo, no está apto ni siquiera para la
vida en comunidad… menos para la actividad política; mucho menos para
gobernar.
Vivir en comunidad implica confiar la integridad propia en el que está al lado
haciendo la cadena social… porque uno está ocupado intentando soportar y
salvaguardar la integridad del que está de nuestro otro lado de la cadena.
Así son las reglas de la convivencia política… implican un compromiso de
secuencia vital.
Este es un juego de ‘proximidad’… por eso se llama ‘prójimo’ el de a lado.
Por esas razones anteriormente expuestas, vaya desde este espacio de
publicación, de los últimos del presente año, un sincero reconocimiento a
todos aquellos integrantes genuinos de la oposición mexicana… incipiente si
se quiere, a juicio de numerosos críticos, que en lugar de alentarla… la
atacan, la defenestran, la minimizan… y hasta la satanizan, publicando
especies que, en muchos de los casos, no se comprueban ni se consolidan.
Verbigracia:
Para Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas, el senador que se consolidó en este
año, contra viento y marea provocados por sus opositores, como el genuino
‘hombre-ancla’ de la oposición frontal en el México de nuestros días; el
legítimo defensor de su franquicia electoral (PRI) y la estructura que a este le
queda, aun con señalamientos elaborados por el “sistema morenista de
impugnación de falsos”, desde la Fiscalía General de Justicia de Campeche.
Para Ricardo Anaya, el otro gran senador opositor que, a la distancia, emerge
de las ruinas que provocaron su caída, en aquella campaña presidencial del
año 2018, gracias al impulso del presidente Enrique Peña Nieto y, como hoy
también se ha comprobado -desafortunadamente- en el marco de aquel
siniestro acuerdo suscrito por Peña Nieto con quien le sucedió en la
Presidencia de la República… hoy , a la distancia, se aprecia el valor político
del queretano y el justificado “temor” de EPN y de AMLO al tratar de
”cerrarle el paso” desde entonces. El PAN tienen en Ricardo Anaya a un gran
prospecto, a un gran exponente de la juventud mexicana preparada para el
ascenso al poder.
Para el también senador Luis Donaldo Colosio Riojas, un indiscutible
prospecto a competir (y con muchas posibilidades de ocupar) la Presidencia
de la República en el ya inminente 2030. Sus participaciones valiosas y
valientes en la tribuna de la cámara alta de nuestro país, nos confirman la
gran capacidad analítica y la sólida preparación con que cuenta, pero,
además, el gran valor civil heredado de sus padres, quienes, en su tiempo,
fueron capaces de denunciar situaciones anómalas y propicias de sospecha
en la mecánica de “definición de circunstancias” al interior del PRI aquel de
1994.
Nuestro reconocimiento también a la muy valiosa senadora Lilly Téllez, por su
valor de denuncia en la tribuna del Senado y en cuanto espacio público de
denuncia tiene a su alcance… sin duda, otro gran prospecto a la Presidencia
de la República.
Y por supuesto, también vaya un reconocimiento efusivo e intenso, para un
Federico Döhring, joven por demás talentoso, brillante y articulado del PAN
en la CDMX; también otro para el michoacano Germán Martínez, quien sin su
‘coraza’ ética, no podría haber aportado tanto y en tan poco tiempo, a darle
una presencia sólida al PAN en la capital de la República.
Y otro reconocimiento más para el aguerrido y muy preparado diputado
federal sinaloense Mario Zamora Gastélum, en su puntual y leal defensa de
los intereses de los productores de Sinaloa y la zona noroeste del país.
Así como a la senadora Paloma Sánchez, por demás digna representante de
Sinaloa ante el Pacto Federal quien, desde la cámara alta, ventila asuntos de
que agravian a sus representados del Estado de Sinaloa, pero además a
numerosos sectores del país. Se ha convertido la mazatleca Paloma Sánchez,
en muy poco tiempo, en esa voz fresca pero fuerte, que sabe convertir en
sentencias y consignas, las ideas críticas más articuladas, desde la tribuna del
Senado.
Reconocimiento para la diputada Paola Gárate, por su institucionalidad
llevada a los niveles de heroísmo, a quien no se le ha reconocido
suficientemente su sacrificio, su riesgo en aquel proceso de 2021, en el que
fue materialmente secuestrada durante la jornada electoral de aquel año y
amenazada incluso de muerte, siendo la dirigente estatal del PRI en Sinaloa.
Y para el diputado local Bernardino Antelo Esper, coordinador nacional de los
diputados locales del PRI, por su notable esfuerzo por aglutinar los afanes de
fortalecer la presencia del ideal priísta en la tarea legislativa de todos los
congresos locales del país.
Todos ellos, junto a otros notables actores de la política y la opinión pública
nacional, han dado lustre a ese oficio, a esa condición que es la política en
México.
Hoy más que nunca, su tarea es más que necesaria… vital, en la consecución
de un resultado más equilibrado y sensato al momento de construir políticas
públicas en beneficio de la República y sus gobernados.
Y porque, sobre todo, hoy… como nunca, en México, nadie estorba. Todos
somos útiles…
¡Ningún partido estorba!…
¡Ninguna idea es mala!…
Todos somos México… al final, son los hombres los que estamos de paso… el
ideal político y las instituciones prevalecen.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@pequenialdo; @CalderonHallal1

