DE LA TINTADA

Gabriel Cota Luque

La simple hipótesis del futuro del Partido Revolucionario Institucional para este naciente 2022 pudiera generar diversas opiniones, a favor o en contra de lo que le espera al exinvencible, sumido en una de sus peores crisis.
¿Tiene el PRI posibilidades de resurgir de las cenizas? Es una pregunta que puede no resultar tan fatalista si realmente su militancia, pero sobre todo su dirigencia, logra afrontar las condiciones adversas en que ahora se encuentra postrado.
Sin embargo, hasta el momento, en los hechos, es algo que poco se ha visto, con una dirigencia hundida, escondida, y una militancia cada vez más alejada y decepcionada de la situación y donde son cada vez más lo que abandonan el barco y encuentra acomodo en ese nuevo símil del PRI: Morena y los gobiernos de la Cuarta Transformación.
En reciente DE LA TINTADA abordábamos el caso de los priistas que se están volteando a Morena, muchos de ellos colocados ya como funcionarios de los nuevos gobiernos de la 4T, tanto a nivel estatal como en los municipios de Sinaloa.
Uno de esos casos que más ha llamado la atención, pues es una clara muestra de la traición de principios y hasta de compromisos de índole personal, es del nuevo coordinador de la súper Secretaría del Bienestar del Ayuntamiento de Ahome en la zona rural, Marcos Enrique López Ramírez, quien, muchos pudieran haber apostado, era uno de los más fieles seguidores del derrotado candidato a la gubernatura de Sinaloa por la alianza PRI, PAN y PRD, Mario Zamora Gastélum, quien incluso por 4 años, hasta su renuncia un día antes para sumarse al gabinete municipal, le dio empleo en la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, de la que el político ahomense hoy venido en desgracia fue su director nacional en los tiempos del Presidente Enrique Peña Nieto.
Pero no sólo eso, Marcos López, hoy flamante adorador de la 4T, le debe a Mario Zamora, pero sobre todo a su suegro y paisano, Daniel Ibarra Heredia, su progreso político, social y económico, impulsándolo con todo para su diversas responsabilidades públicas y de gestoría social, incluyendo su llegada como sindico de San Miguel Zapotitlán.
Pero, bueno, los principios y la moral a muchos les dan urticaria y sólo buscan su sobrevivencia, sin importante pisotear el pasado y lo que ello representa.
El tema, sobra decirlo, generó diversos comentarios, como el de la exdirigente del PRI en el municipio de Ahome y de las pocas priístas con voz completa que quedan, Nora Alicia Arellano Chávez, quien considera que ante lo vivido en el proceso electoral del pasado 6 de junio, que “dejó claro que el poder se disputa con otros aliados y que gusta mucho”, el partido tricolor tiene el mayor reto: ser real opción.
Hay que luchar, asentó.
Pero aquí lo más grave que ven algunos priistas es como el poder seductor de quien despacha desde la oficina más confortable de Palacio Municipal está haciendo caer a muchos priistas” como abejas ante la miel”.
Aún más, frente a esta desbandada de militantes volteados a Morena llama la atención y es motivo de mortificación de muchos priistas la pasividad de la actual dirigencia, tanto estatal como municipal, que nada combativos se han visto ante el nuevo escenario político que se tiene en todo Sinaloa.
Por supuesto que el caso de Marcos López no es el único, ni será el primero y ultimo priísta que traicione sus principios, pues muchos que juraban lealtad a Mario Zamora o demás candidatos del pasado proceso electoral se mueren porque se les voltee a ver y al primer ofrecimiento irse a arrojar a los brazos de quienes ahora ostentan el poder bajo las siglas de Morena.
A través de un comentario en Facebook por la anterior columna, Ramón Pedro Miranda resume muy bien la situación:
“Se chapulinearon los priistas a Morena, sienten que el barco se hunde; huyeron como ratas”.
Con esa triste realidad inicia el 2022 para el PRI, al filo de su desaparición, como bien lo establece la revista Proceso en el trabajo periodístico de José Gil Olmos, quien recoge opiniones de personajes, como la exdirigente nacional, Dulce María Sauri Riancho, quien pronostica que de seguir las derrotas en este año, incluyendo la gubernatura del Estado de México, en el 2023, en el 2024 el exinvencible estaría luchando ya no por triunfos en las urnas sino por mantener su registro como partido político.
Así las cosas.
Los priistas, los pocos que quedan, tienen y tendrán la última palabra.

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