DOMINGRILLA

FRANCISCO CHIQUETE

La actuación del Congreso y la exasperación del alcalde culiacanense Jesús Estrada Ferreiro hacen pensar en que su suerte está echada, aunque de momento Estrada se aventó un pequeño éxito al lograr que la corte detuviese cualquier intento de destitución, en tanto el juez federal que lleva la causa no aborde el fondo del proceso.
Sería muy grave para el gobierno de Rubén Rocha Moya que le ganaran el asunto en los tribunales, después que se echara a andar todo el aparato político, incluyendo las aquiescencias de quienes pueden dar luz verde o roja en la Ciudad de México. Invocar un juicio político sin tener elementos para concretar el resultado apetecido es suicida.
Es cierto que el munícipe culiche no goza del favor de la sociedad a la que gobierna. Alguna encuesta dice que el 73 por ciento de la población está en desacuerdo con su forma de gobernar, pero con todo y eso, no existen movimientos sociales que lo cuestionen. Ni la inhumanidad de retener pensiones a las viudas de policías asesinados en el cumplimiento de su deber, un tema tan ostensiblemente reprobable, ni la negativa para reducir los cobros por consumo de agua potable a adultos mayores, pensionados y discapacitados, han impactado los niveles de gobernabilidad, de modo que un triunfo jurídico de Estrada Ferreiro no generaría grandes decepciones, salvo las de sus enemigos dentro del aparato morenista.
Por lo pronto, las partes de la supuesta conjura y la defensa se están exhibiendo.
Este viernes, el Congreso del Estado fue escenario de otra escaramuza. Estrada Ferreiro fue citado para una diligencia relacionada con el juicio político que se le procura y al llegar fue detenido por dos diputados que le impidieron el paso al notario público que acompañaba al alcalde.
En su estilo altanero y retobado, Estrada exigió a gritos que le fundamentaran ese impedimento, y los legisladores sólo atinaron a decir que así lo habían decidido ellos mismos.
El Congreso y sus comisiones, efectivamente, pueden tener sesiones secretas, de acuerdo con la ley, pero por estos tiempos cada vez es menos frecuente el uso de semejantes medidas. En la LXII Legislatura, ante el acoso de las bases morenistas que hostigaban desde las galerías del salón de plenos, se tomó la decisión de sesionar en un local cerrado, pero se mantuvo la transmisión de toda la sesión a través de las plataformas digitales de que disponía la institución.
De acuerdo con un abogado, esta medida nació para proteger los intereses de los acusados, toda vez que en las sesiones se tocan temas que por su naturaleza, no llegan a concluir, corriendo el riesgo de dejar una idea equivocada en el público. Pero es el caso que aquí se trataba de un notario público que sólo iría a dar fe de las actuaciones porque el acusado y su defensa así lo estimaron necesario, pero pesó más el rollo de la secrecía, que como siempre en estos casos, convierte las actuaciones en materia de sospechosismo.
LO QUE EL VIENTO
A JUÁREZ
Hace unos cuantos días, el INE sancionó a funcionarios federales y a gobernadores por haber participado en actos de proselitismo a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador previo a la consulta popular sobre revocación/ratificación de mandato. También multaron al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, por “dar raite” (acarrear) a votantes de esa misma consulta. Treinta mil y ochenta mil pesos de las sanciones para Delgado y Morena, respectivamente, no parecen pintar lo suficiente como para que no vuelvan a incurrir en ello. Todavía falta saber si van a multar al jefe de la Guardia Nacional por haberle dado raite a Delgado y al secretario de Gobernación en el avión de la institución, también a actos de proselitismo electoral en el periodo de la citada consulta.
Ayer Delgado llegó a mítines en Durango y en Hidalgo, acompañado nada menos que del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien olvidó sus responsabilidades como conductor de la política interna del país e interlocutor con las fuerzas políticas, para echar porras a los candidatos de Morena en esos estados. ¿Es que el sábado no es secretario de Gobernación?
Además, el de los candidatos locales no fue el único proselitismo registrado. Al propio Adán Augusto se le voltearon los ojitos cuando empezó a escuchar el consabido grito de “presidente/ presidente/ presidente” que reciben todas las corcholatas presidenciales cada vez que van a un evento masivo.
¿Se imagina qué no harán todos estos políticos “diferentes” si acaso se llega a conformar el tipo de Instituto Nacional Electoral que propusieron el presidente Andrés Manuel López Obrador, el director de la Unidad de Inteligencia Financiera Pablo Gómez, y el director de Aduanas, Horacio Duarte Olivares, quien por cierto ya se autodestapó como aspirante a la gubernatura del Estado de México, que se disputará durante el 2023?
Sería algo así como el accesorio que estuvo tan de moda para los teléfonos celulares: un instituto tipo manos libres.
El ostensible uso de recursos públicos, de personal del gobierno y de la capacidad de coacción para acarrear votantes a favor de la permanencia de AMLO, así como el comportamiento desfachatado en estas campañas, son las muestras del tipo de órgano electoral al que aspiran quienes actualmente dirigen los destinos del país.
Por cierto que el presidente ya parece haberse desistido de su aclaración en el sentido de que aquella mención halagüeña del secretario de Gobernación no fue un destape. En varias ocasiones lo ha enlistado entre las corcholatas que se encuentran dentro de su afecto, y que son tres: Claudia Sheimbaum, a quien quiere mucho, Adán Augusto, que a sus ojos ha hecho un magnífico papel, y Marcelo Ebrard, quien lo ha ayudado mucho, mucho.
Ebrard encabeza las encuestas, pero muchos siguen creyendo que es Claudia quien se mantiene como la primera en la lista. Pero cada día que pasa parece pesar más la cercanía de Adán Augusto. Recuerde usted aquella ilustración de requisitos presidenciales: noventa por ciento lealtad y diez por ciento experiencia. Y la lealtad no sería sólo para hoy, sino para mañana, y pasado mañana y después del 2024…
QUÍMICO. HASTA SUS PLEITOS
PERSONALES SON EN GRANDE
Cuando llegó a su primer trienio en la Presidencia Municipal, el alcalde mazatleco Luis Guillermo Benítez Torres enfebrecía de coraje porque sus críticos se referían a su señora como “la pareja sentimental del Químico.
Aunque se trataba de situaciones muy personales, era un hecho muy conocido que la pareja no había conseguido la unión legal por los impedimentos de un doloroso y lamentable conflicto familiar. Pero el poder da ánimos y cambia a la gente. Ayer el gobierno municipal emitió un comunicado en que oficialmente acepta: en 2018, la señora Gabriela Peña Chico ejerció el cargo de presidenta del DIF “durante el tiempo que sostuvo una relación de pareja con el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres”. Y como en una revista del corazón, el comunicado informa que “A más de un año de haber finalizado la relación de pareja, Gabriela Peña Chico deja el cargo honorífico al frente del DIF Mazatlán”.
En la turbulencia de los chismes, a lo largo de todos estos meses se ha dicho que el alcalde cambió entre otras cosas, de domicilio (el actual es mucho más lujoso que el anterior), que había terminado la relación con su pareja y que para evitar escándalos dañinos se había acordado guardar silencio a cambio de la permanencia en el DIF, y de una regiduría para alguien cercana a la señora.
Poco a poco se vio cumplido cada detalle que parecía chisme, hasta que este sábado estalló la noticia del despido, ocurrido precisamente cuando el presidente municipal se encuentra en Acapulco, asistiendo al Tianguis Turístico para acarrear visitantes por furgones, y lejos de cualquier reclamo o pregunta indiscreta.
Lo malo fue que una defensa política de la señora habló de ilegalidad en la defenestración, de que tendría que ser avalada por el consejo del DIF, que no se ha reunido, y hubo necesidad de sacar el comunicado que establece el derecho del alcalde para hacer el nombramiento y el correspondiente despido, y de paso, ni modo, soltar la sopa de las bodas de odio o del merequetengue de los divorcios que formalmente no son tales.
Por primera vez un documento oficial se mete a la vida privada del alcalde y su pareja, o expareja, volviendo asunto público lo que debiera ser privado. Con todo y eso, uno no puede menos que preguntarse qué pasa con la vida de estas personas, que con sus desajustes y desgarriates traen a mal traer a una institución que en el nombre debiera llevar la fama: Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia. A partir de su propio caso, fallaron.
Noche de guerra, también la señora sacó su documento, un video en que anuncia como Mc Arthur: volveré.
Como dijo en su tiempo el actor Pompín Iglesias: “¡qué bonita familia! ¡qué bonita familia!

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