Agenda Política

Los “osos” de Rosa Icela Rodríguez,
La Secretaria Federal de Seguridad,
Respecto al caso Luis Enrique R.

-Ha tenido que enmendarle la plana el gobernador
-Evidente ausencia de coordinación de esfuerzos
-A pesar de todo, empantando el crimen de LER
-Rocha, “aliado incondicional de la UAS”: Madueña

Jorge Luis Telles Salazar

Un par de tropiezos consecutivos de la Secretaría de Seguridad Pública de México, Rosa Icela Rodríguez, confirman la escasa sincronización de esfuerzos entre el gobierno federal y el estatal, situación que ha dado al traste con la promesa del gobernador Rubén Rocha Moya en el sentido de esclarecer, el 07 de junio a más tardar, el asesinato del conocido periodista sinaloense Luis Enrique Ramírez Ramos.
A esa débil sintonía en lo que se presume es una investigación conjunta hay que añadir una mala comunicación entre las dos entidades, como quedó de manifiesto con los inaceptables resbalones de la alta funcionaria del gobierno de nuestro país en lo que es uno de los temas mas sensibles en la dinámica del presidente López Obrador: el de la seguridad.
Días atrás, en efecto, Rosa Icela Rodríguez declaró a los representantes de los medios de comunicación que se habían girado ya dos órdenes de aprehensión en contra de los presuntos asesinos de Luis Enrique, información altamente inexacta que tuvo que ser reconvenida por el gobernador Rocha Moya.
Lo peor, sin embargo, no fue eso. Apenas anteayer, justo en el día de la libertad de expresión, dio a conocer que ya había dos detenidos en el caso Luis Enrique. Falso también. Y de nuevo, Rubén Rocha le enmendó la plana: no hay todavía ningún detenido.
Contradicciones de esta naturaleza no le abonan en nada al trabajo de investigación en torno al periodista asesinado. Lejos de eso, son situaciones inadmisibles que dan la sensación de que gobierno federal y gobierno estatal transitan por carreteras separadas y que así será sumamente difícil el esclarecimiento del crimen, tal y como lo prometió, en su momento, el titular del Poder Ejecutivo en Sinaloa.
Es más, para el gobernador ya está esclarecido el lamentable homicidio -como lo son todos en realidad -; pero, para quienes saben y entienden de estas cosas, para que un tema como éste se aclare tienen que darse a conocer, en principio, los nombres de las personas detenidas, así como los móviles del asesinato.
Si no es así, sostienen, no hay nada aclarado.
¿O sí?
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Por cierto.
En su semanera del lunes próximo pasado y ahora con respecto al tema de su ex secretario de Salud, Héctor Melesio Cuen Ojeda, el gobernador Rubén Rocha Moya, puntualizó:
-Cualquier rato voy a su restaurant a tomar un café. No, mejor un chocolatito.
Y bueno. Ya sucedió.
Ayer miércoles, antes de trasladarse al teatro de la Autonomía Universitaria, para atestiguar el acto de primer informe de labores del doctor Jesús Madueña como rector de la UAS, Rocha Moya se apersonó en el “Casa María” para disfrutar de la exquisita bebida, junto con Cuen Ojeda, su anfitrión.
Y no fue en ninguno de los salones privados. No. En el principal. Ahí como para que los viera toda la gente y se despertaran, como era de esperarse, todo tipo de especulaciones.
Para esto, el hielo ya se había roto, tras la asistencia del mandatario al evento inaugural de Beis Box en el puerto de Mazatlán, la noche del viernes próximo pasado. Beis Box es uno de los negocios más exitosos del cada vez más versátil grupo empresarial que encabeza Héctor Melesio Cuén.
Ahí, sin embargo, no se habló de negocios, sino del otro tema que les apasiona: la política.
Y de acuerdo a la versión por ellos difundida, lo pasado quedó en el pasado y lo que cuenta ahora es el presente, más lo que se viene a lo largo de los dos años que se avecinan. Coincidieron en que irán juntos de nuevo; pero lo que se desconoce son las condiciones. Tendrán que establecerlas con toda claridad para evitar hechos como los recientes: la destitución de Cuén como secretario de salud del gobierno estatal.
En fin.
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A propósito.
En la parte culminante el informe del doctor Jesús Madueña, Rubén Rocha Moya se auto definió como un gobernador “rosalino” -por proceder de la UAS, de la cual fungió como rector entre 1993 y 1997 – y reiteró, como derivación directa, su absoluto respaldo a la institución en general y en particular a su titular actual, el doctor Jesús Madueña Molina.
Bajo tal circunstancia, Rocha Moya recordó sus pasadas gestiones ante el presidente López Obrador, que trajeron como resultado un apoyo extraordinario del orden de los 550 millones de pesos para que la UAS solventara la crisis financiera que arrastrara de años atrás, tarea que culminó con el compromiso del gobierno federal de aportar 275 millones de pesos, a los que se agregaría una cantidad similar por el gobierno estatal, a suministrar a lo largo del año.
Como consecuencia de esto, el gobierno de la entidad entregará, en junio, 75 millones de pesos a la UAS, los cuales se sumarán a 100 millones ya situados, como parte del ofrecimiento federal. El resto de los recursos se remitirán a finales de año.
Por lo pronto, con este dinero, la administración rosalina podrá solventar, sin mayores dificultades, compromisos tales como la cobertura de las primas vacacionales de verano a su personal académico y administrativo, así como para el arranque de otros proyectos, a los cuales también comprometió su apoyo Rubén Rocha.
Y bueno, pues sí. Es un gobernador “rosalino”. De eso ni duda cabe.
De ahí las expresiones del rector Madueña en el sentido de que, además del respaldo económico procedente del gobierno estatal, Rocha Moya ha sido respetuoso, en todo momento, “de la autonomía universitaria”, al tiempo que a través de numerosos hechos “ha honrado su condición de universitario, en beneficio de la institución”.
Suyos los comentarios, amigo lector.

Por otro lado.

En efecto, a propósito de nuestra reseña de hace un par de días, con respecto a la celebración del día de la libertad de expresión, si hubo por aquellos años otro premio de periodismo, que llegó a rivalizar, en todos los sentidos, con el del gobierno del Estado, incluso hasta en el estímulo económico.
Precisamente para rivalizar con el gobierno del Estado, lo creó el entonces rector Jorge Medina Viédas, allá por 1982, justo después de haber conducido a la UAS a una gran victoria sobre el gobierno de Antonio Toledo Corro, quien pretendía cercenarle a la universidad sus escuelas preparatorias, bajo el argumento de que a la UAS le correspondía impartir la educación superior en Sinaloa, más no el bachillerato.
Aquella batalla la ganó la UAS; pero desde el Palacio de Gobierno se hostigaba un día sí y al otro también al rector Jorge Medina, quien se la vivía en diferencias permanentes con el gobernador Toledo Corro y algunos de sus más cercanos colaboradores, más papistas que el propio papa, si nos permite la expresión.
Por eso, Medina Viedas (que tenia a Jacobo Vega como director de Información y Relaciones y a Ignacio Lopez, como director de Radio Universidad) se dio a la tarea de organizar un Premio de Periodismo, similar al del gobierno, en casi todos sus términos. De dimensión estatal, en diferentes categorías y con fecha de entrega el mismo 7 de Junio. Le puso como nombre “El Payo del Rosario”.
El Premio “Payo de Rosario” también rivalizó con el Premio Estatal de Periodismo. Fue objeto de una enorme aceptación por los periodistas sinaloenses. Favoreció invariablemente a los críticos del régimen; pero, con el paso de los años, cayó en vicios similares y también desapareció. Casi casi en las mismas fechas en las que el gobernador Juan S. Millán eliminó el premio estatal, bajo razones plenamente justificadas.
Si hubo ese premio, el cual se entregaba en una ceremonia especial, bien organizada, tipo UAS y con amplia cobertura por los medios de comunicación, aunque sin fiesta adicional, a diferencia de lo que se acostumbraba en el gobierno estatal.
Aquí, que recuerde, ganadores de premios “Payo”, con regularidad: Jorge Medina León, Rafael Sánchez, Antonio Quevedo, Francisco Chiquete y Carmen Aída Guerra Miguel, la única que solía ganar tanto en el certamen de la UAS como en el del gobierno del Estado.
Como lo dijimos el otro día: tiempos idos, que ya no volverán.
Sin embargo, recordar es volver a vivir.
¿No?

Y pues ya nos vamos. A mantener nuestros cuidados de siempre frente al Covid. Dios los bendiga. Ahora y siempre.

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