El Tren Maya provocará en el sureste de México tal crecimiento poblacional a corto plazo que, en 2030, tan solo cinco ciudades por donde pasarán las vías (Mérida, Cancún, Playa del Carmen, Ciudad del Carmen y Campeche) y sus áreas de influencia acapararán casi tanta agua como lo que actualmente se consume en toda la península, lo cual traerá afectaciones a la seguridad y sostenibilidad hídrica, de acuerdo con el Consejo de Cuenca de la Península de Yucatán. En el Programa Hídrico Regional 2020-2024 , donde se realiza un balance del estado de salud del recurso en la región y se exponen modelos prospectivos, se advierte sobre las amenazas que se ciernen sobre el agua por megaproyectos como el Tren Maya, obra estrella del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y el cambio climático.

En el documento se apunta que, si actualmente se calculan 5.3 millones de habitantes para esas cinco ciudades, para 2030, derivado de la puesta en marcha del Tren Maya, podrían aumentar a los 7.3 millones, es decir dos millones más. “Considerando que la dotación de 250 litros por habitante por día de agua es suficiente se tendría entonces una demanda (en 2030) de 673.60 mililitros cúbicos al año para el servicio público urbano, que es muy aproximado al total del consumo en ese rubro para toda la Península de Yucatán al 2020 ”, se lee en el Programa Hídrico. Y para el 2050 se espera un incremento poblacional aún mayor, del 63% respecto al 2020, del que el 21% está asociado al Tren Maya, según cálculos del organismo. La extracción de agua aumentará conforme incremente la población, así como la actividad agrícola, turística e industrial, lo cual podría aumentar la presión sobre el recurso en el sureste de México. “El estrés o la presión hídrica es cuando la explotación de agua es superior a la capacidad de recarga del acuífero. Entonces, la capacidad de agua disponible puede estar comprometida ”, explica a Expansión Política Gonzalo Merediz Alonso, presidente del Consejo de Cuenca regional. Este organismo se creó de conformidad con lo que establece la Ley de Aguas Nacionales, que concede a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la posibilidad de establecer Consejos de Cuenca como instancias de coordinación y concertación entre ésta, las dependencias y entidades de las instancias federal, estatal o municipal y los representantes de los usuarios de la respectiva cuenca hidrológica, para formular y ejecutar programas y acciones para la mejor administración de las aguas, el desarrollo de la infraestructura hidráulica y de los servicios respectivos, así como la preservación de los recursos.

La zona norte de Quintana Roo destaca por las altas tasas de consumo de agua del sector turístico que ‘podría llegar a extraer hasta cuatro veces más del agua disponible en 2050’. Actualmente, indica el Programa Hídrico, la Península de Yucatán cuenta con una disponibilidad media anual de poco más de 2,000 millones de metros cúbicos de agua. Al tomar en cuenta la relación entre la recarga del acuífero y su explotación, apuntan, se puede concluir que el grado de presión es bajo. Sin embargo, visto en retrospectiva, el balance no es tan positivo. En 2003 se tenía una disponibilidad de 5,759.22 millones de metros cúbicos al año; para 2020 la disponibilidad fue de 2,386.92 millones al año: 59% menos en un lapso de 17 años. Aritméticamente, daría una situación alarmante en 15 años, enfatizan. “ Tenemos que dejar de pensar que en la Península hay mucha agua , porque es posible que, por varias razones, en un futuro no muy lejano podamos perder por una combinación de factores: sobreexplotación, efectos de cambio climático, aumento en el nivel del mar, aumento de temperaturas, menores precipitaciones, entre otras. Debemos trabajar para evitar un estrés hídrico en el futuro”, dijo Merediz. Al respecto, Merediz hizo un llamado a título personal: que no se creen nuevos centros de población como plantea el Fonatur. “Es el punto más importante, que no se promuevan centros de población que se están pensando, como los polos de desarrollo, por el crecimiento urbano sin control, extracción de agua sin control y la contaminación que se generará”, dijo en entrevista.

El cambio climático, un factor de alerta El Programa Hídrico también aborda estos factores mencionados por Merediz. A la presión por mayor extracción de agua para consumo humano se suma el factor del cambio climático. El Consejo prevé una disminución de la recarga del acuífero en un 20% para 2050, a causa de los cambios en la temperatura y la precipitación en la región. La disponibilidad futura de agua en la Península de Yucatán depende de los niveles de recarga de los acuíferos y de cuánto se extraiga de ellos. Esta recarga, explica el Consejo, resulta de lo aportado por precipitación menos el volumen de agua que se evapora en el proceso. Y resulta que los modelos de cambio climático analizados por el Consejo proyectan una variabilidad en cuanto a la precipitación anual, una disminución de 39.4 milímetros por año, lo que representa una reducción de aproximadamente del 3%, respecto a los valores históricos. A su vez, el aumento de la temperatura en la Península provocará mayor evaporación potencial del agua. La combinación de estos dos efectos esperados tiene el potencial de generar una disminución en la recarga de los acuíferos de la Península de 48.7% al 2050, se lee en el documento.

 

Con información de Expansión

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