El colombiano Petro y López Obrador, ¿en qué coinciden?
El colombiano Petro y López Obrador, ¿en qué coinciden?
El reclamo del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, al mandatario saliente, Iván Duque, para que suspenda la compra de aviones hizo resurgir las comparaciones con Andrés Manuel López Obrador, quien decidió vender el avión adquirido en la administración de Felipe Calderón y utilizado por Enrique Peña Nieto, por ostentoso.
Petro tuiteó el miércoles el siguiente mensaje: “Todo avión que se compre para instituciones públicas en estas semanas, se vuelve a vender. Le solicito al presidente Duque suspender esas compras”.
Ello, en medio de la polémica por la compra de aviones para instituciones públicas, como la Fuerza Aérea, y por el anuncio del presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, de que Colombia había comprado el avión presidencial, una versión desmentida por Duque, quien aseguró que “no se va a comprar ningún avión durante mi gobierno”.
Este jueves está prevista la primera reunión entre Petro y Duque para facilitar el cambio de gobierno, el 7 de agosto. Y estará enmarcada en la tensión por el tema del avión y el acercamiento de Petro con el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Pero el asunto del avión hizo eco en los mexicanos, dado que el presidente López Obrador aún busca la manera de vender el avión “que no tiene ni Obama”, según dijo el mismo en alusión al hoy exmandatario estadounidense Barack Obama.
Petro y AMLO, las coincidencias más allá de la izquierda
Se trata de uno de los temas que López Obrador y Gustavo Petro, quien ganó las presidenciales colombianas en segunda vuelta, tienen en común, y que van más allá de su ascendencia de izquierda.
Comparten la promesa de sacar del gobierno a partidos que por décadas han gobernado y combatir la corrupción que estos representan; tienen un gran apoyo social de sectores que manifiestan hartazgo y necesidad de cambio, aunque en contraste sostienen una confrontación con empresarios y medios de comunicación; les son comunes sus varios intentos por llegar a la presidencia, su cuestionamiento a las autoridades electorales y sus trinos polémicos y provocadores. En ambos casos, los críticos no dudan en definirlos como populistas y autoritarios.
Así como AMLO tuvo un desafuero en su gobierno en el entonces Distrito Federal, Petro enfrentó un proceso, como alcalde de Bogotá, que lo tuvo a punto de quedar inhabilitado para un cargo público por 15 años.
De la misma forma que en campaña se dijo que López Obrador era un peligro para México, se dijo lo mismo de Petro en Colombia y, como pasó en México con AMLO, aquí se repitió la frase “el principal enemigo de Petro es Petro”. Sin embargo, López Obrador ganó las elecciones en 2018, y Petro consiguió la victoria en Colombia el 19 de junio, y asumirá el 7 de agosto.
Una diferencia entre López Obrador y Petro es que el primero sí ha contado con mayoría en el Congreso, aunque ésta es menor en la actual Legislatura. Petro, en cambio, se encontrará con una fuerte oposición en ambas cámaras del Congreso, pese a que su coalición tuvo una votación histórica en las elecciones legislativas en marzo pasado.
Petro llega a la presidencia impulsado, en gran medida, por el apoyo de un electorado joven, cada vez más activo. Tiene una base que le es leal, y que busca un cambio en Colombia, como ocurrió en México con López Obrador.
El escritor y editor Guillermo González, columnista de El Espectador, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL, previo a la segunda vuelta, que López Obrador y Petro tienen en común su conexión con el pueblo, su voluntarismo y una campaña en su contra: “La ultraderecha ha intentado crear un escenario de miedo, de que el país se va a destruir, que será el comunismo, que nos van a volver una Venezuela, a lo que Petro ha respondido: ‘Venezuela nos volvieron hace rato porque llevaron a la miseria millones de personas’. Creo que es muy posible que gane, que entremos en una etapa distinta, pero es la única posibilidad de un cambio real para el país”.
A decir de Restrepo, “Petro es desafiante, casa peleas innecesarias, pero no va a desestructurar el modelo económico en Colombia. Hay más un susto derivado de la derecha como estrategia política que un plan de acción que pudiera ejecutar Petro en un periodo de cuatro años. Si bien es cierto que un presidente tiene mucho poder, no es un poder que pueda desbaratar las bases del estado económico que se ha mantenido casi 30 años, que es un modelo casi neoliberal”.
El abogado y doctor en Filosofía, Ricardo Asturio, profesor en la Universidad de Medellín, analizó la polarización entre izquierda y derecha, y concluye que en el trasfondo lo que está en juego es el concepto de justicia: “No es sólo una lucha ideológica. En el trasfondo de la polarización está una idea de justicia que no termina de construirse en Colombia. En esto hay mucha coincidencia con México en lo que tiene que ver con la lucha contra el narcotráfico”. Al comparar la figura de Gustavo Petro con otros líderes, candidatos o presidentes de América Latina concluye: “De todas las figuras de la izquierda, la de Petro es la más sinuosa, inestable, ambigua; no es claro con respecto a su idea de la justicia; un día dice que va a expropiar los bienes de terratenientes y al día siguiente dice que fue malinterpretado. Lo que ofrece Petro supone una ruptura, y creo que la población colombiana ha sido temerosa de optar por esa vía”.
Para el doctor Asturio, en la justicia y en el narcotráfico, Colombia y México tienen su mayor desafío: “Tras ese fenómeno se vienen muchos problemas, y lo que subyace es que el dinero del narcotráfico corrompe la economía y la sociedad”.
Con información de Sonia Sierra