Huelgas, protestas y negociaciones contra reloj: el pulso sindical se eleva en México
Mejores salarios, pago de utilidades o prestaciones, cobertura de pensiones o más vacantes. Estas son algunas de las razones que han llevado al punto de quiebre a sindicatos y patrones en los últimos meses. El más reciente y sonado conflicto, la huelga en Teléfonos de México (Telmex) el pasado 21 de julio. El primer estallamiento de este tipo para la compañía en los últimos 37 años. Aunque la suspensión de labores de más de 25.000 empleados en activo duró poco más de 24 horas, fue suficiente para movilizar a los directivos de la empresa del magnate Carlos Slim, a la Secretaría del Trabajo y al propio sindicato a urgir una mesa técnica para encontrar una resolución al conflicto. La tensa negociación obrero patronal sigue en curso y tiene un plazo máximo de 20 días hábiles, lapso en que se supone las partes deberán llegar a un acuerdo. No obstante, en el calendario quedará marcado el día en que después de más de tres décadas volvieron a ondear las banderas rojinegras en la fachada de la principal empresa privada de telefonía en el país.
La huelga de Telmex se sumó a la suspensión de labores de 3.500 trabajadores de ArcelorMittal a mediados de junio. Los empleados de la minera exigían en ese entonces un mayor pago de utilidades. El bloqueo de una de los principales centros industriales del Estado de Michoacán tuvo efecto al cabo de unas horas: los directivos accedieron a las peticiones del sindicato y elevaron el monto del derecho laboral. Así como ellos, los mineros de Grupo México en Sonora ya habían conseguido semanas antes utilidades más elevadas y, previamente, la planta de General Motors, en Guanajuato, consiguió cambiar la titularidad de su sindicato de la CTM a un nuevo sindicato independiente. Desde el centro de México hasta la frontera, estas estampas dan cuenta de una efervescencia en la vida sindical nacional, refieren los expertos en materia laboral.
Los especialistas en el mercado del trabajo del país coinciden en que las modificaciones constitucionales que se echaron a andar en esta Administración han encendido el ambiente laboral en el país, un pulso que prevén continuará el resto del sexenio. De acuerdo con las cifras más recientes disponibles en el Inegi, el año pasado, se registraron 19 huelgas en México, una cifra levemente superior respecto a los 15 conflictos del mismo tipo contabilizados en 2020.
Manuel Fuentes, abogado laborista, afirma que en el caso de Telmex el factor de haber estallado la huelga, aunque sea por unas pocas horas, fija un escenario de fortalecimiento interno. “Una de las cosas que se quitó fue el mito, el haber puesto banderas de huelga en una empresa de esta naturaleza puso en evidencia a nivel nacional la importancia de esta empresa. Salen fortalecidos (los trabajadores) por el proceso de unidad que demostraron, pero también se ejerce una presión muy importante a su directiva para que encuentren una resolución efectiva”, menciona.
El también profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana refiere que los procesos de validación de los contratos colectivos sindicales “han prendido” el ámbito laboral en el país. “Antes de la reforma laboral había un proceso apagado y el voto secreto permite que se pueda dar una presencia de los trabajadores en todo este ámbito, esta es una cuestión muy relevante”, zanja. Con un propósito de depuración y ordenamiento, la Secretaría del Trabajo ha dado como fecha máxima de legitimación de dichos contratos hasta mayo próximo. A la fecha, la dependencia ha validado poco más de 5.000 contratos y según su pronóstico, se culminará en 2023 con el aval de poco más de 15.000 contratos.
Diego García Saucedo, integrante de la Academia Mexicana del Derecho Procesal del Trabajo, reconoce que existe un empoderamiento circunstancial por parte de los trabajadores. “Los trabajadores están fortalecidos y no solo los de Teléfonos de México, sino los de todo el país por las nuevas normas de democracia sindical. Hay un empoderamiento circunstancial porque existe la ocasión de que las disidencias están encontrando poder en los nuevos mecanismos, están encontrando la manera de sí encontrarse esta afinidad y ello deriva en mayores legitimaciones, corroborar si quieren ese contrato colectivo de trabajo”, menciona.
Sin embargo, los analistas también reconocen que queda un tramo importante por recorrer en aras de la democracia sindical. La diputada federal externa por Morena, Susana Prieto Terrazas, critica que la huelga en Telmex se haya levantado con la garantía de una mesa técnica y sin ningún compromiso en firme de los directivos de la empresa. Para la abogada laborista esto supone una tregua, pero no una solución de fondo a las exigencias que desde hace tres años piden los telefonistas sindicalizados. “Hasta ahora los trabajadores de Telmex no han conseguido nada y precisamente por eso algunos dijeron ‘el estallamiento (de la huelga) fue una simulación’. Esa es la gran pregunta”, opina Prieto Terrazas.
La también representante del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y de Servicios (SNITIS) afirma que pese a la reforma laboral, aún no se han acabado los sindicatos ni contratos de protección, que solo benefician a los patrones. “El gran problema en México es que los trabajadores no han aprovechado los beneficios que les da la ley y si no lo han hecho los sindicatos grandes como el de Teléfonos de México, menos lo van a hacer los de abajo”, expresa.
A cuenta gotas, el gremio sindical ha comenzado a pujar por más derechos. En junio pasado, la empresa Panasonic Automotive Systems de México conjuró una huelga en su planta en Reynosa, Tamaulipas, tras acceder al firmar un contrato colectivo de trabajo con el SNITIS en el que se concretó un aumento salarial del 9,5% para sus trabajadores. Además, la compañía prometió el pago de un bono único de un 3,5% del salario anual de los empleados, así como la cobertura de los dos días de salarios que descontaron a los trabajadores que realizaron paros como protesta porque se les descontaban cuotas sindicales.
Aunque los expertos en derecho laboral coinciden en que aún falta un largo tramo por recorrer para hacer valer en la realidad lo que ya establece en papel la reforma laboral, coinciden en que estos primeros pasos servirán como precedente para que los otros trabajadores reconozcan y luchen a su vez por sus derechos laborales al interior de sus empresas.
Con información de El País