Se equivocó Gerardo
Escenarios
Felipe Manzanarez
La elección de consejeros de Morena, realizada el sábado próximo pasado, arrojó datos y sucesos interesantes para analizar. Empecemos por la opinión del Presidente López Obrador, fundador y líder moral del partido.
“Hay desde luego inconformidad. Hay que mejorar cada vez más estos procesos para que no haya violaciones, acarreos, inducción de votos y hubo todavía ese tipo de prácticas, pero en muy pocas casillas, no se generalizó. No es como los opositores hubieran querido”. Así la declaración, impregnada de cinismo, de una jornada manchada por prácticas nada democráticas.
En Sinaloa la participación ascendió alrededor de 80 mil militantes según lo informó Manuel de Jesús Guerrero, delegado estatal del partido guinda. La cifra provoca suspicacia porque si eso es verdad quiere decir que votaron en promedio 6.7 electores por minuto en cada uno de los puntos de votación. Difícil de creer.
El promedio de votación por minuto resulta de la siguiente operación aritmética: 80,000 electores divididos entre 25 módulos es igual a 3,200 personas por módulo. 3,200 personas participando durante una jornada de 8 horas es igual a 400 personas por hora, y si dividimos ésta cantidad entre 60 minutos, el resultado es 6.66 electores sufragando por minuto. En ninguna parte del mundo se vota con tanta eficiencia y rapidez.
Con tal desaseo y dudas de la jornada, surgieron conflictos políticos entre líderes de los diversos grupos cuatroteros.
El caso más visible es la decisión del Presidente Municipal de Ahome, Gerardo Vargas Landeros por destituir de su gabinete a la directora de Educación y al director del Instituto de la Juventud, quienes fueron propuestos por la dirigencia del aliado Partido Sinaloense. Cualquiera que haya sido el motivo para tal acción, el alcalde lució como berrinchudo, lo que extraña de un político con su experiencia, más aún cuando Vargas Landeros sabe perfectamente que sin los 5,600 votos que el PAS sumó a su candidatura, el Presidente Municipal de Ahome sería hoy el popular Mingo Vázquez y no él.
Queda claro que las pasiones por la adelantada sucesión presidencial ya se replican en Sinaloa. Gerardo Vargas apuesta a que el candidato de Morena sea Marcelo Ebrard y Cuén Ojeda hace lo propio por Adán Augusto López. El bastión de Gerardo está en Ahome; el de Cuén está por todo el estado.
El alcalde malovista manda una mala señal. Se presenta poco confiable para su próxima aspiración política. Se exhibe como una persona desagradecida. ¿Quién querrá hacer alianza con él, si a quien lo hizo ganar la presidencia municipal le corresponde de tal manera?
Así es. Se equivocó Gerardo.
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