El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su gobierno está buscando un acuerdo con las agencias aduanales para que los aviones de carga puedan utilizar el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

“Porque sí hay una saturación en el actual aeropuerto de la Ciudad de México y tenemos espacios y hay condiciones de seguridad para agilizar trámites”, declaró durante la conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.

El mandatario reiteró que se está realizando “un trabajo de convencimiento”, ante el cierre del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a este tipo de vuelos.

AMLO negó que hayan actuado “de manera autoritaria” y aseguró que el asunto se resolverá por consenso con los directores de los dos aeropuertos, los directores de aduanas, las agencias aduanales, quienes se dedican a transporte de carga en aviones y los demás involucrados.

Este martes, se dio a conocer el borrador del decreto mediante el cual el gobierno de López Obrador cerraría el AICM a las operaciones de carga, ya que el mandatario afirma que dicha terminal se encuentra saturada.

El documento busca que dichos vuelos sean sustituidos por los de transporte de pasajeros, ya que sostiene que los primeros afectan la capacidad de operación de la infraestructura del aeropuerto.

Por lo tanto, afirma, “es necesario trasladar la carga hacia la red aeroportuaria disponible en el país” con el fin de “incrementar la seguridad operacional, la calidad en el servicio, el bienestar y la satisfacción del pasajero”.

Ante la noticia, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) advirtió que migrar las operaciones a otros sitios requiere un plazo mínimo de 360 días naturales, es decir, prácticamente un año.

Asimismo, advirtió que un traslado apresurado afectará “el correcto funcionamiento de la cadena de suministro, mermando la competitividad de la industria” e impactando cientos de empleos directos e indirectos que se generan con dicha actividad en el AICM.

Según el organismo privado, también generaría un problema logístico para las empresas y podría saturar las vías de acceso a la CDMX hasta el aeropuerto de la capital. Además, podría implicar un aumento de costos para los importadores y exportadores y costos de transporte terrestre, de aduanas y servicios.

Con información de Aristegui Noticias

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