El Rey que puede incendiar la Corte
EL UNIVERSAL dio a conocer ayer que Jesús Reynaldo, El Rey Zambada, hermano de Ismael El Mayo Zambada, será el testigo estrella que la fiscalía de Estados Unidos presentará el día de hoy durante el juicio que se sigue en Brooklyn, Nueva York, al poderoso exsecretario de seguridad en tiempos de Felipe Calderón, Genaro García Luna.
“Un documento enviado este domingo por la defensa al juez de la causa, Brian Cogan, incluye el nombre del testigo, pero sellado con negro. Sin embargo, una búsqueda que incluya ‘Rey Zambada’ en el sitio de la corte saca a relucir el documento, el cual indica que ese es el nombre que se encuentra bajo sello negro”, relató este domingo EL UNIVERSAL.
Este periódico agrega que fue El Rey Zambada quien destapó por primera vez el nombre de García Luna durante el llamado “Juicio del Siglo”, en contra de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo Guzmán.
Fue El Rey Zambada quien habló de los supuestos sobornos millonarios, entregados en dólares, a Genaro García Luna entre 2005 y 2007.
El Rey Zambada es la gran figura secreta del Cártel de Sinaloa.
Condenado fatalmente por las actividades de su hermano mayor, El Mayo, a abandonar su carrera como contador, terminó por convertirse en el hombre de mayor confianza del líder más escurridizo de esa organización: el poderoso Mayo Zambada: el fundador del cártel que durante al menos 40 años nunca ha sido detenido (si lo aprehendieron alguna vez, el gran público no se enteró), y quien es al mismo tiempo el gran amigo y compadre de El Chapo Guzmán y el mediador por excelencia dentro y fuera del Cártel.
A la sombra de El Mayo, El Rey Zambada estuvo a cargo de las finanzas y de la nómina del Cártel de Sinaloa. Lentamente se fue haciendo cargo de otras actividades, hasta convertirse en el número dos de la facción criminal que su hermano encabezaba.
El Rey transmitía las órdenes y los deseos de su hermano, y velaba para que se llevaran a cabo. Como encargado de las finanzas, era el responsable de los pagos a militares y policías judiciales federales, y luego, cuando esta última corporación desapareció, a agentes de la AFI y de la PFP.
Su hermano lo envió a Cancún para que coordinara la recepción de la droga procedente de Sudamérica y la enviara de modo seguro a los Estados Unidos. Esto implicaba la compra de autoridades de todos los órdenes, distribuidas a lo largo de la ruta.
Se cuenta que los hermanos Arellano Félix quisieron asesinarlo para vengarse de los agravios que les había hecho El Mayo.
El Rey salió de aquel atentado a punta de tiros y más tarde pudo ver pasar frente a su tienda el cadáver de Ramón Arellano Félix, abatido en Mazatlán el mismo día en que había ido a cazar a El Mayo.
El Rey Zambada aparece una y otra vez vinculado a la compra de autoridades, en el control de la estructura de seguridad del Cártel e incluso la búsqueda de rivales que debían ser ejecutados.
Como se sabe, El Mayo lo envió a la Ciudad de México para controlar el paso de droga en el aeropuerto capitalino. Consiguió para su hermano un hangar por el que toneladas enteras entraban y salían sin mayor tropiezo.
Era el responsable de llevar al Chapo sano y salvo a las juntas que este tenía con El Mayo.
Mientras El Mayo andaba a salto de mata en la sierra, El Rey Zambada manejaba las casas de seguridad en la Ciudad de México y veía la forma de eliminar a los mandos policiacos que trabajaban al servicio del cártel rival, el de los Beltrán Leyva.
Se ha contado hasta el cansancio que el día de 2008 que lo detuvieron en Lindavista, le llamó insistentemente al comandante Edgar Enrique Bayardo, de la Policía Federal, para pedirle que la “pitufada” (por los colores azules de los uniformes de esta corporación) fuera a rescatarlo de la gente de la SIEDO que había ido por él.
Lo agarraron en la azotea, después de haber intentado suicidarse. Su hijo, Jesús Zambada Reyes, y el hijo de su novia, Richard Arroyo, quienes se hallaban con él, fueron los primeros en destapar la cloaca de la protección institucional que el Cártel de Sinaloa recibió a lo largo de dos sexenios.
El Rey Zambada fue el gran testigo en el juicio contra El Chapo. Si hoy efectivamente sube al estrado, incendiará la Corte y pondrá en llamas a los medios.
Con información de El Universal