ARDIÓ EL ALQUIMISTA PARA SATISFACCIÓN DE LA GENTE
DOMINGRILLA
ARDIÓ EL ALQUIMISTA PARA SATISFACCIÓN DE LA GENTE;ACUSACIÓN LIGHT, O JUICIO A FONDO: PASOS, EJEMPLO PARA LAS MUJERES
FRANCISCO CHIQUETE
Pocas veces se ha visto a una sociedad tan agraviada como la mazatleca en el caso del Químico.
La procesión carnavalera del sábado por la noche mostró que no hay una sola persona dispuesta a defender al exalcalde. Ni siquiera los que viajaron con él o hicieron los negocios de los que tanto se habla. Al paso de los Bolcheviques con el monigote de El Alquimista, fueron frecuentes los gritos de bandido, corrupto, ratero, y el momento en que empezó a arder, fue de verdadero júbilo.
¿Qué hizo este hombre para generar tanta animadversión? Es fama pública que muchos de los que llegaron a ese puesto salieron forrados, que muchas veces quien busca el puesto lo hace con ese propósito, y hasta se les justifica. No de balde se puso tan de moda la frase de “sí, pero el PRI robó más”.
Pero hoy no existe asomo de justificación ni de piedad. La exigencia era que el exalcalde fuese quemado, que se le colocara en la picota. Es entendible: en una de las etapas más prósperas del municipio, cuando abundan los pagos de impuestos predial y por adquisición de inmuebles (cada torre construida es una inyección de dinero al municipio, a menos que haya un acuerdo irregular), justo en esa jauja, las calles estuvieron destrozadas como nunca, el alumbrado público apagado, las rutas de recolección de basura abandonadas, la seguridad publica ausente, las fugas de agua potable y drenaje inundando las calles por todos los rumbos. ¿Y el dinero? Dirigido a obras asignadas directamente, a compras evidentemente tramposas, a viajes de comitivas insultantes, a eventos absurdos que no eran más que fiestas en que se satisfacía el ego y la ambición de negocios del alcalde y sus cercanos.
Un político de aquellas épocas en que el funcionario vivía los privilegios con toda naturalidad, se manifestó asombrado del despliegue que hizo el Químico durante una reunión entre ambos. Varias jóvenes y agraciadas mujeres estuvieron presentes durante toda la plática, no para intervenir o para asesorarlo o acercarle información, sino para limpiarle la cara, acercarle los cubiertos, acomodarle la camisa, en fin, un trato de jeque árabe inconcebible en estos tiempos de emancipación femenina y de políticos que dicen profesar ideas nuevas. Pero esto que vio el político en un salón privado, ocurría también en los restaurantes de Olas Altas, en las oficinas de gobierno, en fin, era una conducta cotidiana.
Sus negocios fueron cada vez más evidentes y descarados. La asignación directa de un contrato por 408 millones de pesos a una empresa constructora de lámparas fue la gota que derramó el vaso. Semejantes acuerdos con una ciudad sucia y descuidada, con una población a merced de las enfermedades y la delincuencia, no podían ser perdonados.
Cada cohetón que explotaba en la figura del Alquimista, servía para exacerbar más a los carnavaleros que a esa hora habían llegado ya a Olas Altas en espera del combate naval. Puede hablarse de una catarsis colectiva, un desahogo que se extendió a las redes sociales, donde todas las opiniones previas apoyaron que él fuese el personaje del mal humor, y las posteriores para ratificar el deseo cumplido, desde muchos “ándele pues” hasta las más fuertes acusaciones.
El tribunal popular habló ya y ejecutó. Incluso el gobernador Rubén Rocha Moya, quien ha visto el caso con pinzas, anteponiendo siempre el derecho del acusado a la presunción de inocencia, debió rendirse ante lo evidente. El pueblo se manifestó ya, allá los bolcheviques si no le hacen caso, dijo en una declaración que contrastó con su postura oficial de no meterse en esas decisiones de la fiesta carnavalera mazatleca.
La última vez que un exalcalde estuvo en esa condición, la actitud del gobernador en turno fue muy diferente. A petición del candidato a la hoguera, Mario López Valdez (él lo platicó después) habló con Carlos Felton para pedirle que no fueran a quemar a su antecesor, y no conforme con eso, instruyó a su equipo del área de Gobernación (los orejas) a que rastrearan los talleres del carnaval e interceptaran cualquier propósito de ese tipo. Finalmente no lo quemaron, aunque la elección previa fue una verdadera hornilla en que se le redujo a cenizas. Su rival salió feliz a declarar que le había cortado la cola al diablo y el desplante le fue festejado masivamente.
SIGUE EL JUICIO DE
LAS AUTORIDADES
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado, la primera audiencia para decidir si Luis Guillermo Benítez Torres, el Químico, es sometido o no a proceso judicial, se realizará el día primero de marzo. La fiscal Sara Bruna Quiñónez confía en contar con elementos suficientes para que el juez diga que hay lugar al enjuiciamiento.
Debe haber muchos elementos legales, como lo ha habido de carácter político. Por ello el gobernador despidió a Benítez del puesto de secretario de Turismo que le otorgó para que se retirase de la alcaldía. Con ello se la acaba el fuero constitucional de que lo dota el puesto, y puede ser juzgado.
Lo malo es que a un hombre al que le brotan las irregularidades por todos lados, se le está acusando de ejercicio indebido de la función pública, un delito no grave que en el peor de los casos le permite pasar su proceso en la calle, y de ser hallado culpable, alcanza libertad bajo fianza, sin necesidad de pisar la cárcel ni para ir a firmar.
Hay que recordar que el Congreso del Estado rechazó sus cuentas públicas del 2020 y 2021 y que la Auditoría Superior de la Federación le tiene observaciones por más de 840 millones de pesos sólo por un año de ejercicio de recursos federales.
El gobernador Rubén Rocha Moya ha explicado que lo nombró secretario de Turismo para que la salida de la alcaldía fuese fast track, sin necesidad de juicio político. Estimaba que al retirarse así el personaje cuestionado, se recuperaba la gobernabilidad amenazada, pero su decisión fue mal recibida por una población ofendida, que lo vio como protección a quien tanto nos había ofendido, e interpretó que encima fue premiado al convertirlo en la cabeza del sector económico más importante de la ciudad.
Hoy, darle la salida de una acusación light para cubrir las formas es un juego peligroso. La gente sabe o cree saber que a Benítez le protege su presunta amistad o colaboración con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y aunque la popularidad presidencial en Mazatlán y en Sinaloa es muy alta, podría terminar costándole al propio presidente, al gobernador, y al partido de ambos.
LA GRAN OPOPRTUNIDAD
DE MORALIZACIÓN REAL
Curiosamente, el caso del Químico Benítez genera una gran oportunidad, la de transformar profundamente el ejercicio de gobierno.
Más allá de los exotismos del personaje, de su torcida visión de negocios y fiestas financiadas por encima de las urgencias reales de una sociedad, está la práctica más nefasta del abuso de poder. Si castigan lo central, enviarán un mensaje muy positivo no sólo a una sociedad que los votó esperando ese cambio, sino a las comaladas de funcionarios que habrán de venir en el futuro.
El gobernador dijo recientemente que su régimen no incurrirá en la práctica de los moches. Admitió que seguramente siguen llegando tentaciones a sus funcionarios, pero confió en ellos para que rechacen las dádivas.
Si dejan de andarse por las ramas en el caso de Benítez Torres, podrán poner un ejemplo claro de los alcances que tiene su voluntad moralizadora. Detrás de cada permiso de construcción que se dio en sus cuatro años de gobierno, hay historias de rapiña, de extorsiones, de exigencias, de acuerdos oscuros que llegaron a provocar despidos funcionarios que no aceptaron sumarse a la práctica y bloqueos a desarrolladores que no admitieron el cochupo o que tardaron en admitirlo.
Por supuesto que el Químico y sus cercanos no fueron los inventores de ese sistema de financiamiento, pero fueron practicantes alegres y desenfadados. Cuando se le acabó la alcaldía, retiró de su residencia en el fraccionamiento El Cid los camionetones que atestaban cochera y banquetas aledañas; se fue la ostentosa seguridad que lo encapsulaba y desaparecieron las frecuentes visitas de personajes que acudían a arreglar algún asunto relaci0nado con la administración pública.
Irse contra esas prácticas sí mostraría un real interés en llegar al fondo en la lucha anticorrupción. No es fácil. Ni los funcionarios quieren renunciar a esa forma garantizada de hacerse de dinero no auditable, o de apoyos en tiempos electorales; ni los empresarios que se han visto afectados están tan dispuestos a testificar porque pudieran quedarse fuera del negocio como hoy se le conoce. Pero siempre hay resquicios por los que se puede avanzar. Si no, estaríamos perdidos como sociedad.
JORGE PASOS: UNA
TRISTE CONCLUSIÓN
Entre las medidas desesperadas de la fiscal Sara Bruna, que no le ha dado una respuesta buena a la comunidad sinaloense, está la de disparar ofertas de millonarias recompensas. Lo hizo en el caso de los presuntos asesinos de Luis Enrique Ramírez Ramos, periodista ultimado hace nueve meses, sin que esa práctica del viejo oeste haya dado resultados hasta el momento.
Ahora también ofrece un millón de pesos por ayudar a capturar al ex alcalde Jorge Rodríguez Pasos, quien sustrajo a dos hijas suyas, menores de edad, que estaban a cargo de la mamá.
Ni el millón de pesos ha sido suficiente para que alguien dé el pitazo. Por el contrario, el perseguido se da el lujo de manejar una defensa pública en la que incluye declaraciones sobre su asunto, peticiones de ayuda a su condición de padre victimizado y hasta declaraciones videograbadas en que sus hijas buscan exculparlo.
La ineficiencia y hasta incapacidad de la Fiscalía no tiene límites. Un particular sin grandes recursos como Rodríguez Pasos se burla de una institución que se supone dispone de lo más adelantado en materia de Procuración de Justicia, y de un presupuesto multimillonario, tan vasto, que alcanza para ofrecer recompensas, pero sobre todo, dispone de la voluntad del gobierno para que resuelva satisfactoriamente los problemas del estado en materia de procuración de justicia.
Hay una enseñanza colateral en el caso de este hombre tan singular, que de la nada llegó a crear un imperio político basado en su propia imagen, y que dilapidó todo por no saber contener sus emociones y por no saber gobernar, por supuesto.
Rodríguez Pasos llegó a la alcaldía casado con la señora Consuelo Olivas, quien lo acompañó en todas sus aventuras de vida y toleró las de carácter personal. Entre muchos episodios privados, hubo uno lamentable que trascendió: ella recibió una golpiza fuera de todas las proporciones antes experimentadas y fue a dar al hospital. El escándalo fue mayúsculo pero no suficiente para echarlo del puesto. La convencieron de que no hiciese cargos e incluso la pusieron a hablar en público para desmentir todo lo que era notorio, incluso la golpiza, que fue documentada con un parte médico del Hospital Militar.
Pero como dice el dicho que un amigo mío ha transformado: “perro que da en comer hocicos, aunque le quemen los….” O algo así. La golpiza se repitió y la debacle fue indetenible. Intervino hasta doña Martha Sahagún, entonces primera dama y presidenta alterna, y Rodríguez Pasos fue desaforado.
Después abrió su relación con quien era su segundo frente, la llevó a ser regidora y en una de esas, ya con ese hogar establecido, sustrajo de casa de Consuelo Olivas, a su hijo, que entonces era menor de edad.
Con el apoyo de la nueva señora dijo que en realidad lo estaba rescatando y hasta presentó testimonios del menor, divulgados en prensa y radio. Me vine por mi voluntad con mi papá, yo quiero estar con él, sostenía el chamaco, quizá sinceramente, deslumbrado por la vida holgada que se le ofrecía, o por el cariño filial.
A la vuelta de los años, esta segunda señora es víctima exactamente de la misma trama que ella toleró y hasta respaldó. Después de ser víctima de la violencia intrafamiliar, consiguió separarse de su verdugo, obtuvo la patria potestad de las niñas que tuvo con esa pareja, y hoy sufre por la sustracción de las menores, que encima son usadas para dar testimonios como los de su medio hermano: estamos a gusto y nos vinimos por nuestra voluntad, como si eso tuviere alguna validez legal.
Toda mujer que sea testigo o partícipe de los abusos de un hombre contra otra mujer, debe ser consciente de que seguramente se repetirá con ella el mismo cuadro. Sólo queda la toma de conciencia: un hombre violento y abusivo difícilmente cambia, mientras el gobierno en todos sus niveles se preocupa por presentar estadísticas en las que se demuestra que esos casos van en franca reducción.