Ante la gran multitud puesta de manifiesto en la concentración del domingo pasado, tanto en el Zócalo de la capital mexicana como en las principales ciudades del país, bajo el eslogan de: “Mi voto no se toca”, constituye un movimiento histórico que da un claro mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su partido Morena, en el sentido de que México hoy es muy diferente al de la elección de 2018; año en el que el pueblo “sabio y bueno” inclinó su voto mayoritario a favor de AMLO, pero ahora la situación es notoriamente diferente.

Ello se observa ante la enorme animadversión que hoy existe en muchísimos –millones– mexicanos que sufragaron por él en ese año, y que lo llevaron a la titularidad del Ejecutivo Federal, pero bajo discursos y promesas que hoy sabemos fueron falsas, pero que, por fortuna, hoy ya no le creen a AMLO Ni a Morena, puesto que la gran mayoría de esos electores, ahora se les observa que están claramente arrepentidos, pues a muchos de ellos, hemos sabido a través de los medios de comunicación tradicionales –como la radio y la televisión– por tener la categoría de famosos, pero millones no han podido hacerlo por no tener dicha categoría.
Sin embargo, muchísimos conocidos y amigos nuestros nos lo han hecho saber así en corto; fenómeno que también lo observamos por medio de las “benditas” redes sociales que, seguramente ya no son tan benditas como lo ha manifestado López Obrador, pues ellas han servido ahora para realizar concentraciones de ese otro pueblo sabio y bueno que se ha volcado en contra de AMLO y de su partido Morena, cuyos seguidores y el propio López Obrador que, para tratar de revertir ese gran movimiento emancipador de la gran mayoría del pueblo de México, hemos visto que para lo único que son capaces, es limitarse a descalificar porque carecen de los más elementales argumentos, tal y como sucede en la mayoría las dictaduras actuales y pasadas en las que solo se hace para imponer, pero sin exponer razón válida alguna, sino solo diatribas; lo cual, al parecer, es el “deporte” favorito de Andrés Manuel López Obrador y de sus esbirros.

Esto quedó patentizado, por ejemplo, con la descalificación que Andrés Manuel López Obrador hizo respecto al ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío, a quien acusó de ser un “defensor” del “narcoestado”, sin aportar al respecto evidencia alguna. Y otra serie de epítetos con los que califica a un auténtico y verdadero jurista de renombre nacional e internacional que, de manera impune está acostumbrado a adjudicar López Obrador a sus adversarios, tal y como sucede en las peores barriadas de México, que no corresponde a un Jefe de Estado y de Gobierno, como lo es formalmente AMLO. Aunque parece más ser líder de pandilla arrabalera.

Ni modo, ese fue el gran error de millones de mexicanos que, al votar por AMLO en las elecciones de 2018, confiaron en sus falsas promesas y discursos, cayendo así en el engaño, tal y como sucede en los fraudes de índole penal, cuya conducta es muy factible que se le cobre el 2024.

Por lo pronto, ahora el balón está en la cancha de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la inmensa mayoría de los mexicanos para defender nuestro sistema democrático y la Constitución que tanto ha costado a los mexicanos. Por fortuna, ahora existe otro pueblo bueno y sabio que está en contra de tanta infamia del gobierno lopezobradorista. ¡Ya basta AMLO!

Con información de El Debate

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *