La cancillería del país asiático defiende que no existe el tráfico ilegal de la droga sintética entre los dos países, y mantiene que EE UU debe afrontar sus propios problemas.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha respondido este lunes a la postura del Gobierno chino sobre la producción de fentanilo, después de que la Administración liderada por Xi Jinping asegurara que no existía el llamado tráfico ilegal de la droga sintética entre ambos países. “Si no se produce en China, ¿dónde se produce?”, ha cuestionado el mandatario mexicano en su conferencia de prensa. López Obrador ha asegurado que hasta el momento no cuentan con una respuesta formal por parte del Ejecutivo chino a la carta en la que solicitó a Xi Jinping actuar contra la producción de la droga sintética “por razones humanitarias”.

Las acusaciones del ala republicana estadounidense a México por la crisis del fentanilo ha avivado el intercambio de acusaciones entre ambos países. La discusión ha llevado en las últimas semanas a que López Obrador afirmara que el opioide sintético se produjera lejos de su frontera, en China.

Ejemplo de la constante discusión fueron las palabras del senador estadounidense Linsey Graham, quien apuntó hace unos días que amplias zonas de México estaban controladas por organizaciones criminales, llegando a catalogar al país como un “narcoestado”. López Obrador no tardó en responder a las declaraciones y pidió que el político estadounidense utilizara su influencia en el Senado para ampliar el control sobre el comercio de armas y la distribución de fentanilo.

El debate tocó a China cuando López Obrador apuntó a que la droga proviene de Asia, y destacó que el 86% de los encarcelados por el tráfico del estupefaciente en EE UU son ciudadanos de allá. “En México no se produce fentanilo, pero queremos ayudar”, afirmaba López Obrador. La discusión, que ha girado en torno a los comentarios de los republicanos estadounidenses, ha llevado a que el mandatario mexicano mantenga una crítica por lo que considera un cierto intervencionismo de EE UU en México. El ala republicana ha tratado de catalogar en los últimos años a los cárteles mexicanos como grupos “terroristas”, una medida que faculta a las fuerzas armadas estadounidenses a combatirlos. López Obrador llamó “mequetrefes e intervencionistas” a los políticos que propusieron llevar al Ejército de EE UU contra los cárteles en el interior de la frontera de México.

China —máximo rival geopolítico y comercial de EE UU— ha tratado de asumir responsabilidades en torno a la crisis por el consumo de opioides que dejó más de 107.000 muertes en 2021 en el país norteamericano. En su comunicado, defendió que EE UU debe afrontar sus propios problemas, y reiteró su apoyo a México. “China apoya firmemente a México en la defensa de su independencia y autonomía”, se podía leer en un comunicado oficial de la Cancillería china.

 

Con información de El País

 

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