DOMINGRILLA

Adán Augusto niega lo que vino a hacer; Cuén. fuera; Para la Corte, ni un telefonazo

FRANCISCO CHIQUETE

Como estaba programado, vino el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández a mostrar su gran afinidad con una pequeña parte de la obra del cantante español Joaquín Sabina, cuyas metáforas han reflejado tan exactamente la realidad de nuestras sociedades.
Aunque había una agenda formal, con dos actos muy principales, todo cayó en el tema de la sucesión.
Encabezó el análisis de la seguridad en los estados que rodean al Golfo de California, con la presencia de los gobernadores de la región; y encabezó el análisis del desarrollo turístico de la misma área.
Sin embargo, todo estaba orientado a las aspiraciones de Adán Augusto por la candidatura presidencial de Morena. Al final la realidad se impuso, con un evento de acarreo meticuloso y estridente en que el secretario ratificó aquello que había negado un par de horas antes.
No traigo ninguna campaña, dijo cuando le preguntaron por sus actividades como aspirante. No veo ningún conflicto entre el estado y la Universidad Autónoma de Sinaloa, apuntó cuando se le interrogó sobre el tema más candente de la vida pública sinaloense.
Joaquín Sabina lanzó en 2017 su décimo quinto álbum, con el título “Lo niego todo”. En la canción del mismo nombre incluye la siguiente cuarteta: “Lo niego todo./ Aquellos polvos/ y estos lodos/ Lo niego todo/ Incluso la verdad”.
Adán Augusto vino pertrechado de varios mensajes y símbolos. Reunió de entrada a los gobernadores del noroeste del país y habló del problema de la seguridad; se hizo acompañar del secretario de Turismo, quien dio a conocer proyectos que vaya usted a saber si alancen a aparecer antes de terminar este gobierno, pero que ahí están como oferta y como signo de poder; el adelanto de una noticia que el gobernador Rocha Moya dará a conocer el próximo martes, respondiendo a los reclamos de productores de maíz y trigo, cosas todas que sólo pueden ser esgrimidas con permiso del de arriba, es decir, con simpatía de Palacio Nacional por sus aspiraciones presidenciales.
Ya más tierrita, también vino a decir que su representación es la institucional. Si lo acusaron de bajarse de un carrazo para subirse a un bocho (Ambrosio), el evento de ayer fue de impacto. Y si el PAS había deslizado que su dirigente real estaría junto al precandidato, resultó que no, que ni de lejos lo vio pasar, y como lo sabía, Cuén terminó por programarse una gira en Los Mochis..
El asunto “inexistente” de la UAS parece ya definido, como definido está Adán Augusto para jugársela en Sinaloa con lo que le ofrezca el gobernador Rubén Rocha Moya.
TELÉFONO DESCOMPUESTO
¿Puede un presidente instruir a sus secretarios para que no le levanten el teléfono a ninguno de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación? ¿Es posible reducir así la relación entre dos de los poderes de la República?
Es comprensible que el presidente se haya enojado por la decisión que devuelve a la Guardia Nacional a un mando civil y no al militar que López Obrador había determinado, pero los corajes presidenciales no pueden pesar de esa manera sobre la organización institucional del país.
López Obrador no oculta su animadversión por cada organismo que tiene vida y criterio propios. Puede por supuesto, intentar la transformación que quiere, aunque el país perdería si a los muchos poderes y controles que hoy concentra, se sumara la capacidad de decisión que posee la Corte.
El caso es que para ello necesita un aval más grande que el que hasta ahora le ha dado la ciudadanía. Si la sociedad consideró que el presidente podía acompañarse de un Poder Legislativo mayoritariamente afín, no le entregó la capacidad de decidir por si mismo los cambios constitucionales que se requieren para cambiar a la Corte y a otras instituciones a las que trae entre ceja y ceja.
Por cierto cuando los ministros acordaron que la Guardia Nacional debía recobrar el carácter civil recientemente suplantado, el presidente anunció que en septiembre del año próximo volvería a enviar una iniciativa de reforma, a nivel constitucional, para que otra vez la susodicha Guardia Nacional fuese a dar con sus huesos a la Sedena. Para ello, invocó el voto de los mexicanos para que la oposición no tuviese ni siquiera el 34 por ciento que hoy le permite frenar cambios de ese alto nivel.
Cuando el anquilosado PRI ya no pudo seguir usando impunemente sus malas artes de control político absoluto, el concepto de mayoría calificada se consideró un avance importantísimo para la defensa de los intereses de la sociedad. Regresarnos a aquellos tiempos, ubicados por la década de los ochenta, sería un grave desperdicio, sea quien sea el o la que encabece al país desde el Poder Ejecutivo,.
LOS MALOS MODOS DE
TODA LA CLASE POLÍTICA
Da lo mismo la oposición que el oficialismo. Los malos modos prevalecen sobre cualquiera otra cosa. Los insultos sustituyen a los argumentos y los enfrentamientos al diálogo, sin que importe ya el marco en que se producen esas expresiones.
En la Cámara de Senadores, a Lily Téllez no le importó echar a perder la ceremonia de entrega de la medalla Belisario Domínguez a la escritora Elena Poniatowska.
Cuando la senadora Sasil de León (PES) dedicó su discurso a reclamar la decisión de la Corte sobre la Guardia Nacional, olvidando que estaba ahí para explicar por qué escogieron a Elena Poniatowska para recibir la medalla Belisario Domínguez, Lily Téllez irrumpió la sesión. Por más que hubiese tenido algo de razón, su intervención sólo sirvió para hacer escándalo. Y es que es así como ella ha construido su imagen pública de aspirante presidencial.
De por si la ceremonia ya había sido empañada porque el presidente se negó a asistir pretextando el cuidado a su investidura, y encima senadoras de oposición tratan de robarse el show. Esa medalla es uno de los máximos reconocimientos que el estado mexicano otorga a ciudadanos destacados, pero ese símbolo no importó.
Además le dieron la razón al presidente, quien sabe que si se presenta ante la oposición le va a ir mal, porque es lo que ha sembrado durante cuatro años y medio de insultos y acusaciones que sólo son mediáticas. De todos modos, en lo personal concluyo que el presidente tampoco le perdona a doña Elena haber sido crítica con su gobierno. Una crítica muy moderada, pero imposible de dejar pasar para alguien de piel tan delgada como el presidente.
En el ámbito local las cosas no son muy distintas. El Congreso del Estado cumplió con uno de sus compromisos públicos: la instalación del Parlamento Juvenil 7 de abril. Una buena decisión que abre espacios de participación a los jóvenes, pero que en esta ocasión no tuvo a los muchachos como protagonistas, sino a las cabezas de los grupos parlamentarios, que aprovecharon la ocasión para lanzarse sobre el proyecto de desplazar de la UAS al grupo político de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Es, desde luego, un tema importante para la política sinaloense, pero las expresiones de los jóvenes quedaron sepultadas, en lugar de recibir el espacio que merecen como representantes cabales de un sector tan importante de la comunidad.
Las ganas les ganan a las buenas intenciones.
DIFÍCIL TAREA, EMPUJAR LA
COMERCIALIZACIÓN DEL MAÍZ
El gobernador Rubén Rocha Moya se encuentra en una situación muy difícil. Tiene que conseguir condiciones adecuadas para la comercialización de la próxima cosecha de maíz. Obviamente no es fácil convencer al presidente Andrés Manuel López Obrador para que respalde a este sector tan sensible.
El viernes, Rocha Moya cumplió su palabra de dialogar directamente con una representación de los productores, pero fue sólo para reiterar lo que ya había ofrecido: el precio cercano a los siete mil pesos por tonelada -ya conocido desde antes-, el compromiso de comprar un primer millón de toneladas como arranque, y un millón más si hay excedentes (que seguramente los habrá), además de gestionar ante los industriales y acopiadores un compromiso para respetar el precio de garantía y la adquisición de los tres y medio millones de toneladas sobrantes, algo que requiere de mucho más que la buena voluntad mostrada por el gobernador.
Eso sí: el secretario estatal de agricultura, Jaime Montes, quedó borrado ya como interlocutor con los productores y es posible que se le dé de baja en las próximas semanas. El que no tuvo lucha fue el soez de Serapio Vargas, “el descontextualizado”, que a sabiendas de los enconos que provoca, se apareció en la reunión del viernes y se agenció silla privilegiada, aunque no le dieron chance de hablar. Se entiende que Rocha lo quiere bien, pero francamente ya no es una buena representación.
Habrá que esperar al martes, para ver qué se le autoriza a Rocha, según el anuncio de Adán Augusto.

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