La salud del presidente
Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por ser jefe del Ejecutivo más mediático, y por esta misma razón no se explica el porqué no ha salido a calmar los rumores sobre su salud tras dar positivo a COVID.
Al escribir estas líneas han pasado 24 horas desde que se sintió mal el presidente Andrés Manuel López Obrador y tuvo que cancelar parte de su gira por el sureste de México, para ser trasladado en un avión militar a la CDMX.
Contrajo COVID por tercera vez expreso en Twitter el presidente. Permanecerá en reposo y aislado por unos días escribió.
Con su edad y condición médica previa toda enfermedad se puede volver un riesgo para su salud. El presidente cuenta con el esquema de vacunación completo que se ofreció a todos los mexicanos.
Este incidente médico y la evacuación de emergencia a la CDMX ha generado un sinfín de especulaciones sobre su estado de salud actual.
Cuando tenemos al jefe del Ejecutivo más mediático que se recuerde, la persona que todos los días incluso cuando se toma un descanso sale en medios y plataformas digitales para platicarnos que ha desayunado, no se explica el por qué no ha salido a calmar los rumores sobre su salud, ya que solo tiene COVID y debe estar aislado.
La salud de los Jefes de Estado siempre es un asunto de preocupación para los gobernados e incluso para naciones amigas o enemigas, el saber que padece un presidente puede tener consecuencias políticas, económicas, militares y sociales. El mantenerla oculta se vuelve secreto de Estado.
Hay que recordar los esfuerzos que se hicieron para ocultar el cáncer de Mitterrand, La epilepsia de Julio César, el Alzheimmer de Ronald Reagan, la salud de Mao, Stalin, Hugo Chávez, Franklin D. Roosevelt, López Obrador.
Qué hacen otros países
La salud de los presidentes es tan importante que la Agencia de Inteligencia norteamericana la CIA tiene desde hace 50 años una unidad llamada Centro de análisis médico y psiquiátrico o MPAC que se dedica a monitorear la salud de los gobernantes del mundo. Esta sección observa como caminan, si suben o bajan de peso, como se ven físicamente, que comen, la manera en que se comportan en actos públicos y por supuesto expedientes médicos obtenidos ilegalmente, así como intercepción de comunicaciones a personal cercano y doctores que atienden a los mandatarios. Desde hace años el gobierno de los Estados Unidos incluye la condición médica de los presidentes en sus reportes de inteligencia.
Algo en lo que nunca confían es en los reportes médicos oficiales.
La salud de cualquier presidente siempre está en riesgo, el contacto diario que debe tener con sus colaboradores, la mala alimentación en giras, las pocas horas de sueño, el desgaste físico y mental, los cambios de clima y el stress son solo una pequeña parte de la carga que conlleva el gobernar un país. Ningún presidente escapa a ello, basta con ver las fotos de estos líderes cuando llegan al poder y cuando se van, ningún doctor recomendaría a su paciente pasar por un periodo tan largo de castigo físico y mental.
El presidente de México había logrado mantener su estado de salud oculto, una parte política importante es demostrar la invencibilidad ante el electorado. No se sabe que tome medidas muy rigurosas para cuidarse de sus enfermedades pre existentes. Se levanta de madrugada y atiende las juntas de seguridad diarias y después está dando las conferencias matutinas ante medios de comunicación, vive en Palacio Nacional donde no hay los medios para tratar una emergencia grave, insiste en viajar por tierra y aerolíneas comerciales limitando sus tiempos y horas de descanso, come donde puede y quiere sin cuidar la higiene de estos alimentos, no se permite descanso cuando está de gira, llenan su agenda de eventos, no viaja con personal médico especializado, ni con el equipo médico para brindar auxilio en caso de ser necesario, si tuviera un incidente grave habría que trasladarlo en un avión preparado para ser ambulancia ( se necesita una configuración especial para la aeronave). Hay un largo etcétera que no se cumple y que podría resultar muy grave si siguen empeñados en mantener la salud presidencial como secreto de Estado.
Con información de Infobae