Se tenía que decir y se dijo
Samuel sarmiento
Los alimentos más caros de los últimos 24 años
La semana pasada, el Presidente de la República celebraba la cifra de inflación del 5.84% del mes de mayo del 2023 y aseguraba que era el resultado de su plan contra la inflación y la estrategia complementaria del Banco de México, no obstante, hay algo que se le olvidó o no quiso decir, y es que hoy tenemos los alimentos más caros de los últimos 24 años.
Si bien es cierto, la inflación general se ha desacelerado en los últimos 8 meses, pasamos del 8.70% en septiembre del 2022 al 5.84%, lo que se logró, no por la gestión del Presidente, sino por una política monetaria restrictiva del Banco de México, quien implementó 15 ajustes alcistas a la tasa de interés objetivo, que pasó del 4.0% en junio del 2021 al 11.25% al día de hoy, es decir, las consecuencias de bajar la inflación es incrementar la tasa de interés que refleja el costo del dinero para las familias y las empresas, reduciendo el financiamiento, el crecimiento económico y la generación de empleos.
En Culiacán, la inflación general es del 6.40% a tasa anual, lo que nos ubica entre las 13 ciudades del país con mayor inflación.
Sin embargo, la inflación que sigue imparable es la del rubro de alimentos, bebidas y tabaco, que es el más sensible para la ciudadanía, porque las personas para ahorrar pueden dejar de comprar cualquier mercancía o servicio, pero no pueden dejar de alimentar a sus familias.
En mayo del 2023, la inflación en alimentos se ubicó en 11.44%, esto es el doble de la inflación general y es la inflación más alta de los últimos 24 años, lo que demuestra el fracaso de los programas del Gobierno Federal para contener los precios de la canasta básica, como son el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) y el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC).
Ambos Decretos abrieron las fronteras, sin el pago de aranceles, ni permisos de salubridad, lo que provocó un récord de las importaciones y distorsión de los mercados regionales, pero sin que esto se tradujera en alimentos más baratos para los consumidores, lo único que lograron fue ampliar el margen de utilidad de los importadores y de los distribuidores de alimentos en el país.
Cabe señalar que, a la inflación se le considera como el cáncer de la economía, porque literalmente se devora los sueldos de los trabajadores y reduce el poder adquisitivo de las familias, es decir, la cantidad de bienes y servicios que pueden comprar con cierta cantidad de dinero.
Y precisamente son los pobres quienes están más expuestos a la inflación, ya que carecen de los medios para preservar su poder adquisitivo y son quienes tienen que buscar alimentos más baratos, lo que impacta en la nutrición de sus hijos, en pocas palabras, la inflación hace más pobres a los pobres, quizá por eso Morena dice que “primero los pobres”.
Mientras que los empresarios se protegen contra la inflación mediante el alza de los precios y con la compra de bienes raíces, inversiones o fideicomisos de alto rendimiento.
En conclusión, hoy tenemos los alimentos más caros de los últimos 24 años, pero cómo dice el anuncio: “las tortillas están en $26 el kilo, pero nacionalizó el litio; el kilo de carne de res está arriba de los $200, pero compró Iberdrola; y, la cartera de huevos está arriba de los $100, pero construyó un aeropuerto que nadie usa”.
Por eso, le pregunto estimado lector: usted que prefiere, ¿qué bajen los precios de los alimentoso o que siga aumentando el salario mínimo, que sólo beneficia a 6 de los 59 millones de trabajadores del país?