¡Paren las prensas! Xóchitl Gálvez y C. Sheinbaum… ¿arregladas?
Ciertamente en el tema político, de evangelizadores y hombres de fé el pueblo mexicano se encuentra hastiado… sobre todo por los últimos cinco años en los que quien ostenta la autoridad máxima del Estado, ha pretendido ser algo entre el evangelizador y el clérigo, que pretende hurgar en la mentalidad de la población, pero para llevarla a un plan de vida regresivo y anacrónico; disfuncional, para la realidad del mundo que vivimos.
Por lo que blasfemamos de vez en vez: “Dios mío, si en la borrachera del pragma neoliberal te ofendimos… en la resaca del Estado fallido, nos quedas a deber”.
Ante el inminente proceso electoral de 2024, los mexicanos queremos un candidato o candidata opositora al actual gobierno, que sea lo suficientemente honesto(a), como para no ocultar su independencia ideológica y política del actual régimen populista y sedicente.
México está sediento de orden y legalidad en sus calles… su gente está hambrienta de estabilidad económica y de volver a la ruta del progreso, material y humano, más el hambre que tenemos de un espíritu conciliador, ajeno a tanta confrontación, polarización, en la que estamos sumidos.
El país anhela un líder que le hable con la verdad, sin menospreciar su inteligencia social y emocional.
La nación ocupa un líder, hombre o mujer, que calcule la realidad con números y no con consejas, dogmas y apologías, atados a los prejuicios de ‘febriles militancias’, inspiradas en partidos y filosofías del siglo XIX o XX.
Un líder o lideresa que le hable de frente al país y con la verdad, por cruda que sea… porque eso nos hará salir más pronto de esta negra noche de estancamiento populista, absolutista y anárquico.
Por eso, antes de destapar la champaña y tronar los “cuetes”, a la “definición” de contender por la candidatura de la Alianza Va por México de Xóchitl Gálvez, la neopanista senadora y expromotora indigenista hidalguense, hagamos un rápido recorrido por sus actitudes extrañas y sus encuentros cercanos con a quienes hoy dice combatir en las palestras camarales y en los reductos de la comunicación virtual… a veces desvirtuada. Ella prácticamente tiene en la bolsa la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y, por alguna sospechosa razón, cambió de opinión y ahora, quiere ser Presidenta de la República.
No vayamos a facilitar a quienes son hoy los tiranos al frente de un gobierno por demás profano y hasta inhumano, como el de México, su permanencia en “caballo de troya”… no permitamos el engaño:
Corría el mes de junio del no tan lejano 2017, cuando la hoy senadora panista y súbita “aspirante presidencial” al interior de la ‘Alianza Va por México’, Xóchitl Gálvez Ruiz, destapó a Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno de la hoy Ciudad de México, según lo consigna el órgano oficial de comunicación escrita del partido Morena, “Regeneración”.
“Me parece y lo digo abiertamente, la mejor candidata de Morena sería Claudia Sheinbaum, ella representa una mujer que nació en la izquierda, ha estado en la izquierda, que está preparada y ha demostrado ser una mujer honesta”, aseguró en aquel momento Xóchitl Gálvez.
Dijo, en su particular y coloquial estilo, que (a Sheinbaum) “la podrán acusar de todo menos de ser corrupta, pendeja o huevona. Vivimos en el país de los favores, en el país de quienes pagaron las campañas”, lamentó (sic).
Gálvez Ruíz recordó que no milita en el PAN; consideró aquella vez del destape de Claudia, que como partido, el blanquiazul “ha tenido aciertos y desaciertos (…)Yo veo que el PAN quiere una alianza con el PRD. Ellos seguramente van a canjear la Ciudad de México por el candidato a nivel nacional. Eso podría leerlo y seguramente yo no soy la candidata del PRD”, señaló en aquel momento.
Entonces, Xóchitl era jefa delegacional en Miguel Hidalgo y por tal, homóloga de la aun jefa delegacional en Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo; por lo que se descartó como candidata del PAN al puesto y se comprometió a terminar su trienio: “Me parece y lo digo abiertamente, que la mejor candidata de Morena sería Claudia”, aseguró.
Y es que su amistad –de Claudia y Xóchitl- que fue creciendo como espiral públicamente, se dio desde que eran ambas jefas delegacionales. De hecho a Xóchitl Gálvez se le vió más cerca de Morena en un momento dado y en el PAN llegaron a “prender focos rojos”.
Aunque a los mexicanos se nos ha vendido la idea, ciertamente de que en las cúpulas, en las alturas, todos los diablos se vuelven ángeles; son iguales de “buenos” y “se quieren mucho entre ellos”… negocian su bienestar… y que los muertos que provocan sus propios pleitos entre sí, los de las grandes guerras, los tenemos que poner los mortales… los pobres, el pueblo pues. Pero eso no debe ser así… eso debe cambiar y no darse por aceptado.
Porque inclusive en lo oscuro… “no todos los gatos son pardos”.
¿O será que los mexicanos estamos fatalmente confinados a padecer una farsa teatral permanente por sistema político, donde los ciudadanos somos tratados como retrasados mentales, por una mafia mezquina en el poder?
Autor: Héctor Calderón Hallal
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