Tensión en el armado opositor y pedido de piso parejo. El conflicto de las pluris. Pronósticos y coincidencias.

En los últimos viajes de Claudia Sheinbaum por el país se reiteran postales en las que la candidata de Morena suscribe compromisos y participa de encuentros muy bien dispuestos con la cámaras empresariales de los diversos Estados. Un detalle que no agrada ni en el PRI ni en el PAN porque, salvo en ciertas entidades como Nuevo León, no se observa un trato igualitario para con Xóchitl Gálvez, la abanderada del Frente.

Alejandro Moreno Cárdenas señala ante su entorno que de mínima la senadora Gálvez debería recibir el mismo trato y que si eso no sucede la responsabilidad es de Agustín Coppel y Claudio X. González, empresarios de peso en la campaña opositora y de buen predicamento en el mundo del gremialismo empresarial.

No es el único problema que existe con ambos magnates. En el CEN de Avenida Insurgentes dicen que Xóchitl ha bajado en su penetración en redes sociales por falta de una inversión que debían propiciar ambos empresarios.

El trato con Coppel es especialmente delicado porque el sinaloense solo parece conectar con sus socios políticos en un formato de relación jefe-empleado. Esto es rechazado, fundamentalmente, porque en el armado político de la candidatura del Frente se descuenta que Coppel de política entiende poco y nada.

Otro detalle: existe la teoría de que Coppel, Claudio X. y el editor Alejandro Junco De la Vega le dijeron a Xóchitl que ella debía tener poder de veto sobre las candidaturas plurinominales de los partidos para que no haya lugar a “gente impresentable”. Esto también tensiona la relación.

Tanto Alito como Santiago Creel y Marko Cortés tienen la idea de que PRI, PAN y PRD deben tener la meta de aportarle 20 millones de votos a Xóchitl. Y esperan que “el sector ciudadano” aporte 5 millones de votos más.

Promueven una táctica inversa a la de la campaña de José Antonio Meade, que inicio muy ciudadana y terminó abrazando a las fuerzas del PRI cuando ya era tarde. Ahora recomiendan abrazar a los partidos primero para luego ir por el voto ciudadano.

Existe, más allá de toda trifulca, un punto de fusión en ambos bandos: todos dicen que la distancia entre Xóchitl y Sheinbaum es de un digito y que no hay nada definido.

Alegan que la candidata morenista tiene un techo muy firme en los 30 puntos y descartan las encuestas que le asignan 50 puntos de intención de voto. Sin embargo, también deslizan, Sheinbaum puede sacar más votos de los que genera solo por la operación electoral que el Gobierno Federal desplegará en su favor.

 

Con información de La Política Online

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