En los últimos años México vio crecer su dependencia de combustibles fósiles en un 90 por ciento, dijo Francisco Barnés de Castro, al impartir la conferencia magistral: “¿Qué hacemos con Pemex?” ante socios del Clúster Energético de Nuevo León.

“Somos un país crecientemente deficitario en energía, un 45 por ciento de la energía que utilizamos proviene del exterior y enfrentamos riesgos crecientes de fallas sistémicas o desabasto en el suministro”, advirtió el especialista.

Ante un panorama poco alentador de la empresa, el experto alertó que de no corregirse el rumbo, Petróleos Mexicanos corre el riesgo de convertirse en un lastre para las finanzas públicas, un freno para el desarrollo nacional, un importante factor de daño a la salud y una agresión creciente al medio ambiente.

También sostuvo que el país se ha vuelto cada vez más dependiente de las importaciones de gas natural y productos refinados, mientras que se exporta fundamentalmente petróleo crudo y combustóleo.

“Contamos con 6.1 billones de barriles de reservas probadas de petróleo, equivalente a diez años de producción”.

En tanto, la producción de gas natural solo alcanza para atender la demanda de Pemex y menos del 15 por ciento de la demanda del sector eléctrico y la industria nacional, y tan solo se tiene seis años de reservas al ritmo actual de producción.

Con información de Milenio

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