Falleció el profesor
Humberto Gamboa,
héroe de guerra y
de la educación
FRANCISCO CHIQUETE
En los primeros minutos de este sábado falleció el profesor Humberto Gamboa Montoya, héroe mexicano de la Segunda Guerra Mundial, pero sobre todo héroe de la educación, a la que dedicó la mayor parte de su vida fructífera.
Apenas el 24 de noviembre cumplió 104 años. Los festejó animoso y lúcido con su familia, para la que fue un gran ejemplo de entrega y dedicación.
Enlistado en el ejército, en marzo de 1945 se embarcó en el buque Fairisle, en que se transportó el Escuadrón 201, contingenté mexicano que participó en la gran conflagración mundial. La partida fue del puerto de San Francisco, donde habían recibido entrenamiento.
Años después, Humberto platicaba a sus alumnos las experiencias adquiridas, con un tono pacifista que se adelantó a su época.
De regreso a México, la educación fue su campo de acción, pero lo alejó de su natal Chiapas. En ese trajinar, a finales de los años cincuenta llegó a Guasave, donde un equipo encabezado por don José Santos Partida Medina, creó una nueva secundaria federal
Todavía hay personas que lo recuerdan en la región del Petatlán como un magnífico maestro de matemáticas, un vigilante profesor de educación física, y un entusiasta coach de básquetbol.
En 1965 el equipo magisterial fue trasladado a Mazatlán, para fundar la Escuela Secundaria Federal Guillermo Prieto.
Su gesto hosco, sus maneras heredadas de la milicia, contrastaban con su disposición para ayudar a quien lo necesitara, lo mismo a un alumno enredado en los teoremas o los conjuntos, que a un padre de familia con la carreta de las colegiaturas atorada.
Su asesoría potenció las capacidades de alumnos de suyo brillantes: su consejo rescató a quien se andaba descarriando y su capacidad de trabajo ayudó a elevar cada vez más la calidad educativa de su escuela, y luego de las otras que él mismo creó y dirigió.
Su ascenso en la Guillermo Prieto, como director, fue celebrado como un acto de justicia y de esperanza, y la misma festividad y emotividad se producía en los demás planteles en que participaba. Fue además fundador y director de otra secundaria federal, y maestro de la preparatoria federal.
Ya jubilado, seguía apoyando muchachos, organizando equipos deportivos y en general, viendo por quiénes necesitaban ayuda.
Hace apenas unas semanas lo visitó un grupo de ex alumnos de las primeras generaciones de la Guillermo Prieto. A algunos los reconoció por nombre cincuenta y tantos años después de impartirles clases y con otros revivió anécdotas que admiraron a los asistentes.
Durante su centenario recibió el reconocimiento del ayuntamiento de Mazatlán, su hogar por 58 años, y también fue reconocido en su natal Tuxtla Gutiérrez.
Hombre de buena madera, enfrentó al COVID, que lo atacó en dos ocasiones, y en ambas salió avante; muy recientemente fue sometido a una operación para colocarle un marcapasos y salió perfectamente, pero se le vino el deterioro de otros órganos.
Despedimos al sargento de transmisiones que luchó en el frente filipino de la Segunda Guerra Mundial yal profesor de toda la vida. Es una pérdida dolorosa y también un ejemplo perdurable de amor a su trabajo y a la humanidad.

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