Violencia por inseguridad; y también por la política; ¿está lista la lista?
DOMINGRILLA
FRANCISCO CHIQUETE
La violencia es uno de los elementos más constantes en la vida nacional, no sólo por el exagerado número de asesinatos (176 mil 400 en el sexenio, al corte del viernes), también es la violencia presente en las acciones y dichos de los políticos.
Si el presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra con un señalamiento que lo irrita, responde no con argumentos, sino con descalificaciones, con acusaciones cuyas bases no muestra y que suenan más violentas que un pleito callejero.
Pero no es el único. Aquí en Sinaloa, un diputado local morenista, Juan Manuel Luque Rojas, acusó al Partido Sinaloense -PAS- de ser antidemocrático, tanto, que sólo ha tenido un presidente (Héctor Melesio Cuén Ojeda) que ojalá se muera en este proceso electoral.
Al ver el tamaño de su despropósito, Luque Rojas acudió a la respuesta tradicional de los políticos: los periodistas me sacaron de contexto. Dice que dijo que esperaba la muerte del PAS, no de su dirigente. Aun así, se supone que en la competencia partidista lo que se hace es contrastar ideas y propuestas, no acabar literalmente con el contrincante, por muy fuertes que sean los desacuerdos.
Infortunadamente el debate público está impregnado de violencia. Incluso ciudadanos sin partido o sin puesto público intercambian insultos a nombre de sus filias y preferencias o sus fobias y rechazos, ya sea si son conocidos o se ignoran absolutamente.
A veces es tan intensa la polarización, que las familias se dividen, se enfrentan y se enojan. No hay muchas posibilidades de que eso termine pronto, independientemente de quién gane la elección de junio próximo.
NO HAY RAZÓN,
SÓLO ILEGALIDAD
Igual de violenta fue la reacción de Feliciano Castro Meléndrez a la sentencia de un juez de distrito que declaró inconstitucional la Ley de Educación Superior de Sinaloa. Esa sentencia es ilegal, dijo Feliciano, y argumentó que por eso es necesario reformar al Poder Judicial. Nadie puede esperar que un político acepte de buen grado una reprobación como esa, pero sostener que la resolución era ilegal es un exceso fuera de una lógica de convivencia. Es, otra vez, el propósito de acabar con todo el que piensa de manera distinta a la del personaje en cuestión.
Es, Por supuesto, un seguimiento a la actitud presidencial. El presidente quiere una Corte Suprema a su modo, integrada con ministros, magistrados y jueces electos por voto popular, impulsado porque su estructura actual le ha dado varios reveses importantes.
En este estilo de gobierno hemos visto pasar varios episodios: estuvieron en desacuerdo con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y lo suspendieron a un elevado costo, en lugar de corregir las irregularidades; exactamente igual procedieron con el Seguro Popular, donde seguramente hallaron graves actos de corrupción, pero en lugar de corregirlos, desaparecieron el programa y generaron un severo retroceso en la atención de la salud; no les gustó el INE y se propusieron destruirlo; no les gustó la forma de actuar de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se está planteando destruirla para erigir un modelo distinto, basado en la partidización de sus estructuras.
NOMÁS NO LE HALLAN
El enojo de Feliciano con el Poder Judicial no es sólo por la decisión que amparó a la UAS contra la Ley de Educación Superior. Se trata de un golpe a los propósitos de descuenizar a la Universidad, pero además demuestra la incapacidad jurídica de la cúpula del Congreso o del gobierno. Todo mundo predijo que los amparos procederían porque la tarea de los diputados era armonizar la ley sinaloense con las últimas renovaciones de la federal, pero ellos se fueron de paso y contradijeron un punto fundamental: la ley federal dice que toda iniciativa de reforma a las leyes orgánicas de las universidades, debe salir del interior de cada institución, y la ley local prácticamente faculta al Congreso a convocar a una consulta para echar a andar esa reforma.
Lo más curioso es que la citada ley federal fue impulsada por el senador Rubén Rocha Moya, hoy gobernador del estado. Además esa condición fue establecida por la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior, que se mantiene muy vigilante del punto.
El cambio anhelado para la Universidad Autónoma de Sinaloa es una de las metas más anheladas por el actual gobierno, y en él se ha invertido buena parte del capital político con que arrancó el propio Rocha. Aunque todavía hay instancias que podrían revertir la sentencia reciente, el golpe es fuerte.
Por si fuera poco, en el caso del exalcalde Jesús Estrada Ferreiro se han sufrido varias derrotas, la última de ellas desmantela al juicio político que se le instauró al exmorenista. Ciertamente no existe aún el riesgo de que les ordenen reponer a Estrada en la alcaldía (hay dos juicios que lo amarran al desempleo), pero cada amparo perdido es una exhibición de incompetencia jurídica, y ante eso, lo más fácil es decir “yo no soy el tonto, es que el juez es mafioso”.
SALINAS SIGUE
“TIRANDO LÍNEA”
La famosa lista de candidatos o precandidatos de Morena en Sinaloa sigue dando qujé decir. En días recientes se hizo circular un video de Mario Delgado aseverando que nadie puede sustituír a las encuestas para decidir candidaturas. Sin embargo, el gobernador Rubén Rocha Moya volvió a abordar el tema, desde la mismísima Semanera, para volver a darle vigencia a Carlos Salinas de Gortari con aquello de “no se hagan bolas, el candidato es Colosio”.
La lista es la lista, dijo el gobernador y de una vez dio instrucciones a sus colaboradores enlistados para que renuncien a los puestos que ejercen. El caso es que por más energía que el gobernador pone en la ratificación, varios aspirantes siguen creyendo que sí habrá cambios, que todavía tienen chance de ser incluidos y se mueven en espera del milagro.
Hay también quienes piensan que habrá cambio, al menos para dar cabida a los partidos asociados en la coalición “Sigamos haciendo historia”.
Aunque parezca un absurdo, Carlos Escobar, quien se presenta como cercano al gobernador, intensificó su publicidad en Facebook después de conocida la lista que lo excluye. Algunas de las mujeres que aspiran y no fueron incluidas, también insisten en mover a sus seguidores. Incluso con el anuncio del género, algún aspirante varón como Martín Salvador González, sigue haciendo campaña afuera de los centros comerciales.
Algunos casos pueden ser de ingenuidad, otros de indisciplina y finalmente está la posibilidad de que haya rebeliones francas.
NO ES ASÍ, PERO SÍ
Los jaloneos están a la orden del día en Morena. El empresario Carlos Lomelí Moreno fue evidenciado con una grabación en que condiciona su participación como candidato a senador, exigiendo que se le permita designar a los candidatos en su estado.
La respuesta de Claudia Sheinbaum por supuesto, fue negativa. Nadie puede sustituir a las encuestas, dijo, yo no doy ni autorizo candidaturas.
Pero luego vino la derrota en el intento por ratificar a Ernestina Godoy en la fiscalía de la Ciudad de México, y la reacción de doña Claudia fue ofrecer a Ernestina la candidatura al Senado, o más bien, su inclusión en la lista de aspirantes, a pesar de que la convocatoria ya había cerrado el plazo correspondiente. Y seguramente aparecerá como candidata.
LOS ACUERDOS
Marko Cortez logró por fin convertirse en el personaje más destacado de esta etapa de la competencia, pero lo hizo por malas razones: ventilar un acuerdo firmado entre él y el entonces candidato a gobernador de Coahuila (y con Alito, por supuesto) para repartirse puestos del futuro gobierno y candidaturas, incluyendo instituciones educativas, puestos de poderes distintos, y hasta fiats notariales. Una verdadera porquería.
Una porquería sin embargo, que en Sinaloa recordó mucho las quejas de Héctor Melesio Cuén Ojeda porque al final Morena no le cumplió el acuerdo que habían firmado junto con el convenio de coalición del 2021, en que igual se hacía un reparto de posiciones.
Uno de los puntos de conflicto entre el PAN y el gobierno priísrta de Coahuila es que el convenio ofrecía que la candidatura para la alcaldía de Torreón sería para los panistas, pero el hoy gobernador dice que no puede ser porque el porcentaje de votos aportados por los azules fue demasiado bajo.
También en Sinaloa, el gobierno morenista le quitó al PAS las secretarías y demás puestos que le había dado, porque al fin y al cabo los votos que aportó fueron muy pocos y no resultaron necesarios para alcanzar la victoria.
También por cierto hay priístas mazatlecos inconformes porque en el convenio de este año se le otorga al PAN la candidatura en Mazatlán, pese a que en las últimas elecciones prácticamente no han pintado.
CONFESIÓN
Varios de los funcionarios del régimen rochista son personas cultas, que a lo largo de su vida han sido ávidos lectores y seguidores de autores de primera calidad.
El secretario general del Congreso, Jesús Antonio Ríos Rojo, es uno de esos funcionarios, quien recientemente mostró ser adepto al desaparecido poeta José Emilio Pacheco, posteando en su página de Facebook uno de los escritos más concisos y brillantes de JEP. Aunque dicen sus malquerientes que en realidad es una confesión, pues Ríos Rojo no explica a cuenta de qué viene la publicación, excepto el título de
“Así son las cosas”
“Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos
a los veinte años
José Emilio Pacheco”.