Sinaloa perderá el Liderazgo Nacional en Maíz
Alguien tiene que Decirlo
Samuel Sarmiento
Desde hace 3 décadas, con el declive de cultivos como la soya, el sorgo, ajonjolí, cártamo y el algodón, empezó a tomar fuerza la siembra de maíz blanco en Sinaloa.
En la década de los noventas, el maíz blanco representaba el 11% de la superficie sembrada y 30 años después, la importancia de este cultivo alcanzó el 65% de la superficie de riego con una producción que supera las 6 millones de toneladas.
Esto se logró con el aumento del rendimiento, que pasó de 2.9 toneladas por hectárea hasta superar las 12 toneladas.
Así, Sinaloa se consolidó como el granero de México y líder nacional en producción de maíz blanco, garante de la soberanía alimentaria y de la estabilidad de los precios de las tortillas y de los productos de la ganadería.
Sin embargo, con la llegada del gobierno federal llegaron nuevos funcionarios con una visión más social que productiva y dejaron a un lado el esquema de la Agricultura por Contrato y regresaron al México del siglo pasado con las compras de grano por parte del gobierno. Antes con CONASUPO, ahora con SEGALMEX, pero con los mismos funcionarios (Ignacio Ovalle).
En Sinaloa, SEGALMEX se comprometió a comprar 1.5 millones de toneladas de maíz a un precio de garantía de $6,965 por tonelada, que se sumaría a las 500 mil toneladas que adquiriría el Gobierno de Sinaloa, mediante un crédito de casi 4,000 millones de pesos.
Finalmente, SEGALMEX no cumplió con los 1.5 millones de toneladas y sólo adquirió 1 millón de toneladas, por lo que el Gobierno de Sinaloa tuvo que aumentar su compra de 500 mil a 805 mil toneladas.
Sin embargo, al día de hoy, todavía hay alrededor de 300 productores de hasta 15 hectáreas que no se les ha pagado su cosecha, esto es 8 meses después de haber trillado.
Y el escenario se complica, porque se rumora que las bodegas pagarán solo el 30% del valor del maíz y el 70% restante, todavía no hay fecha para pago…
Sin embargo, la parte más grave la enfrentaron más de 8 mil productores de maíz que, en conjunto producen las otras 4 millones de toneladas, quienes el año pasado tuvieron que rematar su cosecha entre $4,500 y $5,000 por tonelada, esto es $2,000 abajo del precio de garantía, lo que generó grandes pérdidas.
En este sentido, el precio de garantía “no es un precio de garantía”, sino que es un precio discriminatorio por hectareaje, que castiga la producción y la productividad del campo.
A estos problemas de comercialización, se le sumó la falta de agua en este ciclo otoño-invierno 2023-24, lo que redujo en 60% la superficie sembrada de maíz, que bajó de 521 mil hectáreas a sólo 210,296 hectáreas.
No obstante, la superficie sembrada pudiera ser un poco mayor, porque hay superficie sembrada que no tiene permiso de siembra y otra más que podría sembrarse en primavera-verano. Aun así, la producción de maíz de Sinaloa no alcanzará las 3 millones de toneladas.
Por lo que, Sinaloa perderá, por primera vez en 30 años, el liderazgo nacional en producción de maíz y Jalisco se posicionará como el nuevo líder.
La caída en la producción de maíz de Sinaloa provocará un aumento de importaciones por arriba de las 20 millones de toneladas, por lo que nuestra dependencia alimentaria aumentará al 45% del consumo, lo que contrasta con la promesa del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que era que para el 2021 México sería autosuficiente en maíz.
Por eso, le pregunto estimado lector, ¿sabía que el desplome en la producción de maíz de Sinaloa significará un nuevo golpe a la economía familiar, vía aumento del precio de las tortillas?