DOMINGRILLA

FRANCISCO CHIQUETE

Finalmente no hubo sorpresas en la formación de alianzas partidistas para Sinaloa. Morena va con sus socios de siempre: PT y PVEM, mientras que el frente opositor lleva a PRI, PAN PRD y PAS. Sin embargo, Morena ha decidido posponer al límite máximo sus destapes y con ellos la distribución territorial, mientras los opositores ya definieron.
Los Morenos y demás anunciaron candidaturas comunes; los frentistas hicieron una meticulosa repartición territorial que debe haber sido muy sufrida, porque ni Héctor Melesio Cuén, especialista en filtraciones. se atrevió a hacer ni el menor adelanto.
En la alianza oficialista ya sabemos que Morena será el gran ganón, mientras que sus rivales hicieron un reparto más o menos equilibrado territorialmente. No se puede saber si serán efectivos en lo electoral, pero ya superaron los pronósticos de rompimiento que corrieron con insistencia.
Como siempre, la lucha se centrará en Culiacán, donde está concentrada la tercera parte de los votos sinaloenses. Ambos lados perfilan personajes sin grandes expectativas, lo que de todos modos da ventaja a los morenistas, porque tienen a su favor la inercia de las dos elecciones anteriores.
Sorpresivamente, los morenos, que ya habían destapado su oferta política, se dieron más de dos meses de plazo para anunciar formalmente lo que ofrecieron develar el pasado día 15. Con ello queda en suspenso aquella aseveración del gobernador Rubén Rocha Moya en el sentido de que “la lista es la lista”.
Esta situación ha generado jaloneos muy fuertes entre los grupos de Morena e incluso los militantes más institucionales de la corriente “fundadora” han empezado a manifestarse contra sus autoridades, especialmente contra el gobernador, a quien habían procurado mantener fuera de sus controversias.
Aunque pareciera que la posposición responde a eso, se trata además de una medida nacional tomada para buscar consensos entre los grupos internos y también con los aliados electorales, que en casos como el de Sinaloa, quedaron fuera de la distribución hecha por instancias regionales.
Algunas de las manifestaciones de presión e inconformidad son los memes de “fuego amigo”, cartelones en redes y la famosa lista fake, que supuestamente deja fuera a las propuestas más cercanas al gobernador, excepto la fórmula al Senado, que parece haber sido asumida ya por los grupo, si bien el histórico aspirante Camilo Valenzuela Fierro mantiene en pie su lucha de carácter testimonial.
¿QUÉ COMPRÓ EL FRENTE?
Ninguna elección es igual a otra, pero en la de 2021 el PAS, aliado con Morena, ganó las alcaldías de Mocorito, Badiraguato, Cosalá, Mazatlán, Concordia, Rosario y Escuinapa. La mayor parte de los votos fue para Morena, pero los candidatos fueron presentados por el Partido Sinaloense, como ocurrió también en tres de las ocho diputaciones locales ganadas por ese partido. Todos saben sin embargo que apenas surgieron las desavenencias entre Héctor Melesio Cuén y el gobernador, todos esos alcaldes renunciaron a la militancia o inclinación pasista, para declararse primero sin partido y luego morenistas, como hicieron los tres diputados locales “prestados”.
Hoy el PAS, que es la “novedad” de la alianza opositora, se abroga derechos sobre varios de esos municipios, y sus coaligados se los conceden. ¿Podrá ese partido fortalecer la votación? Ni siquiera hay garantía de que PRI y PAN mantengan sus números del 2021, después de la sangría de militantes que han experimentado, particularmente en Mazatlán, donde se les fue Fernando Pucheta, el único que les proyectaba una pelea en serio.
(El famoso duende de la redacción me hace ver que el párrafo anterior puede ser infundado, debido a que los opositores cuentan hoy con un tractor de muchos caballos de fuerza: la carismática, híperconocida y superdinámica fórmula senatorial integrada por Paloma Sánchez Ramos y Eduardo Ortiz.)
NO HUBO SED
DE VENGANZA
Muchos especularon que Cuén aprovecharía la oportunidad para conseguirse una candidatura a senador, aunque fuera en segundo orden, por tal de enfrentarse a Enrique Inzunza Cázares, a quien culpa de buen parte de sus males, pero no, pudo más la precaución. Al cabo el PAN estaba muy deseoso de esa posición inútil.
Pero había otra posibilidad de alcanzar “justicia poética”: ir y enfrentar juntos a Rubén Rocha Moya e Inzunza Cázares, dándoles una pela en su natal Badiraguato. Pero ni Cuén ni el PAN, ni el PRI, ni siquiera el PRD, que va a lo que caiga, quisieron comprometerse. El miedo no anda en burro.
EL FRACASO TOTAL
Ayer corrió la versión de que el Congreso del Estado asumió la disposición judicial que nulifica uno de los juicios políticos en que se condenó al desaforado alcalde culiche Jesús Estrada Ferreiro. No podían hacer otra cosa, aunque todavía falta que la votación de todos los diputados.
Quizá la medida no sirva de mucho dado que a Estrada Ferreiro lo tienen amarrado con otros procesos, pero muestra la incapacidad o la arbitrariedad con que ha actuado la Cámara Local, en cuya titularidad ha campeado la prepotencia.
Por cierto la semana pasada el diputado Sergio Mario Arredondo dio una lección de civilidad política, al advertir que las decisiones de los jueces deben ser asumidas con respeto, sin renunciar al derecho de combatirlas en otras instancias, pero asumiendo la autoridad de los tribunales.
Por desgracia no son muchos los que se animan a expresarse con esa propiedad y sobre todo, a pensar adecuadamente las cosas que dicen. Lo que les interesa es quedar bien con los promotores de la violencia política.
NO LE PESÓ QUEDAR
FUERA, PERO…
El alcalde Edgar González ha aseverado con mucha naturalidad que no le pesó quedar fuera de la lista de precandidatos que Morena dio a conocer y luego congeló. En efecto, su ritmo de trabajo mantuvo la intensidad previa y se sostuvo el diálogo con las personas.
Pero el desánimo siempre sale a flote.
La semana pasada fue a inaugurar una pavimentación en el Callejón Petróleos de la colonia Klein, y hasta allá fueron vecinos de la propia Klein y de Bahías, para contarle sus penas y pedirle soluciones.
Dispuesto como siempre, el alcalde atravesó la colonia y llegó al lindero opuesto para observar cómo el agua pestilente del drenaje corría libre e intensa sobre el pavimento, brotando de varios puntos. Los vecinos lo hicieron cruzar ls calles y ensuciarse los bien cuidados zapatos de buena marca, hasta que él se detuvo y ofreció: mañana mismo les mando lavar la calle. Y ahí ardió Troya: ¡no queremos lavado, queremos soluciones!
Entonces vino una larga y tartajosa explicación sobre la culpa de las administraciones anteriores, que introdujeron tubos de bajo diámetro para la necesidad del área, la irresponsabilidad de los que se fueron y la falta de previsión de sus gobiernos, y todavía estaría ahí echando culpas, si no lo detienen y le exigen definiciones: ¿Nos lo va a arreglar o no?
Y lo que antes de la malhadada lista de candidatos hubiera sido un esplendente compromiso de buscar la respuesta, se convirtió en un apagado “no, no puedo”. Total, ya qué.

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