DOMINGRILLA

FRANCISCO CHIQUETE

¿Ya le preguntaron si está de acuerdo con que la justicia sea para la el pueblo y no para las élites, y que para lograrlo, se elija -directamente por el pueblo, a los jueces, magistrados y ministros? ¿No le han preguntado? ¡Qué raro! Morena está haciendo una encuesta sobre eso y las encuestas de Morena son infalibles.
También son previsibles. Aunque a usted, a mi y a casi ninguno de nuestros vecinos nos haya tocado ser encuestado, la consulta vA en forma y tendrá formalmente un resultado apabullante a favor de que el presidente saque adelante la reforma con que se transforma a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “sin moverle ni una coma” a su iniciativa.
En fin, ya veremos a los aspirantes a jueces, magistrados y ministros, haciendo campañas electorales, para lo que necesitan que sea el partido dominante el que los impulse, o bien, que los financie un gran empresario o un personaje del crimen organizado, porque las campañas electorales se ganan con estructura, manipulación y sobre todo, dinero.
No parece que esa sea una buena fórmula para garantizar eficacia, honradez, y cumplimiento de la premisa de que la justicia debe ser pronta y expedita, pero el presidente está convencido de que así será, y tenga usted por seguro que la reforma va a ocurrir en los términos en que el propio presidente lo está exigiendo (porque ya no es una propuesta: es una orden a la que no se puede mover en absoluto, lo que tiene que ver con la elección.
Que no le extrañe ver en “la ventana de septiembre”, en que coinciden el actual presidente y la nueva legislatura, en que inminentemente Morena va a tener mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y aunque se proyecten tres votos menos para lograrla en el Senado, tenga también la certeza de que se van a conseguir, “haiga sido como haiga sido”.
En algo tiene razón el presidente: la justicia está por encima de los mercados, pero independientemente del concepto de justicia que él tenga, hay disposiciones legales sobre las que no puede pasar, sin provocar problemas de carácter económico y sobre todo, sin echar a perder la oportunidad que tiene México para desarrollarse con nuevas y masivas inversiones, en este periodo de relocalización de empresas del lejano oriente.
YA NO HAY DUDAS
En las últimas semanas se ha discutido mucho el papel que deberá jugar Andrés Manuel López Obrador en la vida nacional, una vez que termine su periodo formal de gobierno. Él dice que se va a su finca de nombre muy popular, pero nadie le cree.
La señal más clara es que por encima del compromiso de la próxima presidenta del país, Claudia Sheinbaum, de dialogar sobre la reforma, AMLO salió a decir que dialoguen lo que quieran, pero la elección no me la niegan ni me la evitan.
Esto recuerda -otra vez- la etapa del Maximato que encabezó Plutarco Elías Calles. Huno una célebre caricatura en que aparecía el presidente formal, Emilio Portes Gil, diciendo desde la residencia oficial, que era el castillo de Chapultepec: “Aquí yo mando” y en la parte inferior de la caricatura, Plutarco Elías Calles en el lago, sobre una lancha respondiendo “y yo remando”.
Hubo otra en que se aparece el Castillo de Chapultepec con un letrero: “aquí vive el presidente” y una residencia de los alrededores, con el letrero “…pero el que manda vive enfrente”.
¿PARA QUÉ SON LAS LEYES?
Grandes teóricos han intentado explicar asequiblemente lo que son las leyes y para que son, pero los grandes teóricos del derecho, los académicos más reconocidos y los practicantes del más encumbrados de esa disciplina han fallado. No han podido explicárselo a la gente.
Pero un humilde merolico devenido diputado federal tuvo una epifanía y declaró con todas sus letras: “las leyes se hicieron para violarse”.
Con semejante bagaje, el alcalde Edgar González Zataráin, los regidores y funcionarios municipales del área de planeación, se pasaron las leyes y reglamentos por el arco del triunfo y para quedar bien con quienes tienen que quedar bien, cambiaron el uso del suelo en una zona tan sensible como el fraccionamiento El Toreo y sus alrededores, donde hasta la semana pasada sólo se podían construir edificios de un máximo de diez pisos de altura: como eso no era suficiente negocio para el desarrollo del World Trade Center de Mazatlán, hubo cambios en serio. Gracias a la obsequiosa actitud del cabildo mazatleco, ya será posible construir edificios de hasta treinta pisos. Nada más y nada menos.
¿Qué otras medidas acompañan a esa decisión? Porque para manejar el drenaje de esos monstruos urbanos, no será suficiente el tubito que el químico enterró en la avenida Rafael Buelna. ¿Irán a obligar a los desarrolladores a incluir plantas tratadoras de aguas negras? ¿Ya pensaron en la demanda del agua potable?
O tal vez pensaron que los creadores del reglamento de construcción derogado o “corregido” eran unos pobres tontos a quienes no les alcanzaba la imaginación para ir más allá de la decena.
Hay que decir que no son los únicos, sólo los más desmesurados.
Allá por la década de los dos miles, en el Centro Histórico sólo se podían construir edificios de tres pisos, para no romper la armonía del paisaje arquitectónico, pero uno de los grandes defensores de la ley, don Humberto Rice García, decidió hacer uso de una finca familiar ubicada cerca del recién rescatado Teatro Ángela Peralta, y utilizó sus influencias para que el edificio en proyecto fuese de cuatro pisos y no sólo de tres, porque entonces le resultaría incosteable.
Un poco más para acá se dio el caso del estacionamiento público de la calle Ángel Flores, que creció más allá de lo originalmente autorizado por las mismas razones.
Eso sí: el cabildo actual puede irse, en octubre próximo, con el orgullo de que se destaparon como visionarios. ¿Para qué andarse con chiquiterías, si se puede triplicar la altura autorizable?
Pero la gran pregunta es si semejante apertura se dio sólo por amor al arte.
NO HA HABIDO
CAMBIADERO
El gobernador Rubén Rocha Moya anunció que haría un cambiadero para llevar a su gabinete a personas que le sean muy cercanas. Se entiende que deben abrirse espacios a los que no los alcanzaron en la primera parte, pero francamente casi todos los funcionarios originales le eran cercanos.
Sólo que la realidad en estos momentos es exactamente contraria al anuncio. Lo que hizo el gobernador fue un descambiadero, en que quitó a quienes habían sustituido a sus funcionarios que resultaron candidatos. Así, Enrique Inzunza Cázares quitó a su mano derecha (lo dejó de suplente) y regresó a la secretaría general de gobierno, como regresó Graciela Domínguez Nava a la secretaría de Educación Pública y Cultura, y regresó Tere Guerra a la Secretaría de la Mujer.
¿Por qué el gobernador se ve en la necesidad de posponer el cambiadero? Era una buena explicación la lealtad de guardar el lugar a sus colaboradores que pudieran salir derrotados en la contienda electoral, pero no fue el caso. ¿Vale la pena esperar de aquí a octubre para acomodar a los diputados salientes, si él mismo reconoció que “el cambiadero” haría más eficiente a su equipo de trabajo?
LA CUADRATURA
AL CPIRCULO
El presidente Andrés Manuel López Obrador mandó al gobernador y a Héctor Melesio Cuén Ojeda un trabuco como aquel de “adiós mis cien palomas”. Una de ellas respondió “no, señor gavilán, no somos cien. Somos un tanto que más otro tanto, más otro medio tanto, la cuarta parte del tanto, y usted, señor gavilán, entonces sí seremos cien.
El presidente llamó a la concordia en el caso del gobierno de Sinaloa y la Universidad Autónoma de Sinaloa, estableciendo incluso que se hiciesen otra vez reuniones en la Secretaría de Gobernación para llegar a acuerdos conciliatorios. Pero -y ahí está la bronca- advirtió que no se podía dejar de lado el combate a la corrupción.
¿Cómo se puede llegar a la conciliación sin olvidarse de los treinta millones de pesos gastados por la UAS en tortillas durante la pandemia, periodo en que no había alumnos en las casas del estudiante? ¿y los millones de los pollos? ¿y todas las acusaciones que verbalmente ha hecho el gobernador, aunque no todas hayan llegado a los tribunales?
¿Se podrían desestimar los procesos judiciales contra el rector Jesús Madueña Molina y el encargado del despacho Robespierre Lizárraga Otero? Parece que no. A Madueña lo acaban de prender con un pago de dos millones de pesos por haber participado en actividades que le prohibían las medidas cautelares a que está sujeto.
Pero en el fondo ¿puede el gobernador desistir de su propósito de que entre en vigor una nueva Ley Orgánica de la UAS, que modifique el sistema de elección de autoridades? ¿Aceptaría Héctor Melesio Cuén Ojeda soltar su control absoluto de la Universidad Autónoma de Sinaloa? En ambos casos, la respuesta es no. ¿Cómo puede llegar la conciliación?
FESTEJO
Muchas felicidades a todos los que han alcanzado la dicha de ser padres (ya de sangre, ya de afecto) y un recuerdo emocionado a los padres que ya no están.

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