La nueva era de Salud Digna
La cadena de clínicas de diagnóstico de la familia Vizcarra instala una Asamblea General con empresarios y expertos en tecnología de todo el país.
“Si bien requiere esfuerzo, yo puedo valuar hoy a Salud Digna como una empresa de 2 mil millones de dólares”, dijo Carlos Salazar Lomelín en el evento del aniversario de la red de clínicas creadas por Jesús Vizcarra, el productor ganadero y dueño de SuKarne. Él es, desde hace unos días, uno de los 124 miembros de la nueva Asamblea General Salud Digna. Con este nuevo órgano de apoyo, la cadena de clínicas decidió festejar sus 21 años de cara a una profesionalización y organización ya no familiar de esta empresa.
Salud Digna es un modelo inédito de centros de detección temprana y prevención de enfermedad de alto nivel y precios bajos, cuyo flujo de pacientes solo es comparable con el sector público: la red de 235 clínicas y tres centros nacionales de referencia atiende más de 18 millones de pacientes al año, es decir, más que el ISSSTE y sólo superada por el IMSS. Incluso ya cuentan con filiales en Nicaragua, El Salvador y Guatemala. “No conozco otro esfuerzo sanitario privado de estas características en toda Latinoamérica”, agregó en su discurso el ex directivo de Femsa.
¿Qué hace un empresario agropecuario en el mundo de la salud? “Hace 25 años, a mi hijo Raúl, de cuatro años, le detectaron un tumor en el cerebro. Me lo confirmó el propio secretario de Salud de Sonora, quien era neurólogo”, me contó el empresario sinaloense. La familia voló en un avión particular a Tucson, en Estados Unidos, y le salvaron la vida. Cuando salieron de la crisis, Vizcarra se preguntó qué hubiera pasado si en vez de haber volado a Estados Unidos, hubiera tenido que ingresar a una clínica local. “Me invitaron a conocer el Hospital Civil de Culiacán, al que llamaban ‘El Hospital de la Muerte’”. El director de aquel nosocomio le pidió a Vizcarra donar un techo para que tuvieran sombra los familiares que pasaban días enteros afuera, bajo el sol, esperando a sus parientes internados. “No, tú no necesitas eso; este hospital requiere cambiar todo el eje en gestión, porque es algo terrible, deplorable y deprimente. Entonces le dije que yo sería presidente del patronato del hospital”. En aquel momento le pidió 600 mil pesos al gobernador local, Renato Vega, para pagar a proveedores y comenzar la operación de cero. En poco tiempo logró que aquel hospital se convirtiera en el mejor del noreste del país, un título que mantiene hasta la fecha.
¿Dónde hay más grietas en el sistema de salud? ¿Dónde hay más oportunidad de salvar o no a alguien? “El diagnóstico oportuno es todo: un buen diagnóstico es la clave para que la persona luego siga un tratamiento. El primer contacto es vital”, me explicaba y ahí fue donde centró todo su esfuerzo desde 2003 a la fecha. En la actualidad, 20 por ciento de los casos de cáncer de mama en el país fueron detectados en alguna de las clínicas de Salud Digna.
Tiene muchos hitos su proyecto familiar ‘off cárnico’: son la única cadena de servicios de salud de México y América Latina en contar con más acreditaciones de la Joint Commission International, la máxima evaluación global de estándares de calidad y seguridad clínica. Y son la principal fuente de lentes de toda la población mexicana, superando al sector público con cuatro millones de pares entregados a un costo muy por debajo de la competencia. Su centro de fabricación en Tlalnepantla produce 20 mil pares de anteojos a la semana.
Jesús Vizcarra decidió crear la asamblea “porque nunca imaginé el tamaño que terminaría teniendo su proyecto familiar, que hoy suma 12 mil empleados y donde cada día atienden a 90 mil pacientes. Esto me excede como persona y nadie debe escapar al hecho de que somos finitos”. Entre los miembros de este consejo se encuentran empresarios, médicos, químicos, expertos en tecnología y en Inteligencia Artificial, filántropos y representantes de grandes compañías farmacéuticas como Enrique Coppel, Eustaquio de Nicolás, la ex Google, María Teresa Arnal, Federico Tejado (ceo de Alsea), entre otros.
El destino puede cambiar una vida o, como en el caso de los Vizcarra, la del 9 por ciento de toda la población de México.
Con información de El Financiero