La Costumbre del Poder: La primera garantía de impunidad a narcos y delincuentes está en la procuración de justicia
Tan pronto como durante las próximas fiestas patrias, podrá constatarse la configuración del nuevo rostro del proyecto de nación, con la República y las instituciones que le dan vida totalmente desfiguradas, con un gobierno sin contrapesos y estructurado de acuerdo a la voluntad de un solo hombre, el amo y señor de la dictadura perfecta
Gregorio Ortega Molina
Los medianamente entendidos sabemos dónde se inicia el modelo de corrupción para garantizar impunidad a narcotraficantes y otros delincuentes: es en las corporaciones policiacas municipales, estatales y federales; también en los escritorios de quienes tienen la responsabilidad de integrar, con probidad y orden, las carpetas de investigación.
Muchos ceden porque les gusta estirar la mano y consideran que así pueden hacerse un ahorro para el futuro; otros, porque han sido avisados y amenazadas sus familias. Si no proceden como se les indica, van por las hijas e hijos, los cónyuges, los padres y hermanos. No es punto para la corrupción, lo es para el miedo.
Nadie quiere detenerse a investigar el número de carpetas de investigación que llegan a los juzgados -locales y federales- mal integradas a propósito, porque en ello va la vida de los agentes del Ministerio Público y las policías adscritas a esos organismos jurídicos de procuración de justicia.
Para evitar el amago de los narcotraficantes sobre los administradores de justicia, en Colombia crearon la figura de los jueces sin rostro y, sin embargo, algunos cayeron a balazos, porque se negaron a recibir los abrazos cargados de oro y plata.
En el Poder Ejecutivo, las cúpulas de las Fuerzas Armadas, muchos de los integrantes del Legislativo, saben que buena parte de esa “corrupción” de jueces, magistrados y ministros, se inicia con la integración de las carpetas, y en los acuerdos mudos pactados para asegurar los abrazos, porque de otra manera no se hubiera podido conceptuar ese humanismo mexicano, esa moral de la 4T, amparada en la circulación de ese dinero que les garantiza el poder, que avala la imagen -¿cierta o falsa?- de estar gobernados por los intereses de los narcotraficantes.
Tan pronto como durante las próximas fiestas patrias, podrá constatarse la configuración del nuevo rostro del proyecto de nación, con la República y las instituciones que le dan vida totalmente desfiguradas, con un gobierno sin contrapesos y estructurado de acuerdo a la voluntad de un solo hombre, el amo y señor de la dictadura perfecta.
A la supuesta corrupción producida por el miedo, ahora añaden la del nepotismo, sin detenernos a ubicar dónde se encuentran los amigos y parientes de los hijos de nuestro lord protector Andrés Manuel López Obrador.
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@OrtegaGregorio