Yo Campesino / Vergüenza

  • Desdén a Norma Piña fue anticipado; nadie evitará la reforma del ganso, ni la corcholata

*Miguel A. Rocha Valencia*

 

Ni la misma corcholata presidencial ni las consecuencias económico-financieras que provocará, evitarán las reformas al poder Judicial dictadas por el ganso a sus lacayos del Congreso federal actual y el que viene. Se hará como él manda, sin matices, sin cambios ni siquiera de puntos y comas. Lo ha dicho varias veces el caudillo de Tepetitán, incluso para enmendarle la plana a su protegida quien ¿Gobernará? Como le diga el patrón quien todos los días le recuerda que él es quien manda hoy y mañana.

Eso lo sabemos todos hasta quienes consideramos al profeta de la 4T como un sujeto terco, rencoroso, ignorante y al que le vale madre cualquier consideración ajena a su propio pensamiento, aunque no tenga proyecto, salvo el de mantener el poder a perpetuidad y después de su muerte al estilo venezolano, ser el santón cuya doctrina prevalecerá por encima de cual mala idea democrática que surja en la feligresía o de la convenenciera oposición.

Lo precisó el ganso cuando la ministra pirata Yamín Esquivel de Rioboó solicito la renuncia de la presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña Hernández para colocarse ella misma como interlocutora, es decir una poner de una vez al poder Judicial a los pies de su amo, sin condiciones ni resistencias.

Piña Hernández recibió el apoyo y solidaridad de al menos siete ministros quienes le dijeron que no se fuera, defendiera la plaza en base a la ley, no se sometiera y planteara sus razones del porqué la reforma propuesta por el jefe del Ejecutivo no debía aplicarse a rajatabla y que de nada serviría la renuncia de la actual presidenta de la Corte y la Judicatura federal porque no se haría ninguna modificación. Ese dicho lo reiteró una vez más la chachalaca tabasqueña cuando su corcholata tuvo la ocurrencia de mandar un mensaje conciliador para calmar los ánimos de los inversionistas, a lo cual, su patrón le enmendó la plana y dijo claramente que no habría ningún cambio y los ajustes propuestos iban tal cual. La candidata triunfadora salió a corregir su discurso.

No obstante, Norma Piña llamó una vez más al diálogo, a consensar en base a razonamientos algunos ajustes a la reforma y ¿qué recibió a cambio? La bofetada del desprecio presidencial al cual se sumó el de su pupila y ambos, el mismo día, la rechazaron sin tomar en cuenta que legalmente la ministra está al mismo nivel constitucional que el mesías tropical, pues es cabeza de uno de los poderes de la Nación.

O perdió la vergüenza, pecó de ingenua o en verdad la presidenta de la SCJN ve un panorama tan oscuro en materia judicial que se atreve a intentar razonar con quien no escucha y que por añadidura tiene una sucesora clonada, fiel hasta la ignominia que puede ver el barco hundirse (es más inteligente y preparada) peri “su religión” le impide oponerse a su patrón.

La otra opción por la cual la titular del poder Judicial plantea revisar las reformas es porque ve su causa perdida y atisba riesgos muy profundos en lo que viene como lo plantean muchos juristas que no caen en el simplismo de que los abogados salen “limpios” y “puros” de las universidades y se corrompen en el ejercicio de la profesión, sólo para defender aquello de la experiencia en materia legal que se necesita para ser juez, magistrado o ministro.

Es decir, lo hecho, hecho está, la elección del pasado junio dejó en claro que la 4T continuará remasterizada con todo lo que implique y que nada valdrá para propiciar un cambio, sobre todo en la toma de decisiones unipersonales de quien habrá de ejercer la primera magistratura del país. NI siquiera la oposición tendrá derecho de réplica.

Sólo recordemos cuántas ocasiones se reunieron el tlatoani y la corcholata con los legisladores o líderes de la oposición: nunca y hoy que tendrán menos representatividad los de enfrente, muchos menos. Los opositores al régimen son un cero a la izquierda lo mismo que quienes pretenden defender o impugnar las reformas del ganso de Macuspana. Van a hacer lo que les plazca y someterán al país a un esquema totalitario. De hecho, ya estamos en ello, solo que hoy, algunas cosas fuera de la ley que comete el jefe del Ejecutivo, son delitos o faltas administrativas solo que ahora con los cambios, serán legales. Ni modo.

Con información de Índice Político

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