Lázaro Cárdenas viste a Sheinbaum
La Espinita
Andy S. K. Brown
- Lázaro Cárdenas viste a Sheinbaum
- México, una mafiocracia consumada
- 4T, otra herencia maldita en Pemex
El nombramiento del nieto de “El Tata” como jefe de la Oficina de la Presidencia de quien ocupará la titularidad del Ejecutivo Federal a partir de octubre no sólo da fin al desencuentro que su padre, Cuauhtémoc Cárdenas, tuvo con López Obrador, sino que, además, envuelve al que será el gobierno de Claudia Sheinbaum de un velo de historicidad.
Lázaro Cárdenas Batel, quien, como su abuelo, su tío abuelo y su padre gobernara Michoacán fue también embajador de México en Cuba, con cuyo gobierno su familia mantiene excelentes resultados, y encabezó la asesoría presidencial de AMLO hasta que su padre fuera insultado por el actual presidente.
Se le mencionaba para ocupar la cartera de Pemex, pero echarse un alacrán de ese tamaño al cuello hubiera sido suicida. Así que optó por coordinar al próximo gabinete que, a diferencia del actual, se observa será más ordenado y propositivo. Hoy se le ve como complemento o, incluso, contrapeso de Rosa Icela Rodríguez, quien está enfilada a Gobernación.
Este es, sin duda, otro nombramiento acertado de la señora Sheinbaum, dada la experiencia en política interna y aún externa de Cárdenas Batel.
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Imperdible la entrevista que el investigador de la Universidad de Columbia, Edgardo Buscaglia, concedió al portal Infobae. “México es una mafiocracia consumada” y madura desde la presidencia de Felipe Calderón, que permitió a un secretario de estado (Genaro García Luna) coludido con el Cártel de Sinaloa y la muerte sospechosa de un exfiscal antidrogas (José Luis Santiago Vasconcelos) amenazado por el mismo grupo criminal.
Que no basta con tener un presidente y una próxima presidente que sean honestos, sino que deben aplicar las 45 instituciones antimafia de las cuales desde hace ya varios sexenios sólo se han aplicado dos.
Que decir que México es un narcogobierno no es suficiente para dimensionar el poder que tiene el crimen organizado. La definición precisa sería un mafiogobierno: un cáncer que hizo metástasis y que el gobierno de López Obrador no ha hecho nada para frenarlo.
Que los últimos seis años “no sólo se han perdido, sino en donde fuimos de mal en peor debido a esa metástasis. Más muertes, más desapariciones forzadas y más demagogia y más charlatanería”.
Que los cárteles mexicanos que un su inicio se dedicaban sólo al trasiego de drogas han expandido sus negocios criminales a más de 80 países alrededor del mundo; sólo los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación tienen presencia en 47 y 40 países, respectivamente, según datos del informe de Evaluación Nacional de la amenaza de las Drogas 2024, elaborado por la Agencia para el Control de Drogas (DEA).
Que además de su expansión, los cárteles mexicanos diversificaron sus actividades criminales a 35 mercados legales y al menos 23 ilegales: tráfico de autos y armas, falsificación de monedas, adulteración de medicinas, construcción, tráfico de personas, fraude fiscal, extorsión y secuestros, entre la larga lista.
Que la delincuencia organizada que existe en el país ha provocado la muerte de más de 190 mil personas y más de 5 mil mujeres asesinadas por razón de género (datos sólo del sexenio de AMLO); que los cárteles de la droga señalados como responsables de más de 200 mil muertes por sobredosis de fentanilo en Estados Unidos; el crimen organizado que extorsiona lo mismo a productores de aguacate que a polleros y transportistas; el que secuestra migrantes y llenó de fosas clandestinas al país. “No, México es una mafiocracia consumada”.
Sin duda exitosos “empresarios del mal”. Transnacionales en crecimiento, gracias a un gobierno que sólo les ha dado abrazos.
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Olvídese usted de la enorme deuda de Pemex, de la caída en la extracción de petróleo, en lo improductivo que resulta refinar y hasta de los dos billones de pesos que los pagaimpuestos hemos aportado a una empresa que ya no tiene viabilidad, que está de plano quebrada.
Esas herencias de la 4T son nada en comparación con las decenas de bombas que estarían a punto de estallar por todo el territorio nacional, debido a la falta de mantenimiento de sus ductos, pero también por el tolerado huachicoleo, sucio negocio en el que seguramente participan funcionarios y políticos corruptos.
Ya vimos lo que sucedió en la delegación Benito Juárez donde combustibles contaminaron el agua más o menos potable que suministra el gobierno de CDMX.
Y ahora el mismo problema se ha radicado en los límites de la delegación capitalina Gustavo A. Madero y el municipio mexiquense Nezahualcóyotl donde ya provocó un incendio.
Así está toda la geografía nacional. Ductos que tienen filtraciones y que pueden provocar estallidos incendiarios.
¡Remember Guadalajara!
@AndySKBrown1
