DOMINGRILLA

¿Y para cuándo el cambiadero de Rocha?; ¿De quién será la secretaría general de Gobierno, de Inzunza o de Feliciano?; Estado-UAS: dos ganadores y ninguna victoria

FRANCISCO CHIQUETE

Con el gobierno en vacaciones, Rubén Rocha Moya tendrá mucho espacio para reflexionar sobre el cambiadero de funcionarios que tiene proyectado, pero que por una u otras razones ha venido posponiendo y hasta reconsiderando. ¿Qué busca el gobernador con una sacudida tan espectacular como la que adelantó?
Con toda la desconfianza que generan las encuestas, a Rocha le ha alcanzado para presumirse entre los dos o tres primeros lugares de popularidad, de efectividad y de crecimiento entre todos los gobernadores o todos los estados del país, aunque a veces la realidad de las actividades económicas contradice a las cifras.
Con todo, este gobierno aparece siempre arriba y si es así ¿por qué haría de cambiar el gobernador a un equipo que ha alcanzado semejantes resultados?
En la secretaria general de gobierno se especuló mucho que Enrique Inzunza Cázares se quedaría, a pesar de haber obtenido uno de los tres escaños senatoriales que le corresponden a Sinaloa (dos de mayoría y uno de primera minoría), pero la realidad es que sí se va. Se va a hacer la América, como decían los españoles al cruzar el Atlántico.
Su propósito es hacer presencia, afirmar relaciones gubernamentales, partidistas y de otras fuerzas legales que circulan normalmente en derredor del partido en el poder. Se trata de construir la candidatura con que el propio Inzunza y el gobernador sueñan para el 2027. Saben que el cambio de gobierno federal puede descomponer o dificultar las cosas, pues nunca se sabe si en el nuevo grupo ganador hay alguien con interés y cercanía que irrumpa en el panorama, pero hay que tratar.
(Ahí está como ejemplo el caso de Julio Berdegué Sacristán, quien ha hecho su carrera fuera del estado, incluso fuera del país, y posee un perfil técnico que lo identifica mucho con la virtual presidenta electa, pero que en un momento de agudización de conflictos, pudiera ser una carta novedosa para el nuevo equipo de gobierno.)
Desde luego, Inzunza seguirá siendo una fuerza real en el régimen rochista y al menos durante el primer año seguirá manteniendo una opinión definitiva en torno a casos importantes, además de convertirse en el embajador oficial en la ciudad de México. Con la posibilidad de que si el panorama se oscurece, regrese a su cuartel de invierno. Esto se verá sobre todo con el establo al que pertenezca su relevo.
Los demás ganadores de posiciones legislativas se van también. Tanto Graciela Domínguez como Tere Guerra estarán fuera del gabinete legal, aunque no del equipo, por supuesto. Con Tere hay todavía cierta incertidumbre sobre su destino como coordinadora de la fracción mayoritaria del Congreso o “sólo” manejará los asuntos que se compliquen o interesen especialmente. Con los resultados electorales, la Cámara de Diputados de Sinaloa no es problema: la oposición está reducida a su mínima expresión y aunque vayan a hacer escándalo, no están en condiciones de detener una sola iniciativa oficial.
Una salida obligada es la de Jaime Montes, el secretario de agricultura que ha fallado prácticamente en todas las encomiendas que se le han asignado y que, por sus relaciones en la Ciudad de México es uno de los causantes de la tardanza en el cambiadero. Por lo menos eso es lo que extraoficialmente explica su duración en un cargo al que no le ha aportado una sola decisión positiva, por más oportunidades que ha tenido.
Entre los futuros movimientos que más han llamado la atención está el caso del secretario de Administración y Finanzas, Enrique Alfonso Diaz Vega, presentado en su momento por el gobernador como una verdadera joya en la corona, a pesar de su procedencia fifí. Es, dijo Rocha en su momento, de los que a pesar de su origen han trabajado para este lado, para la 4T (su compañero de explicación fue el secretario de Economía, Javier Gaxiola Coppel, quien al parece no está involucrado en los movimientos).
En algunos círculos se ha aseverado que el problema de Díaz Vega es que fue el promotor de la compra de maíz a los productores, para apoyarlos con un precio preferente durante la crisis reciente, y que al final los costos operativos del programa salieron más caros que la salida más sencilla; otorgar a los productores un subsidio directo que los acercara al precio buscado. El maíz comprado no ha tenido salida y sus costos de almacenamiento y conservación, así como los costos financieros del empréstito con que se adquirió, han ido creciendo hasta la amenaza de volverse inmanejables.
Contra esa versión está la que dio el propio gobernador: Díaz Vega necesita dedicarse de tiempo completo a resolver asuntos financieros de su familia. Lo que se sabe es que el movimiento ya estaba casi decidido hace un tiempo, pero la propia dinámica de la secretaría a su cargo provocó las posposiciones que lo tienen con horas extras en el gabinete.
En Turismo, ya se sabe, el gobernador está esperando que la actual legislatura termine su periodo legal para nombrar a quien sustituya de manera definitiva a la virtual alcaldesa electa de Mazatlán, Estrella Palacios. Se trata de una mujer, que habrá de salir de entre tres actuales legisladoras, pero que también tienen pendientes asuntos políticos de los que dependen sus destinos.
Lo que definitivamente ya no se dio fue el ascenso del subsecretario Ricardo Velarde a la titularidad, a pesar de que se le ha pedido su colaboración para permanecer ahí y lo ha hecho. Se sabe que Velarde, desilusionado porque no hubo candidatura a alcalde, ni a diputado federal o local, decidió irse a atender sus negocios personales, sin rupturas, pleitos ni estridencias, pero que no le aceptaron la renuncia, sino que le pidieron de cuates, que le siguiera hasta que llegara la nueva jefa.
Por cierto que esta situación es una de las pocas satisfacciones que ha tenido el tristemente célebre Químico Benítez, a quien no se le olvida que cuando por segunda vez se le venía el mundo encima, llegó el Pity a explicarle que él sería el nuevo secretario, que no se lo tomara a mal (Benítez lo había nombrado secretario de Turismo y Economía del Municipio y llevaban una buena relación, pero el alcalde defenestrado esperaba poder nombrar sucesora en la Secretaría o por lo menos proteger a sus cercanos, y la supuesta designación de Velarde le cayó como otro balde de agua fría.)
¿Y FELICIANO?
El actual pastor de los diputados morenistas parecía apuntado para sustituir a Enrique Inzunza Cázares en la secretaría general de gobierno, pero los autores de la versión no contaban con las resistencias de éste, que espera dejar la chamba en manos de uno de sus incondicionales, como el subsecretario que lo sustituyó durante la campaña, Rodolfo Jiménez López.
Inzunza Cázares y Castro Meléndrez han sido parte fundamental de la lucha contra Héctor Melesio Cuén Ojeda y en esa medida han sido responsables de los fracasos que provocaron el empantanamiento de esa meta. Inzunza ha llevado la voz cantante en el equipo, pero Castro prefirió irse con la corriente a apoyar el encontronazo, sin advertir las fallas legales en que se podía estar incurriendo, y que los llevaron a una severa derrota parcial en los tribunales federales.
Ninguno de los dos quisiera dejar su posición actual sin retomar el camino de la descuenización de la UAS, pero están topados frente a la falta de una propuesta legalmente viable, y ante la falta de respaldos efectivos dentro de la comunidad universitaria.
Si Castro Meléndrez aparece en la secretaría general de gobierno después del cambiadero, se habrá anotado un triunfo frente a Inzunza Cázares, aunque éste seguiría siendo mano en el ánimo del gobernador.
Si Castro Meléndrez aparece en la secretaría de Educación Pública y Cultura, habrá perdido el round e Inzunza seguirá siendo mandón en el equipo del gobernador.
UN VIAJE SIN
SOUVENIRS
El gobierno del estado y la administración de la UAS armaron sus respectivos viajes con porras y matraqueros a la Ciudad de México. Volvieron sin nada en las manos, sin un recuerdo que ofrendar a los seguidores, aunque a juzgar por las declaraciones de una y otra partes, los dos ganaron el episodio, casi casi por konckout.
Como el pecho del gobernador no es bodega, poco antes del encuentro en la CDMX medio jugó con la posibilidad de que haya fuego amigo atizándole las ideas al presidente para que intervenga en el conflicto. Y al parecer sí hay, pues la información que le hicieron llegar a AMLO decía que era un pleito relacionado con las elecciones, cuando no es así.
Para el encargado del despacho de rectoría, Robespierre Lizárraga, fue un gran triunfo que la secretaria de Gobernación se haya declarado supervisora del Poder Judicial sinaloense, aunque sepan el rector en funciones y la propia secretaria, que no habrá presión que haga cambiar al equipo rochista en su idea de darle para adelante a los procesos judiciales por corrupción, que incluso van creciendo e intensificándose.
Dentro de nueve meses, la UAS debe parir un nuevo rector. Es muy posible que lo haga bajo las normas de la actual Ley Orgánica, y que por tanto quede garantizada una sucesión cuenista, y si el equipo del exrector logra mantenerse así, compacto, habría garantizado la sobrevivencia al gobierno de Rocha, que acaba en 2027, mientras el siguiente rectorado termina en 2029. No está fácil, pero los cuenistas ya se vieron, aunque con el riesgo de encarcelamientos dolorosos.
De todos modos, es imposible creer que el estado se vaya a dejar comer el mandado, sobre todo teniendo un argumento tan vendible como el de la presunta corrupción que se ventila en los juzgados.
NO AGUANTÓ LAS
GANAS DE DEMOSTRAR
El presidente Andrés Manuel López Obrador jura y perjura hasta llegar al perjurio, que respetaría la investidura de la próxima presidenta y que se retira de la política, pero antes de irse ejerció una nueva presión, “recomendando” a Zoe Robledo para que permanezca en la dirección del IMSS, a Ruy López Ridaura para que siga como subsecretario de promoción de la Salud y a Alejandro Svarch para que se siga de frente en la Cofepris.
AMLO no tenía ninguna necesidad de ventilar eso en la mañanera. Los canales de comunicación entre él y la presidenta electa son o deben ser varios y confiables. Ni siquiera se están designando subsecretarios o directores. De lo que se trata es de dar otra muestra de poder, de alborotar el cotarro y decirle a sus “contrincantes” los neoliberales, y también a los de adentro, que él sigue mandando y quién sabe, ya se va, pero…
Claudia Sheinbaum fue prudente en esta ocasión, y dijo que siempre atiende las recomendaciones, pero no quiso evidenciar las de quién. Ya veremos si estos nombres siguen apareciendo en las estructuras oficiales.
Por lo pronto, en la última comalada de miembros del gabinete legal (excepto los dos secretarios de las fuerzas armadas y directores principales), la próxima presidenta dio a conocer que Marat Baruch Bolaños continuará en la secretaría del Trabajo, donde lo designó López Obrador cuando envió a Luisa María Alcalde como secretaria de Gobernación. A pesar de ello, puede decirse que esta designación es como la caca del gavilán, ni huele ni hiede.
La próxima secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, tiene todo el sello de Sheinbaum, de modo que no genera discusiones.
En la secretaría de Turismo estará Josefina Rodríguez Zamora, quien desempeña ese puesto en su estado natal, Tlaxcala. Podrá objetarse que se trata de un estado pequeño cuya actividad turística no tiene gran impacto y que sus programas exitosos son de carácter doméstico, que con todo y su importancia, no son representativos de una industria tan dinámica como esa, que es una de las principales generadoras de divisas para el país.
Pero toda esa argumentación cae cuando uno recuerda que el actual secretario, Miguel Torruco, es un hombre metido de toda la vida en los negocios turísticos de grandes ligas, y sin embargo su papel como cabeza del sector fue francamente intrascendente. A la mejor la señora Rodríguez Zamora da la sorpresa.
Lo que siguió generando especulaciones fue la designación de ocho días antes, la de Lázaro Cárdenas Batel como jefe de la oficina de Presidencia. Mucho se dice que esa selección es un estatequieto para el presidente, porque Lázaro le renunció evidenciando su inconformidad por el mal trato dado a su padre, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Puede ser, en efecto, una corrección de algo mal hecho por López Obrador, pero esa golondrina no hace verano. Bien harían los especuladores en dejar de buscar los espacios por donde Claudia rompa con el peso de López Obrador. Ella no sólo el producto del presidente. También es suscriptora gustosa de muchas de las decisiones de éste, como la reforma al Poder Judicial en los términos en que la quiere el presidente, el enfrentamiento absurdo y desconsiderado con la presidenta de la Corte, la magistrada Norma Piña y varias cosas más que sólo van a entrar por la fuerza del mayoriteo irreflexivo.

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